Hace no más de unos diez años a la fecha ha crecido una corriente neo-anarquista. Precisamente, anarco-capitalista; aunque tomen más el rótulo de liberales o libertarios. Quién sabe tal vez se pueda ser anarquista de noche y capitalista de día o viceversa. Si bien sus influencias vienen a partir de mediados del siglo XIX, en estos últimos años ha tomado importancia. Como quien escribe trata de creer y pensar en alguna medida en lo que puede ser la verdadera libertad, intentamos también creer en ese discurso. Para tratar de salvar lo anarco-capitalista tal vez se le deba agregar el término racional: anarcocapitalismo-racional. No se puede pensar en una bonanza, riqueza ni menos lujo para todos cuando hay un planeta además de exhausto, contaminado; aunque también, claro, hay quienes hasta de eso descreen. Problema tan grave y ya tan íntimo que hasta incluso se habla de microplásticos en la sangre. No se puede pensar igual que cuando se es a los más dos mil millones de personas a cuando se es más de casi ocho mil millones (y subiendo a un ritmo constante y quizás hasta vertiginoso). Tal vez se haga realidad las escenas de una película de los años setenta en el que un pequeño pedazo de carne, un poco de verdura, licor y hasta una barra de jabón son en extremo escasos y lujosos. Futuro en el que un monopolio de bienes de consumo vende alimentos a base de cadáveres de personas “procesados”. Afortunadamente en la “capital del mundo” todavía no son cuarenta millones de personas y todavía no vive gente hacinada hasta en las gradas de edificios. Con una enorme brecha de desigualdad no todos podemos tener autos de lujo, no todos pueden viajar en avión. Se llega a temer a una plaga de langostas, cuando éstas solo se alimentan, mientras hay otra especie que además de devorar todo a su paso, desperdicia alimentos, los vuelve basura, contamina. Esta neo corriente anarquista de influencia austriaca pinta y promete como si fuera volver ricos a todos en unos treinta años. Sería bueno que nos explicaran de dónde pretenden inventar y sacar un planeta y medio más para saciar sus más íntimos impulsos y anhelos liberales, porque para vivir al ritmo de su país símbolo de “libertad liberal” se necesitan dos planetas tierra y medio. Habría que recordar que para el día veintiocho de julio del presente, los recursos mundiales que deberían haber sido para todo un año ya están agotados.
Cómo se puede vivir en una sociedad con gente que engaña? En realidad, el hombre, el hombre en verdad racional, no debería depender ni de ningún Estado ni de ninguna sociedad privada. Ambos por experiencia siempre han engañado a la gente de a pie, ambos intentan sacar dinero de la peor o mejor manera posible. En aras y en nombre del emprendimiento también se puede ocultar detrás la usura. Por inoperancia, desconocimiento y hasta azares de la propia naturaleza la economía de los países y de empresas pueden quebrar y los que pagan las consecuencias son quienes aportan su trabajo y sus impuestos. Los mismos que participan del error son los que quieren venir a dar la solución. Así como hemos llegado a creer que no importa la ideología política, sino que quienes las encabezan sean gente honesta y proba, así igual no importa si Estado o capital privado si quienes los manejan son gente incapaz y corrupta. Otro problema más grave aún es la ceguera inentendible de las personas, que no encuentren cansancio de las mentiras y es más las apoyen, los voten. “Roba, pero comparte”, “roba, pero hace obras”, “roba, pero da trabajo”, “roba, pero el otro roba más”. Si por solo una vez nadie saliera a votar! Si tal vez estos neo libertarios cumplieran la mitad de sus promesas y se alejaran en serio y rotundamente de lo que es una clase política anticuada, parásita y hasta traidora a su patria, solo tal vez habría un atisbo de ilusión en la sociedad. Si corrupción no es traición, entonces no sabemos qué otra cosa más pueda ser. En ocasiones la empatía es solo un concepto vacío.