El Islam, una religión simple

[Visto: 1474 veces]

º Es todo un descubrimiento la profundidad y lo propio de cada religión histórica. El islam no escapa a ello. Casi podríamos decir que es muy comprensible que los árabes quisieran una religión inculturada en sus tradiciones y experiencias. Ello lo hallaron, en buena medida, en el Corán y en la habilidad de Mahoma (Muhammad ibn Abdallah) para encarnar dicho proceso y establecer un salto cualitativo en la experiencia religiosa tribal de la época, unificándolas.

º Recojo a continuación algunas notas sobre el Islam, a propósito del texto de Karem Amstrong (*) sobre “Historia de Dios” (Cap. 5). En él se hace una presentación de los orígenes del Islam como religión creada por Mahoma el año 622 (año de la hégira), siendo diez años los que seguirán en su prédica hasta su muerte. Muhammad nació en la Meca (actual Arabia Saudita) y fue hijo de comerciantes de la tribu de los qurayshitas. Entonces, la Meca se caracterizaba más como centro comercial, aunque dentro de la ciudad existía también el templo de la Kaaba, como lugar religioso y de peregrinación (hajj).

º Se sitúa algunas costumbres de la época. En aquellos tiempos, en la zona arábiga se daba la existencia de tribus nómadas, donde lo tribal (sentido de grupo) era lo primero y se sobreponía al individuo; todos dependían unos de otros y se estaba obligado a una preocupación por todos sus integrantes (incluidos los pobres y débiles). Compartían una ideología llamada “muruwah” que significaba un sistema de equilibrios basados en la ley del Talión y la obediencia al sayyid (jefe) que proporcionaban cierta estabilidad así como un cierto igualitarismo y hasta un espíritu de generosidad.

º Se señala que, entonces, los árabes sentían una especie de vacío e inquietud espiritual, por no contar con una consistencia religiosa como podían verla en cristianos y judíos. Incluso éstos se mofaban en cierta manera de ello. En la Meca andaban a la búsqueda de “la verdadera religión de Abrahán” (la hanifiyyah). El individualismo presente entre la gente empezaba a minar los rasgos comunitarios de vida. Se sentían habidos de la necesidad de un profeta. En dicho contexto, esa labor excepcional la cumplirá Mahoma, quien también unirá a casi todas las tribus de Arabia en lo que se denominará como la ummah, una “nueva comunidad unida”.

º Se cuenta que la revelación divina se produce en ocasión de celebrarse el Ramadán o fiesta del ayuno (la noche 17), del año 610. Entonces, Mahoma despertó y se sintió envuelto en una presencia divina sobrecogedora. Se le apareció el ángel Gabriel quien le dio la orden de recitar; inicialmente se negó por no ser alguien autorizado para ello, hasta que descubrió que las palabras fluían de su boca, con un especial sonido y profundidad. Dichas revelaciones se producirán en veces sucesivas, dando forma y contenido a lo que después se conocerá como El Corán. Éste (el Corán) viene, pues, de dicho término: qur’an, la recitación; le será revelada de a pocos durante 23 años.

º El Corán es el libro central del Islam. Está compuesto de suras (estrofas) que abordan diversos temas; compiladas de las más largas a las más breves. Hecho más para la proclamación litúrgica (recitación en voz alta) que para la lectura en silencio; busca suscitar un sentido sobre lo divino más que transmitir información. La melodía y sencillez con que pueden recitarse sus estrofas facilitó su rápida difusión; muchos se convirtieron inmediatamente. Incluso se señala el caso de uno de los adversarios más violentos de Mahoma (Omar ibn al-Khattab, el equivalente a Pablo de Tarso), quien se dejó impactar por su fino y noble lenguaje, el cual descubrió a través de su propia hermana y de la recitación directa escuchada a Mahoma en la Caaba. Además del Corán, Mahoma escribió las hadiths (a modo de máximas) que tratan sobre asuntos cotidianos, de metafísica, cosmológicos y teológicos; hablan de la presencia de Dios y las etapas por las que uno accede a Él (observancia de mandamientos y actos voluntarios de piedad). En su espiritualidad, cada musulmán será responsable ante Dios de su propio destino.

º He tenido ocasión de escuchar algunas suras en internet y la verdad que son muy inspiradas, especialmente si se escuchan en su lengua de origen (el árabe). Su melodía y forma de recitación penetra el interior de uno y establece una suerte de paz, inspiración y gusto. Es posible entender que muchas conversiones llegaran solo por la escucha atenta de las mismas. Ello me hacía pensar si el Corán no nos ha querido revelar como signo la importancia que puede tener la recitación de la palabra de Dios en esos tonos (y otros), como forma de pastoral y ejercicio de aproximación al misterio y la revelación. No deja de ser algo sugerente para mí.

º Mahoma no habría tenido la idea de estar fundando una religión universal nueva. No buscaba suprimir los mensajes o intuiciones de profetas anteriores; más bien, subraya la continuidad de la experiencia religiosa de la humanidad; confirmaba y continuaba las intuiciones de sus predecesores. Por ejemplo, el Corán singulariza a los apóstoles que les eran familiares a los árabes, judíos y cristianos (Abrahán, Noé, Moisés y Jesús) y agregan otros como Hud y Salih. De otro lado, el Islam es una palabra Árabe que significa paz, pureza, aceptación y compromiso; como religión lleva a la aceptación y al sometimiento a la enseñanza y consejo de Dios. En la práctica significaba que los musulmanes tenían el deber de construir una sociedad justa y con equidad, donde los pobres y los débiles fuesen tratados con justicia. Alá, el dios de las árabes, se presenta como un dios más impersonal que Yavé (vinculado a la tradición judeo – cristiana). Alá carece del phatos y la pasión del Dios bíblico. El sentido monoteísta del Islam no estuvo muy claro en un inicio, pero se convirtió después en una condición que llevó a la ruptura con los dioses ancestrales presentes en las tribus locales, convirtiéndose la idolatría en el pecado más grave. No aceptó ninguna solución de tipo monolátrica.

º Los cinco pilares (rukh) fundamentales del Islam tienen que ver con: (1) El testimonio (shahadah), la confesión de la fe musulmana, la misma que exige dar unidad a la vida haciendo de Dios el centro y la única realidad prioritaria. (2) La limosna (zakat) es una donación que se establece de la cantidad porcentual de lo que se ahorra en el año; lleva a la purificación personal. (3) La oración (salat); se convoca bajo la expresión ¡Alá es grande! y establece distinción entre Dios y el resto de la realidad y entre Dios tal cual es y lo que podamos decir de Él; se ora cinco veces al día, inclinándose en dirección a la Meca. (4) Ayunar en el mes del Ramadán, por el que se celebra la 1ª Revelación de Mahoma. (5) La peregrinación (hajj) a la Caaba (en la Meca), la misma que se insta a realizarse al menos una vez en la vida; la paz y la armonía son cuestiones significativas en ella y en el santuario se encuentra prohibida toda clase de violencia.

º Aunque existe un sentido de continuidad en la experiencia religiosa de Mahoma respecto a sus predecesores, crecientemente se volvió insegura su vida en la Meca, especialmente cuando rompe con los qurayshitas (su tribu de origen) y con la muerte de su esposa Jadicha. Los árabes paganos de Yatrib “invitaron” a musulmanes a abandonar la Meca, cuestión que los llevó a la llamada hégira y a migrar al mismo Yatrib o Medina (“La Ciudad”). Como estrategia, Mahoma intentó adaptar sus preceptos a las prácticas judías, intentando ganarlos a su causa, cuestión que logra en buena parte de ellos, aunque otros se volverán contra él. De ellos aprenderá, entre otras cosas, la historia de Ismael, hijo mayor de Abraham y su sierva Agar, los cuales habrían migrado allí después del nacimiento de Isaac (hijo de Abraham y Sara). Mahoma elabora una teología de la guerra justa, donde se expone que la única que podría llamarse así es la de autodefensa, siendo en general la guerra considerada como detestable.

º Se reconoce en Mahoma dotes muy significativas en lo político. Al final de su vida logra convencer a muchas tribus de convertirse al Islam, a pesar de que es consciente de que, en el caso de muchas de ellas, se hace de modo superficial o de nombre. El 630 la misma Meca le abre sus puertas e “islamiza” la hajj con lo que se llamó la “peregrinación de despedida”. Un ethos misericordioso y un fuerte igualitarismo caracterizará el ideal islámico, dentro de lo que e incluye la igualdad de los sexos (lamentablemente, dice la autora, la religión quedó en manos de varones).

º El islamismo no escapará a las divisiones de las que han sido objeto otras religiones, siendo la primera de ellas la que se da entre sunnitas y chiitas, originado en el tema de la sucesión. Los tres primeros califas que le sucederán fueron guerreros y recién el cuarto un primo y yerno suyo (Ali ibn Abí Talib, el año 653), desde el cual se asentarán lógicas de sucesión vinculadas a la filiación familiar con Mahoma. Ello llevó a grandes debates sobre quién y qué tipo de hombre debía de guiar la ummah. Los chiitas llegaron a creer que sólo los miembros de la familia de Mahoma (casa de Ali) tenían verdadero conocimiento divino y eran capaces de guiar a la ummah y ser un imam (líder); llegarán a considerarlos como la “puerta de acceso a Dios” y a venerarlos con sentido divino.

De otro lado, hay quienes trataron de aplicar una argumentación racional al Corán y fueron conocidos como mutazilitas, asumiendo también un compromiso político explícito. Asumen un camino intermedio entre las dos facciones. Se generaron discusiones en torno a la predestinación y el libre albedrío; el sentido de un Dios personal; distinción entre esencia de Dios y sus actividades. Hubo momentos de persecución entre facciones como cuando el califa al-Mamun (813-832) se declara mutazilita y comienza a torturar a los tradicionalistas. Los debates derivaron en torno a si se podía probar la existencia de Dios con argumentos racionales o si se podía dialogar de Dios como se hace con otros temas. Sin embargo, se dice que la mayoría de musulmanes llegó a desconfiar del racionalismo en general.

º Por último, debo decir que no ha dejado de sorprenderme que muchas de las prácticas religiosas del islam ya existieran previamente; casi como lo que ocurre con el cristianismo que se “monta” sobre las prácticas religiosas judías de la época y les da un nuevo contenido e interpretación a partir de Jesús. Además, es interesante ubicar que el Islam es una religión con orígenes muy abiertos y respetuosos de las otras creencias, aunque el lenguaje en el que esta escrito aparece algo impositiva. Aparentemente, como ocurre con el cristianismo, no pretendía ser una “nueva religión”, aunque terminará muy encausada hacia ello.

Guillermo Valera Moreno
30 de noviembre 2009
(*) Karem Amstrong – Historia de Dios. Cap. 5 “Unidad: el Dios del islam” (pp.167-206)

Puntuación: 0.00 / Votos: 1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *