Ego: la búsqueda y su fin

De alguna manera te mueves. Caminas aun sin saber, pero buscas algo. Aveces solo, en otras acompañado. Algunos problemas, no saber bordear un río y altas montañas. Sentir depredadores cerca, saber por donde avanzar y de donde alejarse, mas con suerte si aún no se ha sido olido, pues visto, es más difícil de evadir. Estando en grupo dejar o llevar los heridos, morir por medios muertos o esperar al brazo recuperara-se. Te tiras en la grama, sueñas y te mueves. Aun así sabes que eres tú, otra gente, otros nombres como sonrisas, pero sabes que eres tú. En ese sueño si te sabes, sabes a otros también, cada espacio, sus esperas y fallas. En dónde se tiene la cabeza y no se habla de una almohada o un cuello. La cabeza muchas veces se tiene en lo que se busca, como moverse, se busca algo siempre. Si no buscaras, todo movimiento seria nada o te mueves de gracia y malgastar tiempo como la lengua. Si quieres agua, vas por agua, si quieres miel sigues a una abeja. Pero comértela y toda, desgracia, desgracia, sus vuelos y caídos, todos sus olores de sus flores. La búsqueda se acaba cuando la miras y te mira o a veces solo cuando la miras: ella no tiene ojos.

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