Globos

¡Qué miedo daba! Pero a la vez era gracioso mojarlos. Tan calurosos días sentados cerca de la puerta que daba a la quinta Santa Rosa. Un balde por cada uno, ¿Cuantos globos? Ya no recuerdo habrían más de cinco o seis en cada balde con agua. -Bueno ya te toca, ¿a quién, a quién?, esperando a las siguientes víctimas a ser empapadas. Por lo general era al primer auto que pasara o con Ángel en la avenida principal de una cuadra arriba, los buses con gente parada en el intermedio, cuántos agradecidos y cuantos iracundos. Ese medio día de verano con los baldes y Johnny repartiendo globos a cuanto auto pasase. Un escarabajo rojo se aproxima -a ese, a ese. ¡Te toca!- Un globo al azar del balde cualquier color y la fuerza necesaria para intentar mojar al conductor o su acompañante. Qué tan gran coincidencia de momentos por la ventana más pequeña del lado del chófer se logra colar el globo y ¡Splash! Preparados a correr, cuando en eso un -¡Gracias!-. Tan caluroso medio día convertido en la salvación de un conductor que de seguro necesitaba un refresco.

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Ya no serían tus brazos

Cómo habría sido, no lo vi aunque podría decir que sí y cuan relativo y relativista me siento. Este es un problema como el de por ejemplo querer saber cuando lo azul muy oscuro se confunde con el negro. Siendo tan tierno de no más de dos años podría uno acaso decir que recuerda? Como la vista parece que en ese estado la memoria es aún corta y tal vez hasta lenta. Se oiría como pasos sobre tierra de una multitud algo lenta. Casi arrastrando los pies y de rato en unas paradas de descanso. La serenidad que se trataría de guardar junto con el bullicio de los balbuceos de las personas conversando. No, de lo que puedo decir que recuerdo y doy fe es de que no era asfalto, era tierra y anduve por él.Por cuáles de las opciones habrían ido y venido, se decía que no se podía volver por donde se vino y sobre todo los familiares más cercanos. Por cuáles habría sido, seguro anduve por ahí y me daba escalofríos, no era miedo, diría que era como echar de menos algo que conociste y no. Estaría en brazos o en la manta transformada como en mochila en la espalda de alguien quien seguro no era cualquiera. A gusto, caliente y mayormente durmiendo o tratando de. Espero no haber oído las piedras en su golpear con la madera ni los llantos, aunque entiendo que el agua talla la roca. Ya no serían tus brazos.

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Unidad…

Quién podría hablar de lo perfecto? No es lo mismo hablar de la manzana que de lo perfecto. Alguien no perfecto podría hablar de lo que buscamos que se nos hable? Morir escribiendo. Lo que es perfecto subsiste de cualquier modo y la constancia es parte de ella. Algo continuo no podría ser descrito por alguien discontinuo. Llamar sinónimos a la constancia y a la continuidad no sería fallar. Decir que aunque tengan letras distintas y menos aún por estar en idioma distinto no son en caso alguno nada distintos. A la denominación de lo único que puede ser verdaderamente continuo y aun así, y no por ello perder su esencialidad, mostrarnos sus discontinuaciones. Cómo resarcimos esa aparente contradicción? (que lo continuo sea en algún caso visto discontinua-mente). Que la única (posible posibilidad) sea decir que la inconstancia solo existe por la constancia. No creemos que el prefijo, otro modo de contradecirse solo, se le denomine así gratuitamente. De ese modo y es como algunos creemos y se dan en la mayoría de cosas que tienden a la perfección es dejar la multiplicidad y tornarse autónoma, auto-suficiente, única. Entonces así como la continuidad es la constancia éstas son la unidad. En sentidos positivos como vemos aunque la sentencia sea inversa o viceversa el objeto es el mismo; en cambio, decir que la inconstancia es la vida de la constancia es falso. Sin salir de esa regla ya que es la única manera que tiene el uno de mostrarnos su discontinuidad es ser cero. En general no existe otro número mas y más que el uno. Si un factor de supremacía y preponderancia de algo sobre algo fuese el tiempo entonces ningún número sería mayor que el uno. El paso de las letras en números creemos está en que mientras de los últimos conocen y tienen relaciones sinonímicas y antonímicas, los primeros solo… Todo número es uno y el uno es todo número. De la misma forma en la que la constancia y la inconstancia se relacionan lo singular es vida y sostén de lo plural. Los plurales no podrían ser ni hacer lo singular. Es gracias y solo a la relación sinonímica que se mantiene entre todo número que se pueden hacer operaciones, pues si existiese la antonimia entre sus filas no podrían éstas realizarse. Sentencias como la que reza que lo semejante conoce lo semejante encaja en lo que queremos hallar.

Como el transcurrir de nuestra materia por el espacio, verdugo hasta de la más prodigiosa mente conocida, cuántos discos duros de cuántos giga-bytes necesitaría una persona en toda su vida? Cuánto por un solo día. Somos parte de la continuidad de forma singular y plural que en esencia es una misma. Con el varón muere toda posibilidad, la mujer en cambio, puede ser sí misma o puede ser varón, pero sí claro nunca sola. Qué es lo que llama a un espermatozoide para que éste se mueva y busque lo que debe? Magnetismo? Coincidencia? Si hablar de eso es complicado y menos aun sin un conocimiento empírico suficiente, pues seguro si ni siquiera recordamos haber sido bebes, menos haber sido un par de células. Hablar de los portadores y de los procesos previos aún y aun tarea complicada. De algún modo, en cualquier sentido, celular-mente todavía somos seres continuos; nadie podría decir que no es parte de la vida. De ese mismo modo podemos decir también que la discontinuidad está más cerca de nosotros de lo que está la continuidad. Cada especie que haya vivido y viva son en sentido lingüístico los números de lo numérico y nosotros naturalmente pertenecemos a ella: es ineludible. Con analogía semejante y sin ningún tipo de valoración la relación mujer:cero y varón:uno; morir:cero y vivir:uno hacen posible, por ejemplo, que podamos sumar y proferir letras y comunicación en general. Sin salirnos de una idea base, lo semejante conoce lo semejante, y gracias a ella es que podemos hallar un número de otro. Lo metafísico hace vivir lo físico y está más cercano a lo ideal que éste último. Nosotros, entidades físicas, no explotamos de nuestra capacidad ideal. Por lo que parece, lo físico nos hace sentir su presencia, pero lo que lo sostiene, no es de su misma naturaleza. En qué discos duros se podrían meter todos los números?

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