Una de las razones principales para afirmar que el Estado debería legalizar el aborto en todos los casos es que las mujeres poseen el derecho de decidir sobre sus cuerpos; es decir, la soberanía sobre estos no puede verse transgredida. En ese sentido, son los derechos reproductivos femeninos los que se verían amenazados por un Estado que no garantice la legalización del aborto. Sin embargo, el conflicto consiste en que la mayoría de ciudadanos expresa una postura poco favorable a la despenalización del aborto, ya que existe mucha desinformación con respecto a los derechos reproductivos. Por lo tanto, se considera que son los derechos de los no nacidos los que deben prevalecer y no de los de la futura madre gestante. Además, el Perú es, mayoritariamente, una sociedad patriarcal. Por consiguiente, existe la creencia basada en que la maternidad forma parte de la naturaleza femenina. Esto conduce a pensar que cualquier mujer que decidiera interrumpir un embarazo estaría teniendo un comportamiento antinatural y deplorable.

Una de las razones principales para afirmar que el Estado debería legalizar el aborto en todos los casos es que las mujeres poseen el derecho de decidir sobre sus cuerpos; es decir, la soberanía sobre estos no puede verse transgredida. En ese sentido, son los derechos reproductivos femeninos los que se verían amenazados por un Estado que no garantice la legalización del aborto.

Para comprender la magnitud de ello, es necesario tener en cuenta que los derechos humanos son universales e inherentes al ser humano, pues existen para garantizar el bienestar físico, mental y social, en todos los aspectos relacionados con nuestro sistema reproductivo, sus funciones y procesos, así como la libertad para decidir informadamente sobre el número y espaciamiento de los hijos e hijas que deseemos concebir (Centro  de la Mujer Peruana Flora Tristán).

Sin embargo, el conflicto consiste en que la mayoría de ciudadanos expresa una postura poco favorable a la despenalización del aborto, ya que existe mucha desinformación con respecto a los derechos reproductivos. Por lo tanto, se considera que son los derechos de los no nacidos los que deben prevalecer y no de los de la futura madre gestante. Además, el Perú es, mayoritariamente, una sociedad patriarcal; es decir,

una sociedad que se encuentra regida por el patriarcado, el cual puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo–políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social, en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia. (Fontanela)

 Por consiguiente, existe la creencia basada en que la maternidad forma parte de la naturaleza femenina. Esto conduce a pensar que cualquier mujer que decidiera interrumpir un embarazo estaría teniendo un comportamiento antinatural y deplorable.