No podría haber nada más cotidiano que el comer, de todos los que hay, algunos usan vasijas y cubiertos. Como se le dice omnívoro, lo que come él, también lo comen otros. Aunque algunos son más específicos, ese que come todo, seguro también lo podría comer. Es una de esas cosas que los hace iguales, aunque otros les den otros estados, tratar de tenerlas y retenerlas. Se anda tratando de guardar lo que no nos gusta? Tal vez por melancolía o alguna otra inspiración, en un momento vieron a eso común, como bello y parte de ellos, de cómo eran y en qué comían y qué comían. Saberlo alguna vez cambiado, inexistente aun así haya sido antes abundante. Lo acabado como terminado, no como perfección. La mesa de cada uno, no es la misma a otra, como cada comida no es la misma a otra tampoco, cada fruta, aun así sean de la misma especie. Querer quedarse con sus colores y formas, quedarse solo con sus colores o solo con sus formas. Si era de cualquier día, más ahora, nos parece lo es más. Seguramente cuando uno sabe como ha obtenido lo que ha obtenido, le es más fácil dejarlo o no. En general, esperar, como con quedarse con algo, es solo una ilusión, aun sonando triste, negativo y pesimista, es que es más realidad que el que todos pierden todo y que nadie se queda con nada. Cada uno seguramente ha tenido que usar algún artículo semejante, haber hecho o roto uno. Es solo un instante; qué tanto es un retrato de lo que era en ese momento? Estar perdiendo el tiempo retratando cosas tan habituales y cotidianas. No necesariamente tienen que ser de algún material lujoso, menos tampoco para ser más llamativos. Está muerta, se mueve solo cuando quieres que se mueva, que se use cuando las necesites usar. Pero seguramente hay de esas naturalezas muertas, más recordadas que alguna persona común, más, por quien haya podido ser su hacedor. Pasar de ver solo vasijas y alimento a verlas o hacerlas arte.