Archivo del Autor: Guillermo Gabriel Valera Moreno

La formación, ¿a qué nos llama y alienta?

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El pasado lunes (25 de febrero de 2013) se tuvo con la CVX El Agustino un conversatorio buscando precisar los temas que serían más de interés de todos para abordar en el presente año. Fue interesante que de dicha conversación se plantearan puntos hasta en tres dimensiones temáticas, las cuales compartimos por establecer pistas de trabajo que pueden ser útiles para otras comunidades.

Dichas dimensiones se ubicaron en torno a lo que podemos llamar como el ámbito de la espiritualidad, la labor comunitaria y lo relativo a “justicia y país”. De cada uno hemos recogido en forma resumida 2 a 3 temas con los detalles que nos parecieron más saltantes.

1. Sobre Espiritualidad. Se precisó hasta dos temáticas:

a) Discernimiento y Ejercicios Espirituales. Se planteó la expectativa de conocer más teóricamente al respecto, aunque se vio que lo recomendable era hacer cada uno/a la experiencia de Ejercicios, profundizando desde allí su mejor entendimiento y a qué nos llama el Señor en cada caso. Recibiéndolo como algo que nos nutre y fortalece constantemente; lo cual nos da la posibilidad de hablar un mismo lenguaje. Ver opciones desde la oferta del Centro de Espiritualidad Ignaciana – CEI u otras que se valoren desde el mismo Núcleo.

b) Fe y Espiritualidad. Hay la preocupación sobre cómo transmitir a los demás la propia fe o la continuidad de procesos con quienes se tiene la experiencia de preparación para el bautizo, la confirmación u otros sacramentos. Surgían las preguntas sobre cómo ahondar y crecer en la propia fe; cómo motivarlo mejor en los hijos y en las personas cercanas.

c) La humanidad de Jesús. A propósito de cómo nos relacionamos; nuestros juicios sobre los demás; nuestras propias limitaciones. Sobre la humildad. Vida de Ignacio. El amor de Dios en nuestras vidas, cómo va calando.

2. Sobre labor comunitaria. Se puso de relieve los siguientes temas:

a) Identidad y formación en CVX. Se propuso tanto lo vinculado a los “450 años de las comunidades laicas ignacianas”, así como recordar o profundizar temas vinculados a “Nuestro Carisma en CVX” y los “Principios Generales”.

b) La misión en CVX. Se cuestionó sobre cómo trabajar mejor la misión y recrear lo que ya hacemos en el Núcleo, vinculado a colaborar con la vida espiritual de la parroquia y la labor con jóvenes. ¿A qué nos llama y alienta? También se hacían las preguntas sobre cómo trabajar con adolescentes, niños y jóvenes y qué más se puede hacer por ellos; o preguntas sobre labores a desarrollar con enfermos.

La importancia de dar sentido de misión a toda nuestra vida. Ayudarnos haciendo revisión de nuestra vida personal en comunidad y, desde allí, lo relativo a la misión. Importante de vincularlo a las “fronteras”, a las que nos sentimos llamados hoy como CVX local, nacional y mundial. Todo ello vinculado a cómo se nos ve por otros. Llamados a vivir la misión “en el corazón del mundo”.

c) Compromisos en CVX. Temporales y definitivos. Cómo crecemos como cristianos y su vínculo a la espiritualidad ignaciana.

3. Sobre justicia y país. Mirado desde la pregunta central que le hace Jesús a Pedro: “Pedro ¿me amas? Apacienta a mis ovejas.”

a) Memoria y perdón. A propósito del 10mo aniversario del informe de la CVR. También vinculado al sentido de perdón / sanación que nos plantea el libro / película “Los Miserables” (especialmente en esa escena del ladrón que es “rescatado” por un obispo, quien le da hospitalidad y obra de modo generoso).

b) Dolor y sufrimiento. Vinculado a la vida de la Virgen María.

Alrededor de todo lo mencionado, se pueden precisar los puntos de mayor interés, ya sea para ser tratados a nivel del Núcleo CVX o lo que cada comunidad pequeña decida profundizar en su nivel.

Guillermo Valera, Asistente del Núcleo CVX El Agustino

3 de marzo de 2013

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Que sople el Espíritu

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Aunque puede haber pocas cosas que dan lugar a sorpresa desde el Vaticano, las suele haber. A veces para mencionar una nueva encíclica o viajes del Papa; algunas para señalar situaciones incómodas de juegos de poder (los asuntos bancarios rondan muchos de éstos casos) o errores y temas más espinosos que se convierten en escándalo (como los casos denunciados de pedofilia).

Gestos mayores suelen venir de modo más incierto. Quizás el más recordado en el último siglo fue cuando el Papa Juan XXIII tomó la iniciativa de realizar el Concilio Vaticano II, ante el escepticismo de muchos cardenales y la expectativa de otros tantos. Fue realmente una decisión histórica, acorde a los tiempos que se vivían y un intento serio de poner a tono y actualidad a nuestra Iglesia Católica. No discutimos acá lo que se avanzó o dejó de hacerse después de 50 años. Lo cierto es que se dejó huella, se marcó camino, se quiso vislumbrar horizonte y sentido de los signos de los tiempos.

Hoy, dos días antes de iniciarse la Cuaresma, marcando la intensidad del inicio de la semana, se nos sorprendió con la renuncia del Papa a su cargo, cuestión que creíamos irrenunciable, quizás como varias cosas que en la Iglesia aparecen con carácter de inmutable (e incluso dogma) y nos damos cuenta que son cosas que se pueden cambiar. Que así como esta hoy establecido que un Papa es elegido de por vida al cargo, ello no tiene por qué ser necesariamente así y podría variarse incluso a una elección más periódica, regulada e incluso participativa (de los fieles laicos, por ejemplo).

Benedicto XVI nos ha señalado que, con su renuncia, quiere ante todo el bien de la Iglesia. Sabiéndose con menos fuerzas para conducirla y la de poder ser un verdadero gestor y pastor. Por tanto, nos marca un sentido muy significativo y podría también interpretarse –ojala- como un hito que desarrolle cambios en otros aspectos.

Primero, por el hecho de saber delimitar el propio cauce y medir las propias fuerzas, poniendo por delante el bien de la responsabilidad que se ejerce, más aún, si se trata de un nivel tan importante o trascendente. Por tanto, saber y poder decir “hasta aquí” y doy lugar a otro/a.

Lo segundo es que nos plantea que la gestión de la Iglesia no puede seguir arrastrando ese concepto monárquico del ejercicio del cargo (de por vida). Que las cosas se pueden gestionar de otro modo, con otros plazos y conceptos. Por tanto, que un concepto como la renuncia al cargo puede ser válida. No sólo para un caso de excesiva edad sino como norma regular que pudiera considerarse de renovación en los cargos; no sólo a nivel papal sino en los diversos niveles que pudiera corresponder. Por ejemplo, ¿por qué los obispos y cardenales son electos de por vida? ¿No sería mejor que tuvieran una durabilidad, por decir de 10 años, quizás renovable?

Lo tercero está en que nos da luz para considerar que muchos temas considerados inmutables (o incluso algunos considerados como dogmas), por el bien de la Iglesia, podrían cambiar y reconsiderarse a una mirada más actual, más profética, más de Jesús. Comenzando por recordar que la Iglesia la formamos todos los fieles y no lo es sólo la jerarquía o los templos. Siguiendo por el hecho, varias veces venido a colación, de la participación de la mujer en el sacerdocio o los cargos de responsabilidad de la jerarquía. Continuando por el rol de los laicos y el modo de ser iglesia de Jesús, desde experiencias de comunidad, sensible a los problemas de la gente, compasiva, cercana a los jóvenes y a todos los seres humanos, capaz de dialogar con el diferente y aprender de ellos y respetar lo propio de cada cual. El propio tema del celibato y la manera de ser pastores en nuestra Iglesia.

Lo cuarto es que nos desafía a todos en la Iglesia a asumir cada quien la responsabilidad que le corresponde, anteponiendo el diálogo y la unidad, dejando siempre que sople el buen Espíritu. Sabiendo situar el vínculo de fe y vida desde lo que somos y hacemos, llamados a intentar vivir como Jesús, confiando en él, construyendo con él. Para el caso de los Jesuitas, el Padre General (Adolfo Nicolás) recordaba el encargo recibido de “alcanzar aquellos lugares físicos y espirituales a los que otros no llegan”. ¿Cuáles son las fronteras, exigencias y gratitud desde las cuales nos toca vivir nuestro propio seguimiento de Jesús? Cada cual, personal y comunitariamente, a qué le toca responder.

Puede parecer extraño, pero de un hecho -a la vez- tan poco casual e inusual, podemos situar muchas pistas que, ojalá, con la elección del nuevo Papa, se marque un derrotero de lo que Benedicto XVI nos deja sugerido o en la libertad de interpretar. Que sople el Espíritu.

Guillermo Valera Moreno

Magdalena del Mar, 23 de febrero de 2013

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Crecer desde lo sencillo

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En nuestra última Asamblea Comunitaria de CVX Siempre (9 de febrero del 2013), tuvimos el propósito de pensar y reflexionar en torno a renovar la comunidad como cuerpo apostólico, con buen espíritu y creatividad. Nos hicimos un poco más conscientes que en este año 2013 la comunidad mundial CVX nos invita a “caminar juntos y redescubrir una vez más lo que Dios hace en medio de nosotros, y fortalecer nuestra colaboración con la acción de Dios” (Proyectos 154). Cuestiones que son vitales para darle sentido más pleno a nuestro ser cristianos y nuestro ser comunidad.

Recordamos también que se nos invita a sintonizar con la próxima asamblea mundial a realizarse en Beirut la primera quincena de agosto, con el sentido lema “desde nuestras raíces, hacia las fronteras”. El cual nos habla tanto de saber reconocernos en nuestros rasgos de identidad y el camino recorrido a lo largo de 450 años de experiencias de comunidades laicas ignacianas (ya fuera Congregaciones Marianas, CVX u otras expresiones). Fue importante pedirle al Señor para que, desde nuestra comunidad, hagamos consonancia en ello, profundizando de modo especial en saber crecer como cuerpo apostólico, como cercanos seguidores de Jesús.

Tuvimos momento para hablar de planes y actividades. Fue propicio recordarnos que hay cuestiones vitales que son necesarias siempre de tomar en cuenta, para saber que nos situamos en el sendero que corresponde. Empezando por valorar el espacio de la misma reunión comunitaria que, para nuestro caso, es de regularidad semanal; importancia que se da en varios aspectos, en tanto nos sirve para “recargar pilas” fecha a fecha; tocar temas de formación, revisar nuestra vida, ver temas de actualidad, entre otros aspectos. Porque si queremos que la comunidad le ayude a dar centralidad a nuestra vida, no podemos más que aprovecharla todo lo que podamos.

Volvimos a poner de relieve lo necesario que es hacernos parte de la Eucaristía comunitaria (todos los integrantes). Es el momento de celebración por excelencia y en ella buscamos (o debemos buscar) hacer vida aquello de que la Eucaristía debe ser el centro de la vida comunitaria. Dentro de la formación vimos lo importante de tomar en cuenta ejes y temas de formación para el año, desde los cuales ordenar éstas necesarias acciones, de la mano con la experiencia de los Ejercicios Espirituales, los cuales son clave para profundizar y comprender la vocación y experiencia en CVX. En nuestro caso, abordar el libro sobre “Ser Humano” (de Alberto Simons sj, nuestro asesor) tendrá éste año una especial atención.

Desde allí intentamos ver cómo el Señor nos invita cada año a renovar nuestro ser CVX, a buscar amar de modo creativo y de acuerdo a las nuevas circunstancias. A vivir en el buen Espíritu que Él nos enseñó, a saber cultivarnos y a saber descubrir en nuestra vivencia comunitaria un modo de ser Iglesia y una vocación exigente de testimonio en ser hombres y mujeres para los demás con todo lo que ello significa y nos trae como consecuencia de vida.

Para situar mejor todo lo anterior, fue muy oportuna la homilía de nuestro Asesor (en torno a la humildad), intentando hacernos ver que todo lo que somos y hacemos tiene sentido en Dios y su amor revelado especialmente a través de su hijo Jesús. Que la humildad es la forma inteligente por excelencia de aproximarnos y vivir la realidad que nos corresponda a cada uno/a, el modo de ser más fieles al seguimiento y discipulado de Jesús. La manera de no caer en tan diversas expresiones de fariseísmo o individualismo, tan propias a nuestra sociedad actual. La humildad podemos decir también es un buen indicador de madurez en la vida.

En la reflexión que nos dimos (personal y grupal), nos centramos en ¿cómo podemos ir creciendo como cuerpo apostólico en CVX este año a través de los ejes comunitarios y demás actividades previstas? Descubrimos un poco más cómo el Señor actúa en cada uno de nosotros y cómo Dios quiere actuar y requiere de cada uno de nosotros, así como de lo mejor de nosotros. Recordamos que a la base de ello está el DEAE (discernimiento – envío – acompañamiento – evaluación) comunitario y la necesidad de volver sobre él. Valoramos en la imagen de la jirafa una serie de aspectos relevantes para pensar y sentir nuestra misión: tener corazón grande, mirar lejos y con amplitud de horizonte; darnos talla espiritual en lo que somos y hacemos, saber expresar siempre lo mejor de nosotros.

Por último, fue propicio el dar gracias a todos por ser comunidad (de modo especial a cada uno de los integrantes porque cada uno es importante y, por cierto, a nuestro asesor). Dimos gracias por lo mucho que aprendemos cada año, en cada reunión y en todo lo que hacemos juntos y separados desde lo cotidiano. Por ese esfuerzo de crecimiento personal y de aprender a amarnos como somos cada uno, sabiéndonos limitados. Tomando en cuenta nuestro ser y crecimiento comunitario. Guardando equilibrio en el propósito de “ser mejores” y ser sencillos.

Dimos gracias también porque el Señor nos abre mejor los ojos a los desafíos de colaborar en construir un mundo mejor. En buscar hacerlo de modo discernido y maduro, en unión y responsabilidad compartida con la comunidad mundial. Gracias por aprender un poco más sobre la necesidad de darnos sentido de solidaridad, sentido de unidad, sentido de vida sobria, sentido ecuménico, vocación y sentido en CVX, capacidad de discernimiento y sentido de misión en todo lo que somos y hacemos.

Guillermo Valera – Coordinador CVX Siempre
Magdalena del Mar, 17 de febrero de 2013 Sigue leyendo

A propósito de los 450 años de Comunidades Laicas Ignacianas

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La CVX Mundial nos invita a celebrar el Año Jubilar de una experiencia de comunidades cristianas, inspiradas en la espiritualidad ignaciana, la misma que recorrerá entre el 25 de marzo de 2013 al 25 de marzo de 2014. Son 450 años que recuerdan la fecha simbólica en que Jean Leunis sj funda la llamada “Prima Primaria” en el Colegio Romano (1563).

Es el primer impulso del cual se extenderán las Congregaciones Marianas. Estas comunidades laicas fueron importantes en la transmisión y preservación del carisma ignaciano, más aún en el tiempo de la supresión de la Compañía de Jesús (siglo XVIII). En 1967, las Congregaciones Marianas –a la luz del Concilio Vaticano II- se transforman en comunidades de Vida Cristiana (CVX).

A propósito de la celebración planteada, queremos resaltar algunos elementos que nos parecen pertinentes de tener presente:

1. Recordar que, como comunidades laicales ignacianas, somos parte de la Iglesia de Jesucristo y Él es nuestro centro: es Dios hecho persona, como parte del profundo misterio de la Encarnación. Somos ante todo, comunidades cristianas, como en el caso de la CVX nuestro propio nombre lo indica.

2. Jesús, hijo de Dios, nos enseña a vivir nuestra fe en comunidad: “Y subió al monte, y llamó a los que Él quiso, y ellos vinieron a Él. Y designó a doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar, y para que tuvieran autoridad de expulsar demonios”. (Mc. 3, 13-15). Aspiramos a una fe personal que se cultiva desde la comunidad, pero no se trata de una experiencia individualista.

3. El seguimiento de Jesús es diverso y está llamada constantemente a inculturarse. La experiencia de Pentecostés y la “venida” del Espíritu Santo nos conduce y nos sitúa en un mensaje para todas las naciones, hablando el lenguaje de cada cual.

4. Predicar y testimoniar el “reinado de Dios” genera diversos carismas, distintas formas de ser Iglesia. Una de ellas –como otras- será la de Ignacio de Loyola, hace 5 siglos. Pues, de 1540 data la fecha en que fue reconocida la Compañía de Jesús – CJ (por el Papa Pablo III).

5. Nuestra Iglesia la hacemos todos. Muchas veces o principalmente somos los laicos quienes hemos tomamos la iniciativa. Es la experiencia del mismo Jesús. El propio Ignacio hace primero su experiencia como laico (1529 toma la decisión de dedicarse a “servir almas”; hace estudios y peregrinaciones). Concluye fundando una congregación religiosa.

6. Como parte de la labor de la CJ, se promueve y dará lugar a reuniones de laicos que se denominarán Congregaciones Marianas (como ya se ha dicho, la primera sería constituida por Jean Leunis en 1563): lo “mariano” recoge el especial amor a la virgen María.

7. Estamos ante el itinerario de un camino cuyo concepto inicial (propio de aquella época) fue la de servir de soporte a las labores que realiza la jerarquía y organizaciones de religiosos/as a diverso nivel, bebiendo del discernimiento y de los ejercicios espirituales.

8. En el siglo XVIII (1773) se da la suspensión de la CJ: las Congregaciones Marianas continuaron bajo la responsabilidad de los obispos en cada zona correspondiente y de diverso modo. Algunas se mantendrían fieles a su identidad de origen; otras generaron mixturas; otras también se terminaron diluyéndose.

9. Vaticano II: genera un cambio “copernicano”, de “180 grados”, una mirada muy distinta de nuestro ser Iglesia y de nuestro ser cristiano. Nuevamente recuperamos que todos podemos reconocemos hijos de Dios y somos “pueblo de Dios”. Todos estamos llamados a una misma misión en el mundo. Todos estamos llamados a colaborar por igual a esa misión. Todos debemos buscar hacerlo al modo como Jesús nos enseñó.

10. Se genera tiempos de cambio a diverso nivel en nuestra Iglesia. También se manifiesta en la conversión de las Congregaciones Marianas en CVX (Comunidades de Vida Cristiana), lo cual encierra al menos que:
° Todos somos una misma comunidad que se reconoce en Cristo.
° Recogemos como muy valioso el aporte de los Ejercicios Espirituales para hacer un itinerario de vida: vocación – misión (Espiritualidad).
° Necesitamos de una formación constante: centrada en el crecimiento de la persona; integración fe y vida; compromiso y solidaridad; apostolados concretos.

11. Recordar que somos parte de una larga tradición, la cual nos invita a hermanarnos mejor, a tener un espíritu más abierto en nuestro mundo cambiante, a sabernos situar en él (al modo de Jesús) y obrar en consecuencia.

12. Necesitamos hacer crecer nuestras comunidades. Pidiendo al Padre como Jesús lo hace: “que todos sean uno como nosotros” (Jn. 17,11). Cuidando de nuestras comunidades, como expresión de su amor y sentido de convivencia. Como lugar de alimento e inspiración para nuestro actuar cotidiano. Como sentido de comunión y unidad.

13. Somos comunidades para la misión y no sólo para “sentirnos mejor” o quedarnos quietos en nuestra bondad o en creernos justos. Tener siempre presente las palabras de Jesús: “yo los envío como ovejas en medio de lobos” y debemos saber ser “mansos como palomas y astutos como serpientes”. Así mismo, el que siempre estamos llamados a amar y a manifestar nuestra alegría de ser cristianos.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 27 de enero de 2013 Sigue leyendo

Elementos para nuestra vida comunitaria en el 2013

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Les comparto a continuación un artículo hecho desde la experiencia de mi comunidad (CVX Siempre), recogiendo una serie de elementos que hemos ido procesando en diversas reuniones y pueden ser útiles para pensar y encaminar nuestras labores en CVX (y otras experiencias de comunidad) durante el presente año 2013.

Cuando hace unos meses abordamos el horizonte comunitario que queríamos darnos en los 5 años siguientes, identificamos que nuestra comunidad valoraba ciertas presencias (en la labor con jóvenes, en lo político, como Iglesia y en los medios de comunicación), veía con claridad la importancia de su dedicación a la formación (dar cursos, labores de acompañamiento, lo educativo) y la sensibilidad por aportar recursos a iniciativas sociales diversas (partiendo de lo que ya se ha venido haciendo en Ayacucho, Chad, otras).

Cuando hemos procesado en en nuestra última asamblea comunitaria (15 diciembre 2012) lo relativo a lo que considerábamos como lo importante en el año transcurrido (2012) y en lo que podíamos comprometernos mejor hacia adelante, nuestras respuestas fueron (las ofrendadas en la eucaristía) las siguientes:

Como lo más importante en el 2012 se señaló:
° El colaborar en el trabajo con los jóvenes y su formación.
° Crecimiento y aportes personales: De mayor servicio, sencillez, humildad, confianza y libertad; crecer en fe, confianza y esperanza. Afrontar las crisis personales como oportunidad para la conversión y cambios en estilo de vida (renuncias, disciplina). Varios (visita a amigo preso, retomar estudios de maestría, labor fructífera en Seguros, cambio de trabajo).
° Logros familiares: culminación de estudios de hijos; celebración de aniversario matrimonial; estar más tiempo con los hijos y apoyarlos en sus tareas; afrontar unión matrimonial y situaciones de crisis.
° Testimonios de vida: caso de las mujeres del Cerro Candela; mujeres valientes, justas, decididas y solidarias. Compartir el paso de la vida del Señor por la vida de cada uno y sentir su presencia.
° Presencia en diversos escenarios: con otros grupos de laicos; en la visita del P. General de los Jesuitas y del Vice Asistente mundial CVX.
° En el ámbito comunitario: hacer ejercicios espirituales y revisión de vida; valoración de todas las personas; conocer la comunidad; publicación del documento “Siempre en comunidad”.

Sobre lo que podíamos mejorar o comprometernos más hacia adelante se señaló:
° Mirar con esperanza que un mundo más justo es posible. Aportar en el esfuerzo por mejorar la educación de todas las personas. Apoyar de modo especial a las CVX de jóvenes y su formación.
° En lo comunitarios, cultivar más nuestro mundo interior (paz, serenidad, confiar plenamente en el Señor); mejorar la oración y pausa diaria, con mayor sentido y constancia. Estar más atentos en la comunidad y apoyar en lo que haga falta; discernir siempre en dónde servir mejor; capacitarse más para colaborar mejor en tareas de formación; mejor presencia en reuniones comunitarias (equipos, eucaristía, etc.). Planificar mejor nuestros tiempos y sacarles mayor provecho.
° Humanizar más nuestras relaciones; crearnos buenas costumbres; mejorar nuestros modos de relacionarnos con los demás; no ser permisivos. Estar más atentos al otro (en particular al acompañamiento de miembros). Aprender también de los fracasos. Saber dar y retribuir sin esperar nada a cambio.
° Tomar mejores decisiones en el hogar y tener mayor presencia. Afrontar de mejor manera las dificultades económicas, de salud y de relacionamiento en general entre sus integrantes.
° Tener mejor dedicación profesional y concluir tesis pendiente para crecer y servir mejor.

De otro lado, además de lo indicado, en nuestra última “edición” de la llamada “Fiesta de los deseos” que realizamos (pasado 5 de enero), salieron muchas cosas como las ya indicadas, a las cuales podríamos sumar básicamente la aspiración a que cada uno desarrolle las capacidades y medios para alcanzar lo que mejor le corresponda realizar en el 2013; estar atentos a procesos que nos cuestionan y nos obligan a reaccionar como el proceso de revocatoria contra la Alcaldesa de Lima (Susana Villarán) o lo que a nivel de Iglesia continua sucediendo contra la PUCP (con la ahora prohibición de dictado de cursos de Teología en dicha Universidad, impuesta por el Obispo Cipriani); saber ser tolerantes y discernir lo que corresponda hacer en cada caso; la preocupación por los niños y la educación en general de nuestro país.

Guillermo Valera Moreno
Coordinador CVX Siempre
Magdalena del Mar, 7 de enero de 2013 Sigue leyendo

Amistad, mutua exigencia y fecundidad

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Informe del Coordinador CVX Siempre a la Asamblea comunitaria

El presente año ha sido significativo para nuestra comunidad por varias razones. Doy gracias al Señor porque nos ha hecho conscientes en muchas ocasiones de su presencia, sabiendo que Él siempre está con nosotros, entre nosotros. Nos dimos como consigna comunitaria el “traducir la esperanza en crecimiento comunitario” y fue bueno hacer el esfuerzo por tener un lema central con el que nos intentáramos guiar, pese a que fue poco visible, como importante fue también el que nos diéramos un tiempo comunitario para reflexionar sobre nuestro horizonte a 4 ó 5 años, ayudándonos a ver más lejos y con amplitud.

En el 2012, tuvimos la visita de varias personas importantes: Alfredo Vizcarra, quien nos aportó su experiencia en el Chad, además de su grata presencia (diversos momentos como en agosto); Consuelo Degregori, autora de “Perlas en el pantano”, quien nos diera un testimonio de vida muy impactante (19 jul.); Teresa Estremadoyro, quien nos habló sobre el coaching; Clara Burgues, actual representante de CPAL – área de laicos/as, quien compartió con nosotros el tema de Vaticano II (3 oct.). Aunque no llegaron a la comunidad, fue muy significativa la presencia en Perú del P. General de los jesuitas, Adolfo Nicolás, y el Vice Asistente mundial de la CVX (el P. Lucke Rodríguez), quienes desde distintas situaciones compartieron Eucaristías y nos dejaron su mensaje, especialmente en lo referente al sentido de la colaboración de los laicos en la misión de Dios.

Tenemos nuevas personas en nuestra “aventura comunitaria”, como han sido Jesús (Piura), Marisela (Ayacucho) e Isabel (Puno), las cuales esperamos logren encaminarse en nuestra experiencia, y sepamos ayudarlas a situarse y descubrir su vocación en CVX, especialmente, siendo ejemplo coherente de lo que predicamos.

Hemos sentido la preocupación por varios de nuestros integrantes en la comunidad. Especialmente por aquellos que nos han hecho sentir una cierta lejanía por motivos laborales diversos. Los problemas familiares que pueden haberse presentado en algunos y que oramos porque sean motivo de una buena superación. Temas personales por los que otros han atravesado y que quizás no hemos sabido estar atentos a su respectivo proceso. Tengamos en cuenta que las revisiones de vida son momentos especiales de intercambio, aunque no debemos esperar sólo a esas fechas para compartir o evidenciar temas de vida que debemos compartir y sentirnos más de cerca unos de otros.

Se ha seguido una labor importante desde los ejes comunitarios de formación y la constancia de reuniones bien aprovechadas desde los equipos. Sin embargo, se ha notado también irregularidades de cumplimiento y presencia de algunos integrantes que es bueno se revisen por cada uno y desde los equipos. ¿Nos damos licencias fáciles para faltar a las reuniones o compromisos comunitarios? ¿Qué tan flexibles y laxos somos para llegar a la hora o asistir a mis compromisos y que tan exigentes somos para exigir a otros lo mismo? Son temas que hemos visto con cierta preocupación en la Coordinación y sería bueno que cada uno lo revisara; estar más atentos a cómo nos desenvolvemos.

De otro lado, también hemos tenido como hecho gratificante la publicación de nuestro documento Siempre en comunidad, lo cual nos ha servido para volver sobre él e intentar profundizar sobre varios ítems. Es muy importante incorporarlo de modo más cotidiano a nuestra oración y de modo más detenido a nuestras revisiones de vida, especialmente en lo referente a cómo crecemos en el vínculo fe y vida, compromiso y seguimiento de Jesús, vivir la vida y ser solidario, amistad y mutua exigencia fraterna, entre otros aspectos.

Debemos agradecer también los ecos comunitarios que tenemos en otros, ya fueran CVX u otros grupos y comunidades. De hecho, nuestra CVX Siempre tiene un cierto prestigio ganado y constituye una referencia que debemos de asumir con mucha sencillez y empatía, sabiendo que nos hace más responsables sobre cómo damos testimonio de nuestro ser cristiano y sentido apostólico. Parte de ello lo debemos de considerar en la nominación como candidatos de 2 integrantes de nuestra comunidad (Pilar y Guillermo), a cargos para el ExCo mundial, nominaciones que han venido de comunidades de otros países (CVX Argentina y de Ecuador). Todo ello nos enorgullece pero nos invita a buscar crecer más en nuestro testimonio y cercanía.

Por último, quiero agradecer la labor de nuestro Asesor, Alberto Simons, incansable en su constancia y presencia entre nosotros, privilegio que apreciamos mucho y queremos que siga permaneciendo en sus enseñanzas y fecundidad. Agradezco mucho la continuidad tenida en la Coordinación y la calidad de cada uno de sus integrantes; aprendí todos éstos meses mucho de cada uno/a, sin que ello nos eximiera de discusiones o tensiones con las cuales también hemos aprendido a valorar las diferencias, a ser un poco más tolerantes y a considerar mejor los puntos de vista discrepantes.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 15 de diciembre de 2012 Sigue leyendo

Algunas incidencias de la Mesa el 2012

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Estimados amigos/as de la Mesa:

Me dirijo a cada uno/a con el propósito de agradecerles por lo que ha sido el presente año de camino, con diversos momentos intensos, como lo vivido en torno a la sanción del P. Garatea, los plantones y pronunciamiento que significó o la preocupación por su salud en los últimos meses. La partida de Pilar Coll o las premiaciones a Juan Dumont (asesor de EDOP) por la Embajada de Francia o el Premio Nacional de Cultura (entre otros premios) para Gustavo Gutiérrez, personas muy queridas por todos.

Tuvimos un curso para Reflexionar la vida desde Vaticano II, evento que abrió una perspectiva muy significativa para la Iglesia que queremos seguir construyendo, entendiendo que debemos movernos entre horizontes amplios, mayor tolerancia, exigencia de sintonizar con los nuevos tiempos que se viven, compromiso con los más débiles…, todo conjugado en el seguimiento fiel de Jesús. Fue muy importante las entradas que nos dimos de situarnos en su dimensión histórica, intentar leer los signos actuales del hecho, e ir a una reflexión de lo laical desde varias perspectivas como las presentadas (muy a modo de lecciones de experiencia). Todo recogido en unos DVDs que fueron una novedosa forma de recoger lo vivido.

Hicimos el intento de abordar una mirada de más largo aliento. Darnos una perspectiva a varios años. Sabiendo que nos movemos en un contexto complejo a diverso nivel y donde los jóvenes constituyen hoy un desafío especial por los cambios en los que se va inscribiendo su desarrollo y los varios desafíos que nos plantea. La dimensión de la globalización en la que estamos inscritos son elementos que también nos retan. De hecho, nos hemos sentido parte de ello en noviembre, cuando se realizó la asamblea mundial de MIAMSI; en enero habrá otro evento de Latinoamericano de EDOP; más adelante, la CVX mundial realizará su evento mundial en el Líbano.

Recientemente, en la celebración de nuestra misa anual (coincidente con el 2do domingo de adviento), tuvimos ocasión de reunirnos un buen grupo. Más allá de algunos detalles que tenemos que mejorar, lo importante fue que pudimos darnos un tiempo juntos de celebración, de orar por el enorme significado de la encarnación y de lo que ello nos expresa como sentido del amor de Dios hacia todo ser humano, lo cual se nos da más allá de lo buenos o mejores que somos (que también hay que serlo), pero donde lo principal nos viene de nuestro Padre grande y su infinita generosidad y expresión de amor. De cómo nos enseñó a amar y a saber amar. Que las semillas que simbólicamente se entregaron nos motiven a sembrar y germinar, a ser fecundos en la vida que cada uno lleva, de modo individual y comunitario, en todos los ámbitos de nuestra vida, ya sea familiar, laboral, de estudios, como ciudadanos y como iglesia.

Todos estamos invitados a colaborar con la misión de Dios y ha descubrir con esperanza los caminos que más nos centran a su llamado y compromiso. Parte de ello, seguramente, será cómo nos situamos en la realidad de nuestra Lima, destacando el esfuerzo y ejemplo que reconocemos en nuestra Alcaldesa, Susana Villarán; cómo nos situamos en la memoria de nuestro país y algunos de los aspectos duros de la vida que nos ha tocado, recogida hace 10 años por la CVR; qué nos dice el “año de la fe” convocado por el Papa Benedicto XVI y que nos debe convocar a recrear nuestra experiencia de fe, a profundizar en ella y a pedir la gracia de ser mejores creyentes porque nos comprometemos mejor con la justicia, la verdad y la solidaridad.

Tengamos confianza en que la Mesa es un espacio de inspiración para nuestra labor en cada movimiento y como conjunto; que todos debemos ayudarnos a florecer esa dimensión. Debemos convencernos que podemos dar pasos, pequeños o grandes, que nos sitúen en tareas claves para nuestra iglesia y país, porque todo lo que nos toca vivir desde lo cotidiano es clave para construir cosas mayores; desde allí, nos toca aprender a vivir, a ser cristianos, a sabernos relacionar, a conocer el misterio de la vida humana y sus diversas aristas. Es importante que aprendamos a “acompañarnos”, tanto a los que son parte de nuestras comunidades, entre nosotros mismos; también a quienes quizás no son parte de nuestra experiencia comunitaria pero vive sentidos de compromiso que reflejan la presencia viva de nuestra fe, espiritualidad y misión.

En fin, hay varias cosas sobre las cuales podríamos seguir comentando. Parte de ello es el valorarnos unos a otros. El reconocer todo lo que aporta cada uno y lo importante de contar con todos en el camino que vamos haciendo y queremos seguir recorriendo. Que todo ello nos inspire en las próximas navidades, donde lo importante no es lo que nos regalamos unos a otros, sino el regalo que recibimos de Dios con el nacimiento de su mismo hijo. Una Feliz Navidad para todos/as… y un mejor año 2013.

Guillermo Valera Moreno
Coordinador de la Mesa
Magdalena del Mar, 12 de diciembre de 2012 Sigue leyendo

¿Una hermosa aventura?

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A continuación una historieta sobre temas de la vida cotidiana que nos puede ocurrir de diverso modo…

Conversaban dos amigos, Raúl y Jorge, sobre sus relaciones de pareja, tema muy manido y de contagiosa sordera sobre quien tiene la razón sobre uno u otro tema… ¿No te parece que tantos años viviendo juntos desgasta cualquier relación, por más buena que haya sido ésta? A veces uno se siente incomprendido porque creemos que estamos haciendo lo mejor para nuestra familia y encima siempre están que nos reclaman…

La verdad es que hasta el sexo se vuelve insípido y con poca gracia si no lo atendemos en tan diversos detalles que lo hacen vida y no caricatura. Pero más que cosas como esa, nos cansamos de los roles que nos fuimos dando; mi mujer quiere decidir más sobre las cosas y no sólo las de casa que podríamos tomarlas como más naturales para ella. También ella se puede haber cansado de mí, de ti en tu propio caso, ¿no crees? ¿Por qué tendría que aceptar lo de siempre y no querer construir un espacio distinto de relaciones? Más aún, con la mayor valoración que hoy se va construyendo de las mujeres, su condición de igualdad y no de “roles” secundarios. ¿No será que quizás no sabemos asumir una mayor horizontalidad entre varón y mujer y nos buscamos diversos argumentos para justificar que uno es el que debe tener siempre la “sartén por el mango”?

Incluso, a veces arrastramos pequeños complejos adolescentes que no hemos superado… No nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer, detestamos que nos condicionen nuestras propias decisiones o tener que tomar una decisión condicionada a la opinión de otra persona, incluso si esa otra persona es la propia pareja de uno o alguien tan cercano como ella. Creemos que somos más autónomos si tomamos distancia de lo que otros nos puedan decir, más aún si nos cuestionan hábitos que hemos hecho “modus vivendi” por tantos años, como tener una casa de campo o de playa, o teniendo en alto valor el ser parte de tal club o círculo de amigos, justificado de diversas maneras.

Pero qué pasa si alguien tan cercano a nosotros nos cuestiona nuestro “modus vivendi”, ¿estaremos en capacidad de “sacrificar” dichas cosas e intentar plantear la vida de otro modo? ¡Qué difícil! Y complejo a la vez, intrincado, ¿quién decide lo correcto y por qué habría que hacer todo ello? ¿Es un problema de quién manda a quién solamente? ¿Tenemos capacidad de volver sobre nuestros pasos y considerar qué puede ser lo más importante… qué propiedades y relaciones son las más importantes? Complicado, ¿no crees Jorge?

Me lo vas a decir, si ando en algo así metido. Uno termina tentado de echar la “culpa” al otro de que la relación se va sintiendo que se trunca; de responsabilizar a la mujer de nuestras propias limitaciones y dificultades, normalmente acompañadas de ciertas otras frustraciones que vienen juntas, peor si tienes un salario que se mantiene en el mismo punto en los últimos lustros y no hay forma muy clara de elevarlo, pese a los mayores estudios que pudiste hacer entretanto o a promesas de mejoras que nunca llegaron… Es todo un tema.

La verdad que es bueno establecer responsabilidades en los problemas que se suceden y saber que somos nuestras razones y nuestras pasiones, que no tenemos razón en todo pero tampoco debemos avasallar ni dejarnos avasallar por las dificultades planteadas. Corremos el riesgo de escuchar poco las razones del otro/a, de racionalizar que lo propio es la mejor de las opciones y decisiones que se toman y que la otra persona tiende al error. Sin embargo, es real que en una relación de pareja no puede haber problema de uno únicamente, normalmente los temas que se convierten en problema son de responsabilidad compartida, pese a que en determinado momento aparezca como algo más unilateral.

Como fuera, ¿no crees que todas estas cosas sería importante conversarlas con los hijos? Aunque no te parezca, de ellos surge a veces una sabiduría que te puede dejar con la boca abierta y, también, de los más pequeños, por pura intuición y olfato. Pero es bueno en todo ello saber poner las cartas sobre la mesa y escuchar muy finamente, con la mejor disposición de “saber perder”. Es más, conversar con el propósito de perder en los argumentos que uno pueda presentar y dejar que fluyan las razones y tedios de todos, especialmente de los principales implicados, sabiendo que estamos con nuestro principal tesoro.

Oye, qué fácil resulta escucharte decir todo ello, ¿podrías tú mismo transitarlo así como lo mencionas? ¿Crees que cediendo las cosas se van a resolver así no más? Después me criticarán por otras cosas y hasta corro el riesgo de pasar por un fracasado cuando tampoco las cosas no vayan bien en las nuevas “circunstancias” si éstas se dieran.

Es cierto, supondrían una suerte de nuevo pacto y dejarse ayudar ambos por algún especialista o alguien que los asesore en los términos que lo puedan requerir. Con todo, no deja de ser una apuesta que podría tampoco funcionar, pero dependerá de ambos, de su mejor disposición y de cómo con mucha fe puedan hacer ese tránsito. Puede ser una hermosa aventura y quizás sea mejor vivirla a aislarse o transitar por un desierto quien sabe por cuanto tiempo… nunca se sabe, como tampoco podemos cerrar como opción otras consideraciones y la misma separación.

Pero no te dejes tentar con apresurar las cosas o condicionarlas con decisiones tajantes, porque todo esto hay que manejarlo con mucha flexibilidad y ternura, especialmente por los hijos que están al medio de todo y que no tienen ninguna culpa de nuestras propias broncas, aunque también las deben entender como parte de la propia vida…

Raúl, nos tomamos un café el jueves, ¿te parece? Bacán, nos vemos, chau.

Guillermo Valera M.
Magdalena del Mar, 1 diciembre de 2012 Sigue leyendo

Vida cotidiana, fe y misión en CVX

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En el contexto de la reunión de Asistentes Eclesiásticos CVX de América Latina, realizada en Lima (4 al 7 de octubre 2012), una de las cosas que se revisó fue lo tratado por el Consejo Mundial CVX y el Consejo General de la Compañía de Jesús en un encuentro tenido a fines de marzo pasado. Dicha reunión abordó una relación tan ancestral y querida entre ambas instancias.

Parte de ello fue la consideración de la CVX como cuerpo apostólico, la misión de CVX y la colaboración con la Compañía, lo relativo a la formación y el jubileo previsto por el 450 aniversario de las comunidades laicas ignacianas. Además de la oportunidad que significó una idea más clara de lo que es la CVX y su situación en el mundo, se puso especial atención al modo de vida laical subyacente en la misión.

Pues, se identificó la misión de la CVX en cuatro niveles: la vida ordinaria; los apostolados; las obras institucionales; y la incidencia internacional. En realidad lo anterior podríamos resumirlo diciendo que la misión se pone en juego en dos niveles: en el vínculo fe y vida (desde la vida cotidiana) y en la específica acción apostólica que se puede dar cada ceveco, como sentido de compromiso mayor que se asume desde la comunidad (sea como opción individual o comunitaria), siguiendo los pasos sugeridos por el DEAE (discernir – enviar – apoyar – evaluar).

Es interesante que en ello se retome el hecho clave que la “primera misión del laicado es encontrar y revelar a Dios en las actividades cotidianas (familia, trabajo, otros). Todos los miembros de la CVX están llamados a ésta misión.” Ello es muy importante, entre otras cosas, porque se tiende a relativizar o considerar que ese tipo de misión (más bien invisible) es poco valiosa; sin embargo, esa es una de las claves para intentar ser más coherentes en nuestra vida cristiana e intentar superar el divorcio fe – vida que muchas veces se ha identificado como uno de los contrasentidos de nuestra época cristiana.

Revalorar la vida ordinaria con carácter de misión nos hace ver que toda la vida debemos asumirla como misión (y no sólo una parte de ella, “el apostolado”), porque el seguimiento al que Jesús nos llama, nos invita a comprenderla en toda circunstancia, hechos y decisiones, con profunda humildad y sentido de servicio, que nos conducen a ser disponibles siempre en la búsqueda del bien, la justicia y la paz en todo.

Pero hay algo más. Recuperar la vida ordinaria como sentido clave de misión, nos ubica también en el camino recorrido por anteriores asambleas mundiales de CVX, como fue de modo especial la realizada en Itaicí (Brasil), en 1998. En ella se reconoció tres campos de misión fundamentales para la CVX mundial (ver “Nuestra Misión común” en: http://www.cvx-clc.net/l-sp/documents.html), las mismas que se nombraron como “Cristo y la Realidad social”; “Cristo y la Cultura”; “Cristo y la vida cotidiana”. Podríamos decir que se tomó el pulso de cómo vivir (individual y socialmente) vinculando fe y justicia, fe y cultura y fe y vida cotidiana.

Allí se sitúa nuestra aspiración y “compromiso de buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, sabiendo que no se trata de diluir en la generalidad de nuestra vida la búsqueda de Dios, aunque tampoco considerarla centrada en forma exclusiva en aspectos de ella sin abarcar el conjunto de ella. Se trata de estar atentos a todas las oportunidades que se nos pueden presentar para servir, así como al desafío de crecer y la capacidad de servir –con especial énfasis- en algunos aspectos de nuestra vida. En dicha asamblea se recogió cuatro puntos de modo particular:

1. El valor absoluto de cada persona y relaciones personales en la comunidad.
2. Promover la vida de familia como unidad básica en la construcción del mundo.
3. Acompañar a los jóvenes en su camino hacia una vida llena de sentido, e invitarlos a entrar en contacto con el Señor que les ofrece la plenitud de vida.
4. Integrar las actividades profesionales y laborales en una vida verdaderamente humana y de fe.

Me parece que todo lo mencionado nos puede ayudar a integrar de mejor manera nuestras búsquedas y sentido de misión, tanto para en lo personal de cada uno como en lo que puede significar caminos de opción en cada comunidad pequeña, de Núcleo o en la comunidad nacional.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 21 de octubre de 2012 Sigue leyendo

Oración de vida por Lima

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A continuación presentamos una oración que preparamos para el cierre de la reunión de la Plataforma Regional Jesuita de Lima, realizada el 12 y 13 de octubre. Fue muy significativa y, esperemos, inspiradora.

1. Señor, te damos gracias por abrirnos caminos que nos ayudan a conocernos y nos unen con propósitos diversos, especialmente para ser más fieles a tu llamado. Tenemos el desafío de hacer algo juntos desde nuestra diversidad y sabemos que tú estás con nosotros. Por eso te damos gracias Señor.
¡Gracias Señor!

2. Señor, te pedimos porque nos has ayudado a abrir los ojos y los oídos, siendo más sensibles a visualizar propósitos comunes y quizás algunos objetivos que tendremos que seguir procesando y discerniendo. Gracias por la necesidad que nos planteas de conocer y de pensar Lima. Gracias por sentirnos Iglesia desde la posibilidad de realizar acciones compartidas que potencien sobretodo lo que ya venimos haciendo cada cual. Gracias por ubicarnos en una opción por todos, por todo lo humano, desde los más pobres. Gracias también por sentirnos parte de una identidad común. Por eso te damos gracias Señor.
¡Gracias Señor!

3. Señor, danos constante aprendizaje sobre los valores con los que debemos testimoniar tu presencia y hacer florecer la vida que de ti hemos recibido. Gracias especialmente por los valores compartidos de la amistad, la libertad, la solidaridad y la justicia. Que sepamos hacer constante pedagogía de todo ello. Por eso te damos gracias Señor.
¡Gracias Señor!

4. Señor, tú nos llamas a saber sembrar y a saber cosechar; a saber realizar ambas tareas. Por eso nos has preguntado, ¿qué podríamos hacer juntos? Nos has marcado sobretodo el valor de la gratuidad desde lo que hacemos y en todo lo que hacemos. Por eso nos hacías ver la importancia de conocernos más, desde lo simple que puede ser compartir una taza de café o un plato de pachamanca, hasta el impulso a propósitos y agendas comunes. Por eso te damos gracias Señor.
¡Gracias Señor!

5. Señor, hemos sentido tu llamado a enredarnos un poco más entre nosotros. A saber sumar nuestras manos, nuestros brazos, nuestros pensamientos y corazones. Nos sentimos invitados a ordenarnos mejor en todo ello para irradiar las sinergias que nos alimenten de acuerdo a tu propia voluntad y en razón del mayor servicio. Sabemos que las cosas no pueden dejarse a la sola espontaneidad y que necesitamos darnos cauces adecuados. Muy en especial, desde lo que ya hacemos. Tomando a Lima como unidad y sentido amplio. Pero líbranos de la tentación de considerar Lima como si fuera todo el país. Por eso, roguemos al Señor.
¡Te lo pedimos Señor!

6. Señor, ayúdanos a ser fieles a un estilo de vida cristiano, a tener un modo o modos de proceder siempre de acuerdo a tu espíritu. A asumir nuestra vida con espíritu fraterno, sencillo, dialogante, propositivo y abierto. A saber darle sentido comunitario a todo lo que hacemos, porque para nosotros queremos que todas las personas cuenten en nuestros propósitos y crecimiento. De la mano siempre con el seguimiento de Jesús desde los diversos carismas que compartimos. Por eso, roguemos al Señor.
¡Te lo pedimos Señor!

13 de octubre de 2012 Sigue leyendo