En las instituciones de educación superior, es usual que los docentes requieran que los estudiantes escriban textos complejos de carácter académico. Estos permiten la transmisión y construcción del conocimiento sobre un área de estudio. El producto final se define como “un texto escrito cuya finalidad es informar a la comunidad académica sobre los resultados de un trabajo de investigación, según las convenciones de cada disciplina” (Meza 2016: 113). En el caso de conocimientos especializados, su escritura contribuye al avance científico en las disciplinas sociales, humanísticas, tecnológicas, etc.
En tales escritos, para construir una perspectiva de objetividad, se tiende a ocultar la presencia del autor. Sin embargo, al leer y escribir un texto académico, es importante considerar que la voz del autor está inevitablemente presente, aunque sea de modo menos explícito o evidente. En ese sentido, el escritor emplea estrategias para construir su identidad y establecer un tipo de interacción con sus lectores mediante su texto. Los recursos por los que se distingue la presencia del autor, y que ayudan al lector a organizar y evaluar la información dentro del texto, constituyen el posicionamiento de un autor (Meza 2016: 116-117).
El posicionamiento es muy necesario, pues los textos se caracterizan por el análisis y la interpretación de la información, lo que demanda la construcción de un punto de vista. Bajo este supuesto, “a la hora de escribir (…), los estudiantes deben situarse en relación al material que están discutiendo y encontrar una manera satisfactoria de expresar sus propias afirmaciones y argumentos” (Castelló 2011: 107). En otras palabras, para que se genere conocimiento, es necesario tener una postura, aun implícita, sobre lo que se enuncia.
La presencia de la disciplina académica
En el posicionamiento del autor en el texto (y la construcción de su identidad), se utilizan inevitablemente herramientas propias de cada carrera. De esta manera, “los escritores se representan a sí mismos de formas diferentes según la disciplina a la que pertenecen. Así, en ciencias sociales los escritores de textos académicos creen necesaria y pertinente el explicitación de sus posiciones personales, mientras que en las ciencias llamadas ‘duras’ como las ingenierías tienden a primar los mecanismos orientados a la demostración y a la generalización evitando las interpretaciones personales” (Castelló 2011: 107). De este modo, se construyen vínculos estrechos entre la presencia de la voz en los textos y la aparición de una identidad profesional.
Debe notarse la imposibilidad de “borrar” la presencia del autor ni siquiera en las áreas de estudio consideradas “duras” y objetivas, en las que se supone que no es conveniente explicitar las interpretaciones personales. La presencia del autor permite expresar puntos de vista con precisión, cautela y diplomacia de forma diferente, pero está presente en cada una de las disciplinas.
Voz individual y social
El concepto de voz en el texto presenta una dimensión individual y otra social. Esto quiere decir que se puede distinguir, por un lado, características particulares del autor y, por otro, su interacción con otros autores, saberes e incluso cómo proyecta la interacción con los lectores.
En cuanto a lo individual, el autor puede elegir, para caracterizar su voz, la persona gramatical: el uso de la primera o la tercera persona es lo más usual. Así, el autor expresa y delimita sus opiniones personales, posturas y teorías (aunque notaremos que estas se relacionan, en ciertos puntos, con lo colectivo). En cuanto a lo social, escribir en contextos académicos implica recurrir y dialogar con los discursos ya existentes. La voz del escritor es el resultado de la asimilación y contraste de diferentes voces que estudian y opinan sobre el tema del texto.
En resumen, construir la voz en los textos académicos implica una toma de postura propia y una discusión con otras posturas y discursos.
La inserción de citas
Un aspecto clave para entender el posicionamiento es el uso de citas. En concreto, se debe considerar de qué manera un autor utiliza las palabras de otros autores, si prefiere las citas directas e indirectas, así como “identificar los propósitos específicos que ellas cumplen en los textos utilizados para la difusión del conocimiento académico y científico” (Meza 2016: 117). Esto quiere decir que cada cita ha sido escogida con cuidado y minuciosidad para expresar, reforzar o debatir una idea, teoría o caso, por lo que expresa una posición del autor, aun cuando esta se encuentre en el texto de manera impersonal.
Es relevante notar el concepto de asimilación para explicar cómo se efectúa el proceso de interiorización de ideas. Asimilar implica un trabajo de aprovechamiento y descarte, todo lo cual atraviesa un análisis riguroso. Esto evidencia “no solo el énfasis en la visión dialógica sino en la idea de esfuerzo (struggle). Se trata del esfuerzo que se requiere para dominar los significados de los demás, para hacerlos propios, para pasar, en definitiva, de la propiedad colectiva a la propiedad privada en el uso del lenguaje” (Castelló 2011: 109). Todo ello constituye un esfuerzo crítico para que los significados de otros puedan ser usados intencionalmente en contextos diversos y logren producir nuevos significados.
Conclusión
En un texto académico, se pueden distinguir la voz del autor, que adquiere ciertas características según cómo ha elegido manifestarse. A esto le llamamos el posicionamiento del autor. La voz se construye tanto de manera individual como de modo social y cultural. Por una parte, la dimensión individual está relacionada con el hecho de que la presencia del autor se pone de manifiesto a través de determinados usos estratégicos del lenguaje. Por otra, la dimensión social se vincula con la elección del uso de palabras que lo inscriben en una comunidad discursiva. Esta no solamente considera los discursos dominantes en el ámbito académico correspondiente, sino que implica establecer una relación con los lectores objetivos. Finalmente, en el ámbito de la inserción de citas (intertextualidad), la construcción de una voz propia requiere del análisis crítico de los discursos de otros para que puedan ser utilizados por el autor con el fin de producir nuevos conocimientos en su propio texto.
Referencias bibliográficas
CASTELLÓ, Monserrat y otros | |
2011 | “La voz del autor en la escritura académica: Una propuesta para su análisis”. Signos. Valparaíso, volumen 44, número 76, pp. 105-117. |
MEZA, Paulina | |
2016 | “El posicionamiento estratégico del autor en Artículos de Investigación: una propuesta para su estudio”. Forma y Función. Bogotá, volumen 29, número.2, pp. 111-134. |
Elaborado por Liliana Mejía.
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