En la Academia, coexisten multitud de disciplinas pertenecientes a distintas áreas del conocimiento, las cuales se diferencian entre sí, entre otros aspectos, por las preguntas de investigación que buscan resolver y las metodologías que emplean al abordar dichas preguntas. Sin embargo, aunque es cierto que estas disciplinas pueden llegar a diferenciarse entre sí profundamente, todas emplean el texto académico como un medio o instrumento para comunicar los avances que alcanzan dentro de sus respectivas áreas (Fuster, 2016). Sobre este punto, una pregunta interesante es la siguiente: ¿existen diferencias entre los textos que son producidos dentro de cada área o disciplina, como en las ciencias o en las humanidades? Como es sabido, estas dos áreas del conocimiento son consideradas opuestas. A continuación, se explican algunas de las diferencias generales entre los textos de humanidades y de ciencias; específicamente, se exponen las diferencias relacionadas con los contenidos de sus discursos, sus estilos de redacción y su citado de investigaciones previas.
En buen grado, los textos de humanidades y de ciencias se diferencian entre sí por los contenidos o temas de sus discursos. Por un lado, los temas desarrollados en los textos de ciencias son los que tradicionalmente se consideran de carácter estrictamente científico, los cuales son el resultado de investigaciones, sobre todo, de naturaleza experimental. Además, la construcción y organización del discurso en estas áreas se vincula nítidamente con el procedimiento que se aplica: el clásico método científico. Asimismo, en los textos de estas disciplinas, es común que las demostraciones científicas objetivas se fundamenten en la presentación de datos y el desarrollo de estadísticas (García et al., 2013; Navarro, 2014). Por otro lado, los temas desarrollados en los textos de humanidades, en general, son el resultado de investigaciones que pertenecen a disciplinas académicas que estudian las prácticas de construcción de significado de culturas del pasado y del presente (Small, 2013, p.23). Además, los discursos de estos textos son construidos fundamentalmente con la intención de exponer y argumentar ideas, cuya finalidad es persuadir a los lectores. Por último, en los textos de humanidades, ocupan un lugar destacado la discusión crítica de un discurso y la interpretación subjetiva del mismo.
En segundo término, los textos de humanidades y de ciencias es el estilo de redacción empleado en su elaboración. Por un lado, en los artículos científicos especializados, se busca la validación o refutación de una teoría científica a partir del análisis y de la verificación de datos cuantitativos. Para ello, se procura que la redacción sea clara, precisa y concisa, y se apela al uso de tecnicismos académicos de cada área. Ello significa que se emplean sistemáticamente términos y expresiones muy especializados y de acuerdo con convenciones de tales disciplinas. Asimismo, los documentos de difusión científica procuran transmitir la información para el público de forma clara y construyen un discurso orientado a la objetividad y la verificación de los datos que justifican la investigación (Biber, 2005; García et al., 2013). Por otra parte, en los textos de humanidades, la redacción se centra en la justificación de una hipótesis (inter)subjetiva. Para ello, el redactor evidencia, a través de su escrito, un manejo estilístico y creativo para argüir en favor de su postura. La razón del empleo de esta estrategia es potenciar la discusión crítica de las ideas, la exposición de las interpretaciones propuestas, así como la eficacia de la argumentación presentada (Biber, 2005; Navarro, 2014).
Una tercera diferencia existente entre los textos de ciencias y de humanidades es la referente al citado de investigaciones previas. Por un lado, en el caso de los textos de ciencias, se suelen privilegiar las citas de trabajos de reciente publicación, por ejemplo, de antigüedad no mayor a cinco años. Además, el objetivo principal de citar referencias bibliográficas en estos textos es posicionarlos dentro del cuerpo de conocimiento al que pertenecen y demostrar que constituyen aportes significativos dentro de sus respectivas áreas (Thelwall y Delgado, 2015; Ayala, 2019). Por otra parte, en los textos de humanidades, es común el citado de trabajos recientes y fundacionales por igual, incluso juntos. Además, en estos textos, el citado de referencias bibliográficas se realiza generalmente con el fin de demostrar la originalidad del trabajo en cuestión, no solo para proporcionar evidencias o argumentos de que representa una contribución en el área de conocimiento en el que se inscribe necesariamente (Navarro, 2014; Ayala, 2019).
En este texto, se han expuesto de manera general tres diferencias entre los textos de humanidades y de ciencias relacionadas con los contenidos o temas que se desarrollan en sus discursos, las estrategias de redacción empleadas en su elaboración, y el citado de investigaciones previas. Además, dichas diferencias apuntan al hecho de que los textos de humanidades y de ciencias se distinguen entre sí, principalmente, por la naturaleza de los temas que se abordan en ellos: mientras que los artículos de ciencias se enfocan en temas del campo de la naturaleza, de modo que se posicionan como más objetivos, los tópicos desarrollados en los textos de humanidades son de carácter esencialmente intersubjetivo (García et al., 2013). Con base en lo expuesto, se evidencia que existen contrastes importantes entre los escritos de humanidades y los de ciencias. Por tanto, con el fin de lograr la comprensión de los conocimientos de estas áreas, es necesario conocer y entender las características de la escritura que se emplea en tales áreas y disciplinas (Parodi, 2005; Corbacho, 2006). Por último, conviene resaltar que las semejanzas y diferencias en aspectos discursivos no son absolutas ni excluyentes; más bien, se trata de continuos en los que diversas disciplinas (la física, la historia, la psicología, el arte, etc.) optarán por seleccionar, o no, un conjunto de particularidades lingüísticas para la producción y comunicación de sus hallazgos y planteamientos, en consistencia con sus bases epistemológicas.
Bibliografía
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Biber, D. (2005). Paquetes léxicos en textos de estudio universitario: Variación entre disciplinas académicas. Revista Signos, 38(57), 19-29. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342005000100002 | |
Corbacho, A. (2006). Textos, tipos de texto y textos especializados. Revista de Filología (Universidad de La Laguna), (24), 77-90. http://riull.ull.es/xmlui/handle/915/21771 | |
Fuster, Y. (2016). El texto académico como género discursivo y su enseñanza en la educación terciaria. Palabra Clave, 5(2). http://www.palabraclave.fahce.unlp.edu.ar/article/view/PCv5n2a02 | |
García, M., Algas, L., Espinosa, A., Frómeta, A. y Chávez. E. (2013). La construcción de textos científicos en el ámbito de la investigación. Multimed, 17(4), 1-14. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=53861 | |
Navarro, F. (2014). Géneros discursivos e ingreso a las culturas disciplinares. Aportes para una didáctica de la lectura y la escritura en educación superior. En F. Navarro (Coord.), Manual de escritura para carreras de humanidades (pp. 29-52). Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires). | |
Parodi, G. (2018). Introducción. En G. Parodi (Ed.), Géneros académicos y géneros profesionales: accesos discursivos para saber y hacer (pp. 18-37). Ediciones Universitarias de Valparaíso. | |
Small, H. (2013). The Value of the Humanities. Oxford University Press. | |
Thelwall, M. y Delgado, M. (2015). Arts and humanities research evaluation: no metrics please, just data. Journal of Documentation, 71, 817-833. https://doi.org/10.1108/JD-02-2015-0028 |
Elaborado por Diego Blanco y Pamela Gálvez.