Bendición y gracia de nuestra CVX Latinoamericana

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Es una bendición y muy significativo el tener en Lima una reunión Latinoamericana de CVX con la presencia de asistentes y delegados laicos de los consejos de cada país. Tuvimos ocasión de compartir la eucaristía a cargo del P. Juan José Berli SJ, asistente de Argentina, al final del viernes, muy sentida por cierto.

De la mano con el sentido de la lectura del día, “Pedro, ¿tú me amas? Cuida de mis ovejas…” Una de las escenas cruciales de la relación de Pedro con Jesús y la misión que le deja como Iglesia para “conquistar” el mundo, desde el amor, con el amor, amando. Entendiendo el amor como una gracia fundamental, como un regalo, como algo que se recibe y se entrega gratuitamente buscando el bien, el crecimiento humano.

Esa fue la tónica, desde la cual podíamos ver cómo se valoraba y se valora cada vez más el sentido de ser comunidad, de construir comunidad, de hacer un camino juntos entre jesuitas y laicos, entre aquellos dedicados más de lleno a una vida religiosa y aquellos que lo vivimos más mundanamente. Aunque como alguien mencionó, todos somos religiosos/as con distintas vocaciones y propósitos, pero todos debemos sentirnos parte de lo mismo, seguidores de la misión de Cristo, que es misión de Dios.

Vivir ese sentido de gratuidad se emparentó con ese recordarnos de Mauricio López sobre la invitación que se nos hace para preparar nuestra siguiente asamblea mundial CVX. Llamados a crecer en el servicio, en el cuidado de todo lo que se nos ha dado. Empezando por dar de comer a quienes tienen hambre y haciéndolo con alegría y propósito de libertad y compromiso. Agradeciendo tanto bien recibido.

Hubo momento para conversar y compartir algún bocadillo y bebida. Aunque especialmente para entonar una ranchera de esas que lo hacen alegrarse sobremanera a nuestro querido Mauricio, como buen mexicano que es de origen y que con tanta alegría despierta en la oportunidad que se le presenta. Fue un empezar, como es de inicios la asamblea que va caminando. Fue de alegrarse ver como una comunidad joven en CVX como “Ágape” estuviera apoyando tan bien todo la logística del evento, con una Meche Paredes liderando en ésta ocasión su labor de anfitriona.

Todos estamos invitados a las siguientes eucaristías que continuarán y a orar por el éxito de la reunión, la cual ya es exitosa con la presencia de todos los congregados.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 2 de junio de 2017

Un poema de Sonir

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Presento a continuación un poema hecho por Isabel Sonir Espezúa, compañera de comunidad y que lo leyera en su propia revisión de vida, ayer 1 de junio. Gracias Sonir!

 

LA COMUNIDAD DE SIEMPRE.

Es el lugar donde la palabra tranquilidad es la llave para abrir mañanas,
para sentir el calor humano en el centro del alba.
Es el lugar donde el corazón se habita
el hogar donde nuestra fe ocupa espacios compartidos con Dios.
Y desde sus ventanas vemos cómo crece el camino espiritual.

Allí, nos alegramos al ver llegar honda paz e inmensa alegría
Que son aves que con su canto en la punta de nuestros dedos,
tocan los tejidos más delgados de la vida en el fino aprecio a las personas.
Allí, toda sombra se espanta, toda nube se disipa.

Estar acá, es estar con la mejor fruta familiar,
Es aprender a abrir los cielos para tener misericordia del prójimo,
es revisar la vida desde el evangelio.
Y gratificarse de autoconocimiento y de autorrealizaciones.
Es encontrar razones y sin razones para renovar nuestra esperanza y
nuestra fe en Dios.

Nuestra comunidad en suma, es la casa sin puerta que acoge la luz
que irradia desde nuestro ser interior
Para salpicar esa luz en todas las ramas donde el rocío
abre primaveras en vez de inviernos, horizontes en vez de tormentas,
Y donde siempre hay una mano para guiarnos
de frente y en la senda que Dios nos señala seguir con su palabra en el pecho.

Isabel Sonir Espezúa Salmón
CVX SIEMPRE- Junio 2017

¿Trump o trampa?

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El Sr. Trump, presidente de los Estados Unidos es un riesgo para los EE. UU. (por cierto, y para todo el mundo). Diera la impresión que en su reciente gira al exterior, lo que más le interesara fue movilizar la carrera armamentista en el mundo y darse un velo de “paz” con la entrevista tenida con el Papa Francisco.

Por más loco y provocador que sea el presidente de Korea del Norte (Kim Jong-un), probando misiles diversos, la respuesta no puede ser la bravata de amenazar incluso a China con el propio poder militar, movilizando portaviones militares de alta potencia por mares ajenos a sus costas. Por más terrorismo existente como amenaza, la reunión de la OTAN (Tratado del Atlántico Norte) no puede resumirse en exigir presupuestos más relevantes para invertir en gastos militares o afines. Quien dijera que en el medio oriente lo principal pasaba por ir a confrontar al Estado Palestino y venderle armas a Arabia Saudita, cuando se tiene directa responsabilidad en la existencia del llamado “Estado Islámico” y no se establece un acuerdo claro sobre su abordaje.

Por último, qué duda cabe que las guerras son de lo más dañino para cualquier ecosistema y ya las venimos sufriendo cada vez con efectos más mortíferos. Arriesgando impresiones, pareciera que no se quiere tener conciencia de culpa sobre sus desenlaces, tan así que el Sr. Trump no ha tenido mejor idea que plantearse la salida del llamado “Acuerdo de París” que promueve compromisos de los Estados sobre el medio ambiente y pretende su defensa a nivel mundial, aún sin tener compromisos muy sólidos. ¿Qué tan vinculadas están los diversos hitos generados en la primera gira oficial del recientemente elegido presidente de USA? Se presta para muchas especulaciones.

De allí, es entendible la enorme frustración que expresaban los rostros de diversos líderes mundiales que tuvieron que estrecharle la mano a Trump, entendiendo que era más por compromiso, diplomacia, buenas formas y muy poco más. Ni el atractivo de esposa e hija que acompañaron la gira sirvieron para paliar la disparidad de quien se ha presentado como niño engreído y malcriado, sintiéndose “dueño de la pelota” y con capacidad de imponer sus propias “reglas de juego”.

En todo éste desmadre, ya no es curioso que Estados como Arabia, Israel y Rusia, fueron los que menos tuvieron roces en éste tinglado de intereses. ¿Habrá que leer con cuidado sus significados? Pareciera, de otro lado, que lo principal que moviera al Sr. Trump fuera, además de los negocios de sus empresas, decirle al mundo que EE.UU. sigue siendo la principal potencia mundial y que EE. UU. es él mismo. ¿Una nueva versión de “el Estado soy yo”? ¿Una nueva manera de autojustificar la carrera armamentista en el mundo?

Ayudar a extender la tensión mundial para obligar a tomar decisiones abrazados por el miedo es una estrategia muy antigua. Nos queda preguntarnos: ¿Cómo podemos abrir un camino distinto en el mundo que se condiga realmente con la paz? ¿Cómo generar un camino de paz desde la sociedad civil en el mundo… Es solo un sueño y nada más? ¿Los sueños, sueños sólo son? Es quizás hora de obligarnos a una lucha más activa por la paz. A salir de la modorra y dejar atrás las pesadillas.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 31 de mayo de 2017

Hay muchas cosas

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Hay muchas cosas por las por las que agradecer siempre. El sentido del amor de una madre por supuesto, aunque lo visibilizamos en un día especial, para tenerlo de modo especial presente. Sabiendo que no hay día que podamos olvidarnos de ello, aunque lo normal es que nos olvidamos diariamente del hecho, aunque hacemos el esfuerzo por tenerlo presente y tratamos de acoger y retribuir esa maravilla, esa gracia, esa manera de aprender a amar que nos viene de muy pequeños.

Tema sobre el que damos vuelta de página muy seguido y estamos obligados a no olvidarnos de ello, a tenerlo muy presente. Porque de alguna manera a todos nos corresponde amar como una madre ama, espontáneamente sabe amar, como de alguna manera Dios nos revela su amor, ese amor que corresponde a sabernos seres humanos, llamados a descubrir nuestro ser y realizarnos en él, en el propósito de obrar el bien, de ser solidarios y personas de servicio.

Lo anterior lo podemos trasladar a diversas situaciones. Una de ellas es cómo tenemos en cuenta a quiénes nos rodean, las personas que solemos considerar amigos, amigas. Cómo consideramos la amistad, el compartir, las experiencias… Todas están hechas de relaciones entre personas, pocas, varias, muchas… no importa, ya que se trata de personas y todas son importantes, por más que nos empeñamos muchas veces en hacer diferencias, exclusiones, divisiones.

Pensar que nunca terminamos de aprender a ser humanos y conducirnos como tales. Muchas veces pensamos que esa es tarea del hogar; o de la escuela o los diversos niveles de la educación que podemos recibir; o la manera como nos hacemos ciudadanos… Quizás un poco de todo. Habrá que incluir en ello a los medios de comunicación social, la internet, las diversas modas de telefonía. Pero nada de ello nos resuelve el tema de ser humanos, de saber relacionarnos, de saber convivir entre unos y otros, más aún si somos o nos sentimos diferentes. Ya sea por sensación subjetiva, ideas, personalidades, creencias, estatus, vivencias, perspectivas, paradigmas, culturas… Hay tantas maneras de ser distintos y qué bueno.

Pero no lo entendemos como riqueza y abundancia, sino como competencia o rivalidad. No es signo de complementariedad u horizontes diversos posibles, es más motivo de sospecha y de mezquindad solapada. Se dice (decimos) “es muy humano”. Es real, estamos marcados por la envidia, la rivalidad excluyente, el poco aprecio de los valores del otro, el desdén por los éxitos del vecino o (incluso) de mi equipo. Qué sociedad es ésta que nos encamina de maneras tan contradictorias… Y todo eso es parte también de nuestra “humanidad” que no tenemos que rechazar pero si saber que se da, que existe en nosotros (en cada uno), y que tenemos que saber discernir y encaminar de la mejor manera. No negarla, sí saber integrarla.

El amor de una madre como de un padre; de un hijo o hija, de un abuelo o una nuera. Todos son caminos que oradan positivamente nuestros egoísmos mal llevados, mal encaminados, mal integrados o “mal nacidos”. El amor es lo que nos hace humanos y nos da ese distintivo de desinterés. Pensándolo bien, nada más contrario a una lógica de mercado capitalista, donde prima el interés no sólo individual sino el interés por obtener la mayor ganancia, a costa de lo que sea si ello es permitido o no hay obstáculo a que se plasme de cualquier manera.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 29 de mayo de 2017

Darnos tiempo para vivir

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Hay cosas diversas por las que uno tendría que detenerse y no siempre se hace. Vamos cada día muchas veces “como viene” y pensamos que cuando nos toque volver a echarnos en nuestra cama a descansar nos daremos un momento para “procesar”. Quizás no empleamos adecuadamente algunos momentos que debieran servirnos a ello, como cuando vamos de un lugar a otro (en el transporte público al menos); cuando esperamos que nos atiendan en alguna diligencia; cuando estamos haciendo ejercicios físicos (si los hacemos en un gimnasio o por nuestra cuenta).

El asunto es que podemos dar un espacio para procesar lo que nos transcurre, detenernos, hacer una pausa. Y, normalmente, lo hacemos quizás sin darnos cuenta, sobre todo si hemos tenido la experiencia de reflexionar sobre la propia vida en diversas ocasiones o desde los pequeños momentos de oración que nos damos (si nos los damos). Sin embargo, es también importante, muy importante, que podamos asumirlo del modo lo más consciente posible, incluso dedicándole un espacio específico o propio, el que pudiera ser necesario (15’, 20’, más minutos…). Todo abundará a que lo hagamos con especial atención.

Se trata de un espacio singular para echar una mirada sobre el propio caminar (en especial) y lo que van siendo nuestras decisiones o cómo enfrentamos las situaciones que nos acontecen, cómo nos preparamos para lo que viene, las explicaciones que podemos establecer frente a experiencias que pueden tener distintas lecturas. Particularmente las más significativas en el día a día, o las que nos terminan resonando un poco más en nuestro espíritu o las que para otros pueden ser consideradas como significativas aunque para uno no lo sean tanto. Dedicar un momento, un tiempo específico a reflexionar cómo uno fluye en la vida cotidiana, de qué modo las cosas fueron mejores para todos los implicados en mi propio caminar, de qué modo me impliqué en el caminar de otros, en fin…

Darnos tiempo para en el cotidiano reflexionar sobre mi caminar y mi acontecer, ayuda a todo. Empezando por saborear los momentos en lo que corresponde. De hecho, según nuestros papilas degustativas, no todo es dulce, salado, amargo, insípido, agradable, atractivo… Tampoco podemos pensar ni esperar que lo salado se sienta como dulce o lo insípido como atractivo. Cada sabor tiene su propia característica y hay que apreciarlo, en principio, en lo que es, aceptándolo tal cual. De allí podemos distinguirlo de otros que nos pueden gustar más o menos. Sin embargo, de todos aprendemos y todos nos pueden ser necesarios para determinadas cosas, ya fueran razones de salud, dietas, opciones, etc. La carne de chancho puede ser muy sabrosa, pero optar por no comerla por temas religiosos; la carne en general ser agradable pero tener una opción vegetariana.

Después de saborear, necesitamos situarnos siempre éticamente. No es un asunto meramente moralista, pero si importante de saber situarnos entre lo que puede estar bien o estar mal; si ya somos grandecitos, el punto es saber situarnos –además- entre algo bueno y algo que puede ser mejor. Donde ponemos en consideración no sólo nuestro propio interés si no el del conjunto de las personas que pueden verse afectadas por algo. Aprendemos a tomar decisiones (pequeñas, medianas, grandes, trascendentes) de acuerdo a los criterios con los que las tomamos. Discerniendo lo que puede ser malo, bueno, mejor, lo importante…

Se trata de cómo desde mi vida voy haciendo un camino vinculado al bien, a saber amar, a saber ponerme al servicio de lo que me corresponde. Desde mi propia vocación, con lo que soy y tengo como virtudes (y limitaciones) como persona. Desde lo que me siento más llamado a vivir para realizarme como persona en sociedad.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 28 de mayo de 2017

El amor, dos historias

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El amor nos puede parecer que siempre alude a cosas románticas. Es cierto que tienen que ver con el corazón, aunque no necesariamente sólo con los sentimientos, porque el corazón suele ser confluencia también de razones que nos guían en la vida. De lo contrario, con facilidad se podría tomar decisiones erradas por muy bien justificadas que pudieran estar éstas (en sus propias razones) y generar dificultades mayores (o problemas) a los que se podía suponer.

La vida por cierto tiene sus complejidades. Qué se puede decir de una pareja que decide casarse. Se van a vivir a una zona aislada por el mar (por ser una isla), allá por Australia. Tienen dos intentos de embarazos, ya avanzados en meses, pero por razones orgánicas (o del clima, o de lo que fuera), la madre genera dos abortos consecutivos. No están terminando de velar y haber enterrado al segundo de los que pudo ser su hijo/a… y aparece una barca errante cerca a la orilla y la logran rescatar, además porque observan que había una persona a bordo. La llevan a la orilla, constatan que la persona que navegaba está muerta, pero ¡sorpresa! Venía un bebe de unos dos meses a bordo y él si está vivo.

Entre discusiones de la pareja, deciden enterrar el cadáver y quedarse con la criatura… sin avisar (como debía corresponder) a las autoridades. Ello traerá después un drama mayúsculo cuando por cosas del destino se enteran que la madre de origen de Clara (así le ponen de nombre a la niña) está viva y sufre por la desaparición de los suyos (como es natural). La vida termina siendo dura para ésta pareja que quizá pensó en lo mejor para la niña que se cruzó en su destino y le dieron todo de sí. Pero no era suya, tuvieron que “devolverla”, pasar cárcel y una soledad con diversas tonalidades. Algunos detalles mayores se encuentran en la película “La luz entre los océanos”.

Otro caso puede ser la de los inmigrantes que vienen de tantos lados, incluido Europa, en realidad de todo el mundo. Pero hablemos del caso de aquel inmigrante negro de Ghana que llega a Suecia, tiene que mendigar, buscarse algún albergue o pasar frío en las noches frías de Estocolmo. Primero tiene que sobrevivir; después conseguir dinero para enviar a su familia (tiene esposa y tres niños). De acuerdo a lo que se le presenta, tiene que optar por construirse un camino muy condicionado por lo que se le va presentando.

Ocurre que una voluntaria de uno de esos albergues humanitarios se fija en él… entre otras cosas porque es en el fondo parece ser una buena persona. Sin embargo, roba en el albergue en el que le dan trabajo, quizás desesperado por enviar algo de dinero a su familia…, pero será razón suficiente por lo cual lo botan. La sueca enamorada del “villano” le da cabida en su hogar; pasa vergüenza de la madre que lo aborrece (en ese caso por ser “negro”); se va haciendo a la vida local e intiman con la amiga que lo acoge. Cierto día, la sueca se entera que su amigo tiene familia y lo bota de su casa; no aguanta sentirse “engañada”.

Al final, ella intenta comprender la situación. Se compadece de él, le consigue dinero para que regrese a su país y lleve algo para los suyos, reconciliándose de los hechos anteriores. Así sucede, aunque ella queda embarazada de una criatura de la cual se entiende se hará cargo por su sóla cuenta, aceptando y asumiendo todo ello. ¿Quién tuvo la culpa? La vida sigue pero nos presenta nuevamente situaciones en que el amor se siente que está presente, aunque de modo complejo.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 14 de Mayo de 2017

Experiencias voluntarias

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Recordaba en el día del trabajo que, hace ya varios días, tuve ocasión de participar en uno de esos tantos eventos que se impulsaron en favor de los afectados por las inundaciones en el norte del país. #Perú, una sola fuerza. De verdad que muy acertado el slogan del Gobierno y las ganas de hacer las cosas bien, contando con el respaldo de cuanta persona e institución quisiera sumarse, como también lo fue en éste caso mi propia oficina donde laboro, la ODP (oficina de Desarrollo y Procura Jesuita).

El sábado 8 de abril se escogió para hacer una presentación musical con muy diversos conjuntos musicales, especialmente de rock y afines, aunque no faltó Lucho Quequesana y su invariable música fusión de lo nuestro (digo, de nuestro país profundo) y otros. No fueron solo a tocar o dedicar dos o tres cuartos de hora ante el público que se acercó y participó con vivo entusiasmo. También fueron sensibles a las actividades de recepción de víveres que se recibían a modo de “entrada” al concierto. Llevabas 1 ó 2 kilos de azúcar y la hacías, ya estabas adentro. O tu kilo de arroz o menestras; incluso agua o conservas. Así fue que colectamos ese día alrededor de 18 TM que se almacenaron en el local del Puericultorio de Magdalena para su siguiente despacho.

Tuvimos a varios de los conjuntos musicales dando vueltas por el espacio de los voluntarios, animando a su labor, tomándose fotos, algunos con la lengua afuera, todos muy sonrientes y admirados con una labor que fue muy ordenada y solidaria de principio a fin. Incluso cuando bajó el número de voluntarios (hacia las 9 pm) y se recurrió al público presente para que pudiera colaborar con dichas labores. Tuvimos una respuesta muy positiva y hubo quienes se sumaron a llenar y cerrar cajas con los productos que iban llegando.

Fue en esta ocasión una iniciativa del Ministerio de Cultura, en la cual pudimos converger y se hizo una labor conjunta muy buena, entre las 10.30 am y las 2 am (más de 15 horas de labores diversas). Se hizo en la Concha Acústica del Campo de Marte y funcionó bastante bien, pese a que ese día se realizaban otras iniciativas, en especial, el almuerzo organizado por los padres de familia del Colegio de la Inmaculada, vinculado también a las iniciativas que se estaba apoyando en favor de los afectados del norte del país. Allí se pasó la meta de la venta de los mil platos, además de postres, bebidas y otros complementos con los que fue surtida dicha actividad.

Las horas pasaron realmente muy rápido. Yo me integré a la actividad del Campo de Marte hacia las 5 pm y cuando eran 10.30 pm caí en la cuenta que seguía allí, pese a que no andaba tan bien de salud y pensé inicialmente quedarme algo más temprano (siempre hay que cuidar la salud me había dicho). El ritmo de cosas fue bastante fluido y fuimos cerrando hacia las 12.30 am con las últimas cosas que nos entregaron como donaciones. De allí, terminar de ordenar, subir las cajas, sobrantes y un “varios” al camión de recojo… Unos sánguches adicionales, agua… Nos despedimos.

Fue una jornada muy grata, como la de aquellos tiempos…

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 2 de mayo de 2017

Una visita por el Cusco

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Ya mismo llegamos, un poco más, por esta curva hay que seguir subiendo… Parece que por acá se va a Sacsahuamán. Seguramente, me recuerda viajes anteriores. Mira, allá esta la Iglesia, se ve diferente de cerca que desde la Plaza de Armas. Vaya, llegamos, ahora parece que estaba más lejos, ¿seguimos subiendo? Mejor miremos el panorama que tenemos, se ve muy bien, ha valido la pena hacer el esfuerzo.

Realmente Cusco es bello también como ciudad y vale la pena caminarlo por sus calles, especialmente las que dan al pie de la plaza de armas. Uno encuentra siempre vericuetos, tiendas pasajes, vistas, imágenes diversas. Se hace una muestra muy simpática. Pero ya no teníamos mucho tiempo, después que habíamos visitado el templo del Koricancha y le dedicamos un buen tiempo para apreciar su diversa arquitectura, tanto pre inca, inca y española (como templo de Santo Domingo). Un templo realmente imponente, hermoso en su diseño e imponente por su componente litio bastante amplio, todo un fortín.

Las vueltas nos condujeron a cenar en un restaurante turístico, donde repusimos fuerzas, sabores diversos y una chicha jora “apiñada”, nos decían para rebajar el amargor que podía tener. No dejó de sorprendernos tal fusión, muy determinada por el comercio turístico que por una aguda explicación de mestizajes. Que las hay y muy diversos, tanto en las comidas como en la música, las cerámicas y otros varios. Como por ejemplo, comer una pizza (¡!) en Cusco adosada de ingredientes locales, la verdad, buenísima.

Algo que llamó de modo especial nuestra atención fue el tomar un café en un local al azar. Resultaba que el dueño era uno de esos emprendedores muy atentos y entusiastas con lo que hacen. No bien pedimos un café e hicimos un comentario demás, vimos que se asomó, como viendo de quién se trata. Degustamos nuestro pedido, combinado con un postre de moras. Observando bien el local, notamos que había una tostadora de café en la entrada. Varios afiches explicando la producción de café de la zona de La Convención y Lares; los atributos del café orgánico, el cual también era producido por el cafetín donde estábamos.

Hacia el frontis, nos encontramos con cafeteras de lo más diversas, todas útiles para preparar café, es decir, para el “pasado” del café. Ya estábamos por pagar la cuenta y preguntamos algo más sobre el tipo de café, el cual había estado bastante agradable. El dueño, bastante muchacho, salió de su espacio de atención y acercándose a nuestra mesa soltó un conjunto de conocimientos sobre el café, su quehacer en el restaurante, la historia de su pequeño negocio que ya estaba empezando a salir adelante, la importancia del intercambio de experiencias y de apoyarse en el impulso de sus iniciativas. Es decir, un apasionado por su actividad, por su labor, que nos dejó gratamente sorprendidos.

Fue algo tan delicioso como el café que probamos, la visita a Cuzco, la conversación diversa de los paseantes… Estamos constatando inquietudes y emergencia de proyectos diversos en diversas partes por las que uno va. Qué bien!

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 27 de Abril de 2017

Es posible construir la paz

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A veces me pregunto cómo podemos nacer de nuevo a éste mundo, donde los avances tecnológicos no nos han traído soluciones apropiadas a la convivencia mundial. Decimos estar mejor comunicados con los celulares de última generación, la internet que fluye cada vez con más potencia, las tablets y lap tops que cada vez se encuentran más portátiles y dinámicas. Sin embargo, no llegan a todos, pese a que se han extendido y la juventud pugna por su acceso cada vez mayor y generalizado. Se puede decir que estamos cada vez más interconectados.

Pero los problemas centrales al mundo, al país o a nuestra región, no siempre están presentes en esas idas y vueltas de la comunicación. Algunas temáticas sí, pese a ser en algunos casos materias de controversia (diversidad sexual, migraciones, derechos de los niños/as, aborto, etc.). Algunos ya se han ido incorporando desde hace varios lustros, como la pobreza, el medio ambiente o género, al punto que parecieran que se hubieran domesticado en algunos aspectos y están presentes pero no se avanza necesariamente en resolverlos.

Otros temas más críticos son los relativos a las guerras, puesto que se piensa a veces que son temas de “orden interno” a los países que involucra. O el terrorismo internacional, se ve como un tema de “especialistas” o sólo resolvible por las grandes potencias, como si la sociedad civil no pudiera hacer nada o no fuera materia de su incumbencia. Sin embargo, dichos temas –como todos los temas que atañen a personas especialmente, involucran poblaciones- no pueden estar ausentes de nuestras preocupaciones.

Hoy, por ejemplo, la guerra existente en Siria nos atañe, así no lo queramos aceptar. Debiera afectarnos, con la sola noticia de tanta muerte de población civil que se justifica de tan diversas maneras… (ya va llegando al medio millón de personas). O no nos importa porque esta ISIS presente (el llamado “Estado Islámico”); porque son parte de una oposición beligerante que ha roto las reglas de juego “democráticas”; porque están usando gases tóxicos “prohibidos”… Uno se pregunta, ¿no debiera la guerra misma prohibirse? ¿Es válida cuando se defiende unos intereses y no otros? ¿Por qué en ella no concuerdan criterios comunes EE.UU., Rusia y China? ¿La ONU?

Realmente debiéramos desde la sociedad civil levantar una gran cruzada mundial que exija a todos los implicados “Alto a la guerra en Siria. Alto a las guerras.” Ojalá todos los países lo pudieran convertir en una política de Estado, al menos en América Latina. No puede ser posible que no nos afecte la muerte de tantas personas, civiles y no civiles. Es que ya llega la hora de decirnos BASTA de guerras como forma de resolver conflictos y diferencias. O como forma de imponer intereses y poderes geopolíticos. Como forma de hacer negocio con la pólvora y toda la carrera armamentista que engrosa los bolsillos de tan pocos (“¿empresarios?”).

Necesitamos ser más razonables en nuestro mundo. Hacer uso de las nuevas tecnologías para crecer en bienestar de toda la población y no de unos pocos. Cada ser humano es alguien tan respetable como mis padres, mis hijos o mis amigos/as. Nadie sobra todos somos necesarios, debemos hacernos necesarios e integrarnos.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 24 de Abril de 2017

De búhos y noches interesantes

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Pedro se animó a ir y yo le dije que yo podría a partir de las 7 pm. Quedamos ese viernes (21 de abril) en vernos en la casa, aunque otros detalles retrasaron nuestra partida a la “Noche de la filosofía”. ¿Vamos a la Casa de la Literatura o al Centro Cultural? Terminamos yendo al segundo, con mucho ánimo y expectativa, quien lo dijera, “una noche de la filosofía, qué locos para haber pensado una cosa así, primera vez que se hace, creo”; “Interesante que la PUCP se plantee algo así en sus 100 años”, fueron nuestros comentarios.

Nos sorprendió encontrar a mucha gente joven en el público que caminaba indistintamente por los distintos pisos del edificio del Centro Cultural. No es que hubiera demasiado público en todo el local pero se llenaban normalmente las aulas destinadas a cada presentación en simultáneo, en las cuales se podía contar entre 40 a 50 personas. Era admirable para el propio ponente que ya a las 11 pm mencionaba “esperaba tener unas 10 personas de público” o “pensé que mi presentación iba a ser un monólogo”.

Estuve en unas cinco ponencias, suficiente para recorrer una diversidad de temas como el periodismo y una reflexión vinculada a Sócrates. El psicoanálisis y la filosofía, vinculada a la reflexión sobre el tiempo y una exposición fotográfica de varios autores que se realiza también en el mismo Centro Cultural, la misma que alcanzamos a ver algo rápido, pero interesante en la comprensión diversa sobre el tiempo (desde la fotografía) y sus lugares comunes y obvios en nuestro lenguaje (como que todos siempre estamos hablando en un tiempo pasado, presente o futuro).

Recorrimos la opción de la amazonía, las poblaciones indígenas y la filosofía, desde la cual se apuntó que mejor es hablar de cosmovisiones y paradigmas antes que de filosofía, si bien desde ellas se puede situar o encaminar pensamientos filosóficos. También estuvimos en temas de filosofía y política en los tiempos modernos, así como lo referente a la llamada “posverdad” que nos pareció interesante de modo especial.

La posverdad está referida a aquellas opiniones que se plantean como válidas, más allá de si se corresponde o no con hechos objetivos que las validen. Lo que termina imponiéndose como válido es la afirmación que se hace sobre algo y la fuerza subjetiva que provoca en los receptores de las mismas que la dan cómo válida o la aceptan tal cual (a pesar de que no se corresponda con algo verdadero).

Se puso ejemplos tan evidentes como que en la última campaña electoral de los EE.UU., Donald Trump (actual presidente en ejercicio), hizo en varias ocasiones afirmaciones totalmente fuera de lugar como afirmar (más de una vez) que el entonces Presidente Obama era el fundador del llamado “Estado Islámico” (organización que actúan en el oriente medio y que está catalogado de terrorista). O que en las redes sociales se difundiera y tuviera eco en cerca de 1 millón de personas la noticia de que el Papa Francisco apoyaba la candidatura de Trump. En fin, es un tema (la “posverdad”) para seguir abordando.

Como cierre de la “noche de la filosofía” terminamos viendo una película coreana (“Goksun” o El Extraño), a la cual caímos por azar y, si teníamos algo de sueño a la 1 am, ya no nos permitió pestañear, porque se trataba de una película bastante cargada de acción, terror y misterio, reflexión sobre las creencias y el tema del mal en el mundo… Fue una noche muy interesante y agradable. Esperemos se repita.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 23 de abril de 2017