¿Por qué seguimos escribiendo con “h” si es muda?

¿Cuántas veces nos hemos preguntado si se escribe “alago” o “halago”, “exibir o exhibir”? Además, nos hemos cuestionado por qué nos preocupamos de la escritura de estas palabras si, al fin y al cabo, la h es muda. Sin embargo, existen algunas razones por las cuales la h se ha mantenido en nuestra tradición ortográfica castellana durante mucho tiempo. La siguiente nota hablará de dichas razones y, además, brindaremos algunas pautas para saber cuándo utilizarla.

Por un lado, como sabemos, el castellano proviene del latín, lengua hablada por los antiguos romanos y por los pueblos dominados. El latín poseía entre sus sonidos la /h/ aspirada (tal como pronunciamos Hawaii) que paulatinamente fue perdiéndose; no obstante, su grafía permaneció en los escritos de la época hasta llegar a nuestros días: anhelar (del lat. anhelāre), exhibir (del lat. exhibēre), hábil (del lat. habǐlis), hernia (del lat. hernǐa), hoy (del lat. hodǐe), etc.

De igual modo, otras palabras que portan la grafía h en su escritura son el resultado histórico de los cambios sucesivos del sonido /f/ (aunque siguió representándose con la grafía f hasta principios del siglo XVI), que pasó a convertirse en un sonido aspirado /h/ (como el ejemplo de Hawaii) aproximadamente en tiempos de la Reconquista española; y durante el siglo XVI fue cambiado por la grafía h en los textos literarios. Finalmente, a mediados del siglo XVI, la aspiración desapareció en el español culto, pero la grafía permanece aún en los escritos de hoy. Unos casos representativos son hacer (del lat. facĕre), harina (del lat. farīna), herir (del lat. ferīre), herramienta (del lat. ferramenta), hijo (del lat. filǐus), hormiga (del lat. formǐca), etc.

Además, un origen práctico de la grafía h en los escritos se da ante los diptongos ua, ue y ui. La razón de su uso consiste en que antiguamente las grafías u y v se usaban indistintamente en cualquier contexto y podían representar tanto al sonido /u/ como al sonido /b/. De esa manera, para que una palabra como ueso no sea leída como /béso/ sino como /uéso/, se decidió emplear la grafía h antes de dichos diptongos para evitar ambigüedades.

Asimismo, los préstamos de origen griego, árabe, hebreo, francés, inglés, etc., han introducido el uso de la grafía h que, en sus respectivas lenguas, representaba el sonido aspirado, pero que en nuestro castellano simplemente no representa sonido alguno. Como ejemplos, se pueden mencionar las palabras hedonismo, que proviene del griego; almohada, del árabe; Jehová, del hebreo; hotel, del francés; y hamburguesa, del inglés, así como términos prestados de otras lenguas, tales como las amerindias, como ocurre con palabras como hamaca y huracán.

Por otro lado, algunas pautas para reconocer la escritura de la h son las siguientes:

• Se escribe con h las secuencias vocálicas conocidas como diptongos: huaca, hueco, huella, huérfano, huerto, hueso, huésped, cacahuete, marihuana, parihuela, etc.
• Se utiliza h en las palabras que empiezan con herm-, histo-, hog-, holg-, horm-, horr- y hosp-. Por ejemplo, hermafrodita, hermoso, histología, historia, hogar, hogaza, holgazán, holgura, hormiga, hormona, horrible, horror, hospedar, hospicio, hospital.
• Se escribe con h las raíces o prefijos de origen griego como halo- (‘sal’), hect(o)- (‘cien’), helico- (‘espiral’), helio- (‘sol’), hema- (‘sangre’), hemi- (‘mitad’), hepat(o)- ‘hígado’, higro- (‘humedad)’, etc.
• Se utiliza h en los verbos de uso frecuente como haber, habitar, hablar, hacer, hallar, hartar, helar, herir, hervir, hinchar y hundir y todas sus conjugaciones.
• Se escribe h tras la secuencia inicial ex- como exhalar, exhausto, exhibir, exhortar y exhumar.

En conclusión, la grafía h no es más que la huella de los cambios ocurridos desde tiempos en que se hablaba el latín hasta lo que hoy conocemos como nuestro castellano. Asimismo, es conveniente recordar que la grafía h pudo haber aparecido en palabras provenientes del latín como vestigio de un antiguo sonido aspirado /h/ o de un sonido inicial /f/. Además, esta letra puede aparecer en nuestra lengua como parte de préstamos de otras lenguas. Por ello, aunque su uso pueda parecernos innecesario, nos ayuda a reconocer la procedencia de algunas voces y su etimología. Finalmente, recomendamos el uso del diccionario ante cualquier duda que se presente al redactar un texto.

Bibliografía consultada:

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
2010 Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa.

Fuente de la imagen: http://paraninosconcabeza.blogspot.com/2011/02/con-hache-sin-hache-achus.html
Elaborado por Elvira Cetraro, Denis Torres y Arturo Martel

Puntuación: 3.8 / Votos: 5

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