La palabra del día: soliloquio

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “soliloquio” significa, en su primera acepción, reflexionar en voz alta y a solas. La segunda acepción indica que es un parlamento que hace de este modo un personaje de obra dramática o de otra semejante. Proviene del latín solilquium, un compuesto del adjetivo latino solus (solo) y del verbo loqui (hablar). Entonces, esta palabra designa el acto de hablar en solitario y es uno de los pocos términos que cuenta con un sinónimo exacto: monólogo.

El soliloquio es un discurso ininterrumpido porque no apela ni permite que un interlocutor participe o responda. Además, este transmite pensamientos o emociones: se trata de una declamación subjetiva y de valor psicológico, ya que permite acceder al interior del sujeto que lo realiza. Asimismo, el soliloquio puede encubrir un diálogo que la persona mantiene consigo misma, con un objeto, o con un ser incapaz de hablar. Este recurso permite que el individuo exteriorice sus sentimientos aun cuando está solo. Existen muchos ejemplos de soliloquios famosos en la literatura: el “Soliloquio de Segismundo” en la obra La vida es sueño de Calderón de la Barca o el “Soliloquio de Hamlet” de William Shakespeare.

Fuente de la imagen: http://www.basilicatanet.com/ita/web/item.asp?nav=soliloquio_mostra

Elaborado por Francisco Matzumura, Pablo Ávila y Julio Aldana.

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