Cotidianamente empleamos un léxico tan variado y espontáneo que resulta difícil conocer la etimología, es decir, los orígenes de todas las palabras que usamos. Sin embargo, saber dichos orígenes ofrece la posibilidad de enriquecer la información que poseemos sobre nuestro léxico, ya sea para sustentar los términos de algún estudio que estemos realizando o quizás solo para conocer un poco más sobre nuestra lengua. En esta oportunidad, indagaremos brevemente acerca del significado de las palabras cólera y cabeza. Todas las acotaciones lingüísticas e históricas de las palabras presentadas aquí provienen del libro Historias de palabras: etimologías europeas de Louis-Jean Calvet, además de la ayuda del Diccionario de la Real Academia Española.
CÓLERA
De acuerdo a la primera información etimológica de fácil acceso, es decir, el Diccionario de la Real Academia Española, el término cólera proviene del lat. cholĕra, y este del gr. χολέρα choléra, der. de χολή cholḗ ‘bilis’.
Si, por otro lado, intentamos explicar esta información desde los orígenes evolutivos de la forma de la palabra, podemos partir por la raíz *ghel del indoeuropeo, la cual significaba tanto ‘brillante’ y ‘verde’ o ‘amarillo’ a la vez. Esta raíz, posteriormente, originó a los términos griegos para referirse a la bilis (kholé) y al color verde (khlorós). En latín, esta raíz adoptó la pronunciación de fel, la cual se transformará para las lenguas romances en hiel. Sin embargo, el origen de la actual palabra cólera parte principalmente desde el griego kholé, o sea, bilis. Esta palabra fue prontamente asociada a una enfermedad que se producía precisamente por alteraciones con la bilis en el organismo humano, afección que eventualmente se denominó como cólera. A pesar de que esta es la primera acepción del término, sabemos que cólera también alude a un estado de gran enojo y furia. Cuando la palabra cólera pasa al latín, se amplía su sentido y empieza a compartir el significado de ira, principalmente porque se consideraba a las personas coléricas como “biliosas”. Quizás, en algún punto de la homologación de sentidos, los estragos internos que ocasionaba la bilis en el organismo se analogaron, entonces, con la intensidad de los sentimientos que alguien sufría cuando se encontraba sumamente alterado o triste. Las expresiones francesas y españolas, respectivamente, de se faire de la bile y extaltársele la bilis hacen referencia a los significados de conmoverse e irritarse, lo cual demuestra que ambos significados, bilis e ira, siguen altamente asociados. Tal asociación es tan fuerte que, para el francés, la antigua palabra para ira, ire, ha desaparecido y ha quedado solamente en su forma de irascible. En español todavía mantenemos ambas formas: ira y cólera.
CABEZA
Apelando a los datos del DRAE, se puede saber que la palabra española cabeza proviene del latín capitia. Sin embargo, esta es una información todavía parcial, puesto que a partir de ella es posible deducir que se trata de una palabra que a su vez procede de la raíz caput, entendida como ‘la parte más alta del cuerpo’ según el diccionario VOX de lengua latina (2003).
Volviendo a partir de una raíz indoeuropea, la palabra reconstruida *kap tomó tres formas diferentes: kephablé para el griego, caput para el latín y haubit para el gótico. Esto nos muestra que los orígenes de la palabra actual que refieren a la cabeza de un cuerpo se remontan no solo hasta el latín, sino hasta el mismo indoeuropeo. La consonante *k de *kap evolucionará en una h dentro las lenguas germánicas, lo que generará la posterior forma de head. Para el caso de las lenguas romances, caput se convertirá en chef, para el francés; en capo, para el italiano; en cabeça, para el portugués, y la forma de capitia eventualmente será cabeza en español.
Es importante mencionar que las palabras como téte (en francés) y testa (en italiano), que sirven también para referirse a la cabeza, son una forma atípica que proviene de esta explicación histórica de la palabra, pero que, curiosamente, muestran una antigua relación de similitud entre la cabeza humana con un recipiente, dado que la forma testa proviene del sentido latino de “vasija de barro cocido”.
Cabe destacar que la noción semántica de ‘cabeza’ se ha extendido a los significados de cima (punto más alto) y ha generado, a su vez, un cierto número de palabras que sirven para designar diferentes especies de jefes como caudillo y capitán. La misma raíz indoeuropea dará lugar, al mismo tiempo, a la forma latina de capitalis para hablar del capital entendido como bienes y riquezas.
Elaborado por Gabriela Navarro, Julio Aldana y Fiorella Bravo
BIBLIOGRAFÏA
CALVET, Louis-Jean
1993 Historia de palabras. Madrid: Gredos
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Diccionario de la lengua española. Consulta: 14 de octubre del 2015.
http://www.rae.es/obrasacademicas/diccionarios/diccionario-de-la-lengua-española
VOX
2003 Diccionario ilustrado latín-español. Vigésimo primera edición. Barcelona: Spes
Referencia de las imágenes
http://ichef.bbci.co.uk/wwfeatures/624_351/images/live/p0/2n/s7/p02ns7nj.jpg