Con la finalidad de elaborar un texto formal que pueda ser publicado en el ámbito académico, es necesario cumplir una serie de requerimientos que, en muchos casos, los estudiantes deben aprender. El objetivo de este post es abordar uno de estos componentes implicados en el proceso de elaboración de un buen texto: la construcción oracional.
¿Por qué se les exige insistentemente a los estudiantes, en los cursos de redacción, que construyan oraciones? Recordemos que un texto representa un conjunto de párrafos y, del mismo modo, un párrafo está constituido por un conjunto de oraciones.
De esta manera, si no se elaboran oraciones de manera pertinente y estas no se vinculan entre sí consecuentemente, los párrafos no estarán bien estructurados y, así, el texto como producto final podría tener diversas deficiencias. Por consiguiente, se podría afirmar que es en ese aspecto donde radica la importancia de construir oraciones.
Para lograr el objetivo planteado, a continuación, se explican una serie de características formales de la oración, las cuales están consensuadas por gran parte de las instituciones educativas y académicas.
- En primer lugar, una oración debe tener siempre un verbo conjugado como núcleo del predicado. En muchas ocasiones, los alumnos redactan un conjunto de palabras que tienen sentido pero que no tienen este requisito indispensable para convertirse en una oración.
El estudiante sustentó su tesis.
2. En segundo lugar, aunque parezca obvio, es necesario mencionar que una oración debe empezar en mayúscula y terminar en un punto seguido o final. Un número significativo de estudiantes obvia este aspecto y propone muchas oraciones juntas que necesitarían uno o varios puntos para poder delimitarse de manera adecuada.
Aquel presidente fue destituido la semana pasada.
3. En tercer lugar, estas construcciones deben tener sentido completo; en otras palabras, es necesario que reflejen una idea que pueda ser comprendida en su totalidad por el interlocutor/ lector, sin necesidad de recurrir a información contextual. En palabras de Eduardo Hopkins, docente del Departamento de Humanidades de la PUCP, “escribir es un acto de conocimiento que, al mismo tiempo, es un acto de comunicación. O sea, si no tengo en cuenta mi receptor, entonces, puedo escribir de una manera inapropiada con respecto a mi objetivo de comunicación” (Sánchez 2013: 30). Entonces, es sumamente necesario que la escritura intente reflejar a cabalidad lo que se desea informar al interlocutor o receptor.
Bibliografía
SÁNCHEZ, Natalia
2013 “Todos tenemos la capacidad para escribir bien”. En Orientación vocacional de la revista Somos. 06 de julio de 2013. Pág. 30
Fuente de las imágenes
Elaborado por Natalia Sanchez Loayza y Sergio Montañez Ojeda
¡Oh por Dios! Le enseño por estos días a mis estudiantes la redacción de un párrafo en base a un material de la profesora Tavera. ¡¡Me cayó como anillo al dedo!! Muchísimas gracias.
Muchas gracias, Luis
Luis, nos alegran mucho tus comentarios. Nos alientan a seguir trabajando. ¡Gracias!