Noventa y Nueve Por Ciento

12 Jun 2012 poes
Un fin que nos presenta la vida, es buscar las cosas deseables, algún modelo o prototipo. Para que se llegue a eso que se desea, y las cosas en verdad deseables tienen que ser generales, cada persona es un camino. Eso deseable o tendría que hacer mal a todos o tendría que hacer bien a todos, no bien a unos y mal a otros. Se debería entonces evadir toda conducta que nos provoque un verdadero reproche, y ese es un estado diferente. Estando en quietud antes del primer rebelde, el castigo no era, todo era Bien. Habiéndose ya producido lo que provoca el desequilibrio, unos sabiendo, eligen un camino, y otros otros; así, también otros son introducidos a la fuerza. Los dos no podrían tener la misma culpa. Que de cada persona se tenga un camino, algo evidente, no se podría seguir de ello que de cada camino se tenga distinto fin, tampoco se sigue que de cada camino se tenga un fin único. Qué se necesita para que una ideología se haga? Alguien que haya ideado algo ya sea religioso, moral, político, económico o humano en general; que otros se sientan en algún grado identificados con ese pensar y se unan por ella y la celebren; personas que estén dispuestas a tratar de hacer memorable de alguna manera algún recuerdo; finalmente, hacer de ella una institución. Y qué es una idea sino también un recuerdo. Si intentáramos forzar una de las dos salidas, un fin único o fines distintos, la ya poca libertad del hombre sería más menguada. Esto tampoco nos impide imaginar ni conjeturar, la vida es esas dos cosas. Hay conjeturas más o menos fiables que otras e imaginaciones más o menos buenas, lindas y positivas que otras. Los dos caminos están a nuestros ojos, unos tienen más hijos que otros, hermanos que otros, amigos que otros, bienes que otros; no es cuando se le diga al hombre anciano que un camino suyo se ha cumplido? A menos ese anciano decrépito vaya a tener un nuevo hermano, cometeríamos un error, el hombre con la tierra y el agua solo hace barro. De otro modo, también, tienen un mismo fin toda criatura, unas más o menos mejores o peores que otras. Lo que lega, es su muerte activa; la del cuerpo, lo que le hizo hacer lo que hizo, es su muerte pasiva. La activa, si fue buena, prolija y positiva, perdura más que la pasiva, de otro modo ambas mueren al mismo tiempo y se es un cadáver cualquiera. Todos somos unos cadáveres cualquiera, unos más vivos que otros. Si se le dijera al hombre lo que debe hacer, se le cortaría ese libre albedrio famoso; sin embargo, el hombre convive con obligaciones y deberes. Qué es lo que lo lleva a hacerse problemas necesarios? La convivencia, la sociabilización y la muchedumbre. Es mejor tener más deberes y obligaciones o menos? Algunos muy abnegados y laboriosos podrían vivir creándose las más difíciles y complicadas obligaciones, y así ser felices. Otros podrían ser más relajados y licenciosos. Una mente preocupada diría y replicaría; pero de qué vive, de qué se come, de qué se viste? Su cuestionar no es vano, pero se le diría; y qué son armarios y roperos que ocupan dormitorios enteros, garajes con más carros y zapatos que miembros de familia y días mismos. Hay personas que seguro no se ponen la misma vestimenta más de una vez ni comen cualquier cosa y hasta como lo demás desperdician. Tal vez hasta más irritado el que hablaba del vivir, comer y vestir diría que no es de nuestra incumbencia, más convincente, decir que no podría violar la propia regla de que cada hombre tiene un camino, su libre albedrio. Sería intentar justificar, valiéndose de algo tan verdadero, real y profundo, un despilfarro y completa desigualdad. Tal vez así sean realmente felices, volteando la cara, cerrando los ojos y escudarse en su libertad y gozo propio, mientres esté lleno el estómago. Se vive; y de dónde viene la vida? A qué se recurre y en qué se cree? Si se tiene más se deja más, si se tiene menos, menos.

Distribución de la riqueza, si se hace a ciegas y siguiendo la ley del más fuerte, de qué distribución se puede hablar? Tal vez en este caso distribuir no implique algún tipo de equidad y solo sea una ley de la selva con smooking y una que otra reglamentación. Tal vez en esto trabaje la libertad del hombre y hombre que se haga lo más rico posible debería ser el ejemplo a seguir. Cuánto pedir sería ponerle una valla al capital per cápita que pueda tener una persona jurídica o natural? Introducirles microchips? Algunos hombres harían todo lo posible, mover sus influencias, evitar lo planeado con el grito en el cielo, otros no estarían ni enterados dedicados a sus sencillos quehaceres sin trajes con nombres complicados. Sus animales, el campo y él. Algunos que pudiendo tenerlo recién salido de la tierra o de sus árboles, buscan y rebuscan en los supermercados lidiando con lo transgénico y artificial, hechos más por hombre. Hay unos hombres y niños que deberían comer, así como hay otros a quienes se les tiene que reducir alguna tripa para vivir. Hay unos que no tienen un techo y otros con casas empolvadas. Hay personas que podrían vivir solo de sus intereses bancarios, más así, trabajan; qué abnegación, laboriosidad y hasta sacrificio! Tiene ser eterno el mercantilismo? Envidia? Envidioso? Y solo existen risas y penas.

La culpa la tienen los ojos, no ven todo lo que se debería. Entonces se es ciego, uno se tendría que valer de, si eso le paso a uno como yo, de mi especie, tal vez también me suceda a mi lo mismo, aunque claro, eso no puede formar una regla o medida. Lo que si hace bien una mentalidad fascista, es que si yo hago o digo A el otro, por lo general subalterno, tiene que hacer también A. otros creemos que eso no es cierto ni obligatorio ni necesario. No parecen robotitos todos con sus manos alzadas, trajes y símbolos similares? Para dejar de ser menos animales se debería usar más la consciencia. Ésta abarca más que los ojos.

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