El siguiente artículo se motiva de algunas preguntas planteadas para una reunión sobre los temas en mención. Son opiniones inspiradas en los entornos diversos que comparto, especialmente, mi vínculo con las CVX y la Mesa de Movimientos Laicales.
Política
I. Sobre el contexto político actual: ¿cambios importantes que he notado?
º Con el triunfo de Susana V. en la Alcaldía de Lima (noviembre 2010) y Ollanta Humala en el Gobierno Nacional (junio 2011) el péndulo político peruano viró hacia la izquierda, a pesar de que los sectores más conservadores del país se han resistido a aceptarlo y buscaron impedirlo por diversos medios.
º Aunque no es único ni determinante, se reitera el fuerte peso de los medios de comunicación para incidir en la opinión pública y, a veces, torcer la voluntad que se expresa en las ánforas. Prácticamente hoy asistimos a una realidad en la que los grupos económicos de poder han encasillado al Gobierno de Humala en una lógica de mantener el “statu quo” económico como condición de viabilidad del mismo. Con Susana V. simplemente se ha buscado sacarla del camino, quizás por haberse sobrexpuesto en ciertos casos a los medios de comunicación y la venganza jurada de Castañeda Lossio (quien se juega el ir a la cárcel por anomalías serias en su gestión municipal anterior).
º Distanciamiento de la izquierda respecto del gobierno de Humala, aunque sin llegar a una total ruptura. Problema central con el Primer Ministro, de simpatías Fujimoristas. Será todo un desafío el saber establecer una convivencia y buena vecindad, además de ganar capacidad de gestión en el Estado.
º Brújula programática del gobierno poco clara, la cual puede terminar encallando en puertos oportunistas de diverso tipo o tentaciones populistas con el afán de durar y gustar a la población.
II. ¿Cómo nos ubicamos (o debiéramos) en relación a los cambios mencionados?
º Con mesura y reflexividad de lo que puede ser lo más adecuado y necesario de encaminar como opciones.
º Viendo formas de vínculo entre lo que hago desde mi actividad laboral, mi condición ciudadana y los procesos que se vienen abriendo en Lima y el país.
º Procesando lo que podría ser lo más conveniente para una posible reagrupación de la izquierda, sabiendo que ello sólo podrá ser fruto de una confluencia adecuada de los nuevos movimientos sociales, los sectores juveniles que puedan generar voz pública, los representantes políticos que tienen alguna representación en el Estado, las iniciativas partidarias y de sociedad civil que tengan alguna referencialidad, y las diversas iniciativas que puedan expresarse en las redes sociales de internet.
III. ¿Qué problemas nuevos estamos afrontando?
Quizás no son estrictamente “nuevos”, pero vemos cuestiones claves a atender y que se pueden resumir en:
(a) Voluntad popular y temas de justicia social versus “lobbismo” y grupos de interés.
(b) Partidos políticos (y ausencia de un sistema de Partidos) versus el gran poder de los medios de comunicación social.
(c) Ejercicio ciudadano versus paternalismo estatal en el nuevo contexto de crisis y declive del llamado “neoliberalismo” (o mejor llamado conservadurismo de mercado).
(d) Divorcio de las nuevas tecnologías y del llamado boom de la globalización respecto a sectores importantes de la población, las cuales terminan arrastradas al vaivén de lo que las primeras traen.
IV. ¿Qué retos quedan planteados?
º Entablar una adecuada comunicación entre lo que se hace como cuestiones positivas desde las diversas instancias del Estado (o de la sociedad civil) y la población.
º Consolidar mínimos de espacios de diálogo y mecanismos de concertación para la resolución de conflictos, tomar decisiones claves sobre el uso de los fondos públicos y sobre temas claves que pueden afectar a sectores diversos.
º La renovación de la política, en tanto construcción creativa y cotidiana de valores como el servicio, la solidaridad, la verdad, el trabajo efectivo por el bien común, entre otros. Renovación de liderazgos y formas de hacer política a todo nivel. Consistencia en las organizaciones políticas que se encaminen, institucionales y no sólo descansen en los caudillos de turno.
º Cómo hacer efectiva una propuesta programática concertada y con sentido de país integrado, recogiendo horizontes de crecimiento con inclusión social que vaya más allá de una lógica asistencial.
º Cómo se hace para poner el hombro, de modo especial, en los temas de educación y salud, en términos de mejora de su calidad y atención especial de grupos vulnerables.
Iglesia
V. La Iglesia local y los principales problemas que se enfrentan.
º Debilidad de una iglesia progresista con identidad propia y, dentro de ella, la de una presencia laical más visible y sólida.
º Cómo sintonizar las llamadas experiencias de “Iglesia liberadora” con las nuevas generaciones. Ello se puede emparentar a problemas similares como los que se plantean en torno a las vocaciones religiosas en la Iglesia y, más en general, a la cuestión de cómo se logra hacer “atractivo” y coherente el cristianismo entre la gente (especialmente los jóvenes).
º La formación en la política, en tanto vínculo de valores con la vida cotidiana; vínculo de fe y vida; vínculo de la construcción del reino de Dios con el bien común y la justicia, etc.
º Se arrastra expresiones orgánicas y estructuras que son caducas y requieren de ser renovadas a todo nivel. Tiene que haber formas más creativas de expresar nuestro ser iglesia. Por ejemplo, ¿son adecuadas la existencia de distintas formas organizativas y de comunidades? ¿No se debiera tender a recrear lo que existió bajo una lógica anterior a Vaticano II y lo que vino después? ¿Tiene sentido la existencia de tantas congregaciones religiosas o debiera pensarse en fusiones entre ellas y recrear el sentido de su existencia y presencia en la Iglesia?
VI. ¿Cuáles son las oportunidades que se han aprovechado?
º Aprender a trabajar más desde el testimonio cotidiano y, desde allí, buscar establecer un mejor sentido de vínculo fe y vida.
º Aprender de los demás en lo que nos pueden aportar. Por ejemplo, la profundización de la vida espiritual y de oración, como cuestión clave para todo lo que se hace y como factor fundamental de procesos de crecimiento.
º Mantener espacios más amplios de intercambio y discernimiento, como factor que han ayudado a inspirar mejor lo que vemos como posibilidades y lo concreto que uno hace (ejemplo, el caso de la Mesa de Movimientos Laicales).
º Aprender a perseverar en condiciones adversas y saber caminar en situaciones de desolación o caminos de desierto. Confiando siempre en la presencia del Señor.
VII. ¿Qué retos quedan por delante?
º Saber transparentar el sentido de una opción preferencial por los débiles y pobres de nuestra sociedad en toda circunstancia y con su efectivo sentido evangélico, más allá de las buenas o limitadas circunstancias en las que nos tengamos que mover.
º Saber estar abiertos al mundo en sus nuevas complejidades tecnológicas, comunicativas, generacionales, interculturales, interreligiosas, entre otros.
º Una particular labor con los jóvenes, adolescentes y niños sobre cómo están aconteciendo los cambios y su reflejo en la tarea educativa, familiar, uso de medios de comunicación y ejercicio ciudadano.
º El profundizar en la oración y el discernimiento en tiempos actuales y como factor ordenador del sentido de vida que nos podamos dar en todo campo, mejor aún si ello se plantea desde una vivencia comunitaria plural y diversa.
Guillermo Valera Moreno Sigue leyendo