Uno de los requisitos más importantes para iniciarse en la investigación académica es contar con la información necesaria para contrastar o apoyar lo que se busca demostrar. Cuando se discute sobre el proceso de investigación, se enfatiza la importancia de la búsqueda de producciones académicas, pues los resultados de esta permitirán delimitar y fundamentar el texto. Para empezar a buscar información académica, no basta con usar los motores de búsqueda usuales como Google, ya que, además de presentar resultados muy amplios, no toda la información que se registra en ellos es confiable.
Las bases de datos se plantean entonces como un tipo de motor de búsqueda que permiten el acceso a información académica y relacionada con los temas específicos de investigación. Debido a que su objetivo es gestionar la información, estas emplean programas informáticos que automatizan la localización, indexación y el ranking de las páginas web disponibles (Espinoza 2020: 34). Además, las bases de datos científico- tecnológicas pueden dividirse en multidisciplinares, las cuales abarcan más de una disciplina científica o técnica; y especializadas, que se caracterizan por recopilar documentos pertinentes para una disciplina o subdisciplina concreta como la investigación biomédica, por ejemplo (Rodríguez 2001: 5). Se evidencia que la función principal de las bases de datos consiste en recopilar todo tipo de documento que contribuya a la investigación académica, a diferencia de los motores de búsqueda tradicionales suelen incluir noticias o información de maturaleza más general.
Para elegir una base de datos que contribuya al proceso de investigación, se pueden considerar las disciplinas principales que abarca, la cobertura geográfica, la lengua que utiliza para indizar los documentos, los tipos de documentos que archiva y las opciones que ofrece para descargar y emplear la información que se resguarda (Sistema de Bibliotecas PUCP 2013). Entonces, será fundamental conocer, de manera amplia, el enfoque de cada base de datos; por ello, a continuación, les presentaremos cuatro de las principales bases de datos usadas en el proceso de investigación.
ProQuest
Esta podría considerarse como una de las más amplias bases de datos, pues posee más de 19 000 títulos de publicaciones periódicas que abarcan más de 160 materias como negocios y economía, salud, noticias internacionales, ciencias, educación, tecnología, humanidades, ciencias sociales, psicología, literatura, derecho, estudios de género, entre otros (Sistema de Bibliotecas PUCP 2021). Asimismo, posee contenido para todos los niveles, desde revistas y documentos de trabajo, hasta estudios de casos e informes de mercado (Cavieres 2020). Además, como se ve en la figura 1, posee una opción para traducir el documento que será útil en aquellas investigaciones cuya producción se encuentra, principalmente, en otro idioma.
Figura 1: ProQuest: resultados de la búsqueda (Sistema de Bibliotecas PUCP 2013)
Scopus
Esta posee literatura científica de diversos tipos, pues contiene aproximadamente más de 21,500 revistas arbitradas y más de 130,000 libros, actas de congresos, patentes y fuentes web de calidad (Sistema de Bibliotecas PUCP). Asimismo, al ser uno de los repositorios más confiables, es usado para analizar el ranking de las publicaciones, identificar qué revista es la más mencionada y reconocer autores que trabajan temas similares a los que nos interesa desarrollar. Unas opciones de esta base de datos que pueden contribuir en el proceso de investigación es que genera un historial de búsqueda de fácil acceso y permite guardar las búsquedas realizadas, lo cual se evidencia en la figura 2.
Figura 2: Página principal de Scopus (elaboración propia)
JSTOR
Esta base de datos es empleada mayormente por investigadores dedicados a las humanidades, ciencias sociales, negocios y economía. El Sistema de Bibliotecas PUCP ofrece el acceso a los primeros números de varias ediciones de las publicaciones y también se caracteriza por realizar la búsqueda tanto de imágenes como de fotografías de la base ARTstor. En la figura 3, se puede evidenciar una herramienta común en las bases de datos, la cual ordena los datos de la fuente según los requerimientos de los principales sistemas de citado.
Figura 3. Herramientas para el citado (elaboración propia)
Bibliografía
ESPINOZA, Eudaldo | |
2020 | “La búsqueda de información científica en las bases de datos académicas”. Revista Metropolitana de Ciencias Aplicadas. Machala, volumen 2, número 1, pp. 32-34. Consulta: 05 de octubre de 2021.
http://remca.umet.edu.ec/index.php/REMCA/article/view/219/268 |
CAVIERES, Alonso | |
2020 | Proquest, información académica e interdisciplinaria: accede a libros, artículos científicos y tesis [videograbación]. Lima: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Consulta: 04 de octubre de 2021. |
RODRÍGUEZ YUNTA, Luis | |
2001 | “Bases de datos documentales: estructura y uso”. En MALDONADO, Ángeles. La información especializada en Internet. Madrid: ClNDOC, pp. 1-21. Consulta: 04 de octubre de 2021. |
SISTEMA DE BIBLIOTECAS PUCP | |
2013 | “Clase 11: Las bases de datos” Material del curso Taller de habilidades informativas. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. Consulta: 03 de octubre de 2021. |
Elaborado por Valery Quezada, Marcela Damonte y Joy Godoy.
La primera imagen ha sido tomada de https://www.unocero.com/noticias/de-buscadores-academicos-y-cientificos/.