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Ojitos de opresión. Le das mucha importancia al qué dirán. Al que dirá de tu familia y al de tu sociedad. No es que sea tu culpa ni algo que sea malo tomarles en cuenta y respetarlos. En donde creciste seguro todavía primaba el paternalismo, alguna especie de ello. La opresión por fuerza solo la tienen los niños. Estar diciéndole a un mayor qué hacer o qué no, el mayor teniendo que esperar lo que otro le diga. Cada adulto solo acumula gracias o perdones, entre ellos y para con su Dios. Entre hombres no es bueno tener muchas gracias o muchos perdones. Los hombres suelen usar estos conceptos como amedrentamiento, amenazas, chantaje y sacar ventaja. El hombre no conoce la equidad, es que a la fuerza, como un niño, no ve todo ni está en todas partes. Clarividente tendría que ser. Pero si hay otros que no lo son, por qué tendrían que creerle? Acaso no se puede equivocar? Entonces por qué tendrías que ser perfecta? Parece como si pensaras que por siempre las personas tendrían que estar recordando lo que debiste y no debiste hacer y también no pensar que puedan tener sus propias preocupaciones. Estar recordando como vestías, como lucias, lo que decías y hacías. Si no soy como tú que le da mucha importancia a lo que puedan decir o no de uno, lo hiciera solo por contradecirte, sería estar errando, lo que hago lo podría estar haciendo por convicción, eso sería tratar de ser yo. Aunque no deje de ser una contradicción, está no es mal intencionada ni por molestar, es solo tener otra forma de ver y hacer. Las veces que te debes haber enrojecido por haber yo hecho algo que no harías. Que te estén mirando, hablando de ti. Te tendrías que estar molestando en pensar qué pueden estar diciendo algunos que no tienen otra mejor cosa qué hacer que el estar hablando y criticando de otros? De unos que hablan de uno sin conocerlo? Tendrías que saber de quien sí oír sus resondrones, consejos y críticas y de quienes no. Hay algunos a quienes sí les debe agradar el buscar aliados, parejas, tríos, etcétera como debe haber otros que huyen del tumulto y aglomeraciones. Tener uno que otro no tan buen desayuno, almuerzo o cena. Uno espera del otro lo que el otro de uno. Bien si concuerdan, mal si no, por capricho o por razón. Entumirte, agachar la cabeza, achinar los ojos y mirar solapadamente si nos miran o no. No es lo mismo tener colegas a no tenerlos, necesariamente tiene que adecuarse a otros, el otro no. Cuál de los dos es más libre entonces? El más libre es el que hace lo que hace por gusto y diversión y por ello mismo no se lamenta de nada. Al que prefiere estar solo le podrían tocar más colegas y al que los desea, no tenerlos. El gesto y mirar de un oprimido que tiene mucho por deber no solo lo he visto en ti, debe ser algo casi general, cada uno en su manera e intensidad. Tal vez también podría haber estado en mi; a quién se le puede llamar verdaderamente libre, más si tiene que pagar multas y otros castigos por hacer o dejar de hacer algo? Es justo que por unos o uno paguen todos? Si te sientes parte del grupo sí y si no, niegas tres veces y vuelves a tener que pedir perdón y consejo.