Uno de los objetivos del blog de redacción es promover la creatividad de los estudiantes en el ejercicio de la escritura.
Por ello, en esta ocasión, presentamos una entrevista a Giancarlo Poma, estudiante de la especialidad de Literatura hispánica de nuestra universidad, que ha ganado el concurso de novela corta Julio Ramón Ribeyro, organizado por el Banco Central de Reserva del Perú (BCR), con su primera novela, Sonata para kamikazes. Es importante destacar que este joven autor no considera indispensable haber estudiado Literatura para ser un buen escritor (“se aprende a decodificar, lo que para mí fue una experiencia novedosa y me hizo crecer como lector”), pues lo importante es, sencillamente, escribir constantemente y corregir siempre (“así como para ser futbolista es necesario jugar al fútbol”). Es nuestra intención, por lo tanto, que su caso sirva de estímulo para que cualquier de nosotros, estudiantes de distintas carreras universitarias, también incursionemos en el apasionante oficio de la literatura.
1.Cuéntanos brevemente el argumento de tu novela corta Sonata para kamikazes. ¿Qué significa el título con sus referencias a la música y la cultura japonesa?
Sonata para kamikazes es la historia de cuatro jóvenes y una noche que se convierte en el rito de pasaje a la madurez. La excusa para reunirse es el cumpleaños de uno de ellos. Los lugares son los de siempre: el parque municipal de Barranco, el boulevard y sus discotecas. Sobre todo, hay una deuda con el género policial. En las primeras páginas, se narra un crimen que surge de entre las sombras, un crimen del que se oculta no solo motivos y verdugo, sino también la víctima. De allí nace el suspenso y el eje central de la obra. Lo de “sonata” responde a la forma musical. Traté de que la estructura de la novela correspondiera con la de una sonata. Cada capítulo remite a un movimiento. Es una sonata por una cuestión de argumento, pero, también, porque, durante la escritura de la novela, tuve como referente una escena de la película Elephant, de Gus Van Sant, en la que uno de los personajes toca la conocida sonata Claro de luna. “Kamikaze”, a su vez, refiere al uso convencional que se le da a la palabra: alguien cuyo último ataque es la inmolación.
2. Además de remitirte experiencias propias o ajenas, ¿por qué elegiste como personajes de tu novela a cuatro jóvenes universitarios? ¿Querías expresar un punto de vista sobre la idiosincrasia y las manías de la juventud actual?
Supongo que en parte sí. No puedo escapar a la responsabilidad que conlleva aludir a una generación y valerme de sus códigos, por más que sea mi generación y mis códigos. Pero no busco ser vocero de la juventud ni tampoco hacer sociología. Quería escribir sobre lo que conocía por una cuestión de comodidad y para sacarme de encima esa novela iniciática que muchas veces persigue a los escritores como un fantasma o como un animal famélico. De ahí que la principal razón para que mis personajes sean jóvenes universitarios, y en específico, los típicos “sabelotodo” que siempre tienen algo que decir, característica, también, indispensable para la verosimilitud y la tensión de la historia.
3.¿Cómo surgió tu interés en la escritura de ficción? ¿Cuáles fueron tus lecturas formativas? ¿Es necesario haber estudiado Literatura para poder convertirse en escritor?
Una respuesta psicoanalítica podría ser que durante buen tiempo me tocó ser hijo único y necesitaba inventarme historias porque no tenía con quién jugar. Con suerte, lo mío va más allá de la soledad. Recuerdo que el primer cuento «serio» que escribí, a eso de los trece, fue porque leí otro cuento que un amigo había escrito sobre la chica que nos gustaba a ambos. Él se la quedaba en su cuento y yo no iba a permitir que eso pasara, así que escribí mi propia versión. Lo curioso es que en mi cuento yo tampoco me quedaba con ella. Es decir, quería quedarme con ella, pero me di cuenta de que con otro final el cuento sería mucho mejor. Fue mi primera concesión a la Literatura. Sobre mis lecturas formativas, el autor que me incitó, el primer cómplice, fue Alfredo Bryce. Más que nada los cuentos, que siempre me parecieron una conversación entre amigos. Luego está Cortázar, porque yo también fui un “cortazarito”, aunque la verdad es que creo que, como la mayoría, solo fui un “rayuelero” o un “rayuelista”. Bryce es un abuelo chocho. Cortázar sigue siendo el padre. Bolaño es el hermano mayor, mi pata. Pero mis lecturas formativas serán también las que vienen.
4.¿Te interesa algún tema en particular sobre el cual quisieras escribir? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Me interesa escribir sobre Latinoamérica. Ya conozco Buenos Aires y parte de Chile, y buscaré la manera de viajar más seguido. También, me interesa escribir sobre la guerra. Creo que por ahí va lo mío. Mi proyecto más cercano es publicar la novela. Los encargados del BCRP son muy amables y están poniendo todo de su parte para que la edición sea de primera calidad. Ya no falta casi nada. En unos meses, conoceré la felicidad de leer un libro con mi nombre en la tapa. Ha de ser algo maravilloso, casi como clasificar a un mundial.
Fuente de la imagen: http://elvanguardista.wordpress.com/category/literatura-libros/
Elaborado por Javier Muñoz