Hay una falacia, que, si bien en algún tiempo medieval pudo haber sido lícita, en la actualidad no es más que un mero prejuicio; en el peor de los casos, ya debería ya ser uno de tantos. El sesgo relacionado con las prendas que alguien pueda vestir reza: “como te ven, te tratan”. Se olvida en ese momento que la diferencia entre la vestimenta de alguno de la realeza y cualquier vasallo en alguna época pasada seguro era mucho más marcada, mas parece que algunos quedaron atornillados en ideas de épocas ya históricas. Tal vez esta ya mala frase podría conservar vigencia si no hubiera los famosos ladrones, corruptos de cuello blanco; más bien ahora se hace común los delincuentes con camisa. La vestimenta sobre todo y con mayor razón en estos tiempos no hace más que enmascarar a un pillo y estafador como una persona de bien. De qué vale usar la mejor y más cara marca de ropa si se es un delincuente? En una época antigua no cualquiera tenía uno o más de un corcel y su carruaje con su respectivo cochero ni menos a alguien encargado de que lo vista y desvista. Por más de no saber qué pueda ser la hermenéutica ni la exégesis, debería haber algún mínimo sentido común que nos diga que no se puede mirar con ojos actuales las costumbres y comportamientos antiguos. Solo a uno sin vida y con muchos resentimientos y complejos le importaría qué marca y modelo de zapatos o zapatillas calce alguien, así como cualquier otra prenda. El principal y gravísimo problema, en algunos casos relacionados a la creación de vestimenta, es la explotación, la mano de obra que linda con la esclavitud. Otro grave problema que acompaña a este prejuicio es todo el montón de desperdicio, incluso tóxico, que se genera desde la fabricación, como tintes arrojados a ríos, hasta la contaminación de todas esas ropas como cerros de basura al ser descartadas. Ni hablar de los problemas a la salud pública por contaminación de metales como el plomo, cadmio entre otros provenientes de tintes baratos que se usan en la fabricación. Ropas prohibidas en unos países que se venden libremente en otros. Sería bueno que los prejuicios y falacias de algunas frases y expresiones, sobre todo antiguas, quedaran, además de en su tiempo, en algo teórico, sin embargo, se convierten en abuso hacía otras personas, además de hacer campos y aguas contaminadas en la realidad, en la naturaleza. Así como superficial puede ser la idea de alguno, así con esa misma idea superflua juzga a otro, lo que es un grave error. Lo que importa de una persona jamás de los jamases radicará en lo que traiga puesta.