Manya como corre esa lagartija por el techo!! Oye sí, cuidado se tira encima tuyo, dicen que esas saltan a los ojos, por eso les dicen “saltojos”. Anda, no seas desgraciado, me estas tomando el pelo… De cierto lo que te digo, no me creas, pero esas son distintas a las que cazamos en el campo, no ves que cómo se mueve, retorciéndose como si fuera una culebra con patas. De verdad, ¿no? Y con sus ojos todo salidos como si los fuera a votar, se ve feísima. Y pensar que a esos animales les gusta meterse en las casas, especialmente entre la ropa en los cuartos, donde parece que hacen sus nidos pero mayormente no atacan, aunque produce repulsión verlos…
Hay otros que son más peligrosos y son los jañapes. Esos también se suben por las paredes y se meten a las casas por comida. Dicen que esos si son algo venenosos y te pueden morder. Hay otra variedad pequeña de lagartijas que también viven en las casas que les llaman capones, la verdad no se por qué. Se podría decir que son hasta bonitos, más mansitos y no atacan, muy amigables cuando entran “en confiansa”, aunque cada vez más escasos, poco se les ve. Todas ellas distintas de las que siempre hemos cazado en el campo, las lagartijas normales y las de colores (rojo, verde, azul, naranja) en la parte del pescuezo. También los pacasos o las iguanas que poco se veían pero cuando salía una nos hacía correr del susto y de lo imponente que nos parecían.
Cuanta cacería no daríamos a esos animalitos, manera de divertirnos y de pasar algunos de nuestros ratos libres, ya fuera con honda o con escopeta de balines, te acuerdas Juanca. Una vez se le salió el disparo a uno de nosotros y se te incrustó detrás de la rodilla, que te hizo chillar rico, aunque no fue nada grave, sólo un aviso del cuidado que se debía tener con nuestras “armas” de cacería. De niños como será la influencia de ciertas películas de los primeros cristianos y de la quema en la hoguera de muchos mártires que terminábamos emulando esos hechos con las propias lagartijas que cazábamos, quién lo diría y aprobaría ahora que lo vemos a la distancia.
Felipe y tú sabes que jañape resulta que le decían también a los atrasadores, los que se metían con la mujer del vecino o de otro pata. No jodas, yo he escuchado varias veces decir “no seas jañapero” entre patas pero no terminaba de entender a qué se referían, pensaba que se trataba de algo de vivesa y nada más… De eso y de más se trata, sobretodo entre la gente del campo y entre compadres. En reuniones de dirigentes campesinos, ya fuera en la Fradept, la Federación Agraria de la zona de Piura que surgió con Velazco, o en otras organizaciones locales, muchos dirigentes se fregaban con esos términos, hasta los curas que caían por ahí les soltaban la broma. Sobretodo los campeches del Bajo Piura eran los que más gustaban de poner chapas y todo.
Y cómo fue que te desapareciste tanto Juanca, ya no supimos más de tu familia y después de haber sido tan patas, de tantas andadas. De niño creía que los amigos de esos años ya no dejarían de volver a verse y seguirían siendo tan amigos como siempre. Y en realidad creo que es así, porque te veo después de 32 años y es como si te hubiese visto ayer y nos hubiéramos seguido tratando todos estos años, donde cada quien anduvo metido en su propia madriguera, en sus propias experiencias, haciendo de las suyas propias. ¡Quién lo diría!
Quien se va a olvidar del tramposo más tramposo de los tramposos, qué milagro que no apareció tu nombre en la lista de los que desfalcaron el país con Montesinos y el gobierno que les dio cobijo… Mira nomás que tu nombre sí lo vi en algún viceministerio ¿o lo vas a negar? Y no creo que fuera porque tuvieras vocación de rata o de algún otro especimen rastrero. Carajo, que tal conversación la nuestra, lo que pasa es que éramos tan picones cuando jugábamos que no podíamos soportar que el otro gane y nos victimisábamos para justificar que perdíamos y ¡claro! El otro era siempre el tramposo. No, pero tú Felipe sí que eras bien tramposo… Lo que pasa es que yo te ganaba más veces y, por tanto, resultaba ser el más “tramposo”, o te vas a picar por eso… jeje, parecemos dos churres discutiendo por las canicas que le ha ganado el otro.
Pero hablando más en serio, no deja de llamarme la atención que no te dedicaras a alguna profesión de negocios, a la economía o una ingeniería, tenías pasta para dedicarte a hacer empresa o qué se yo… y resultas metido de político, aunque de forma poco visible. Al menos congresista ya fueras, dicen que ganan bien y podrías viajar gratis y salir en la televisión. Cha que por Piura hay cada ganso que ha sido nuestro representante que ya no se sabe cómo miércoles los eligen y cómo puede ser tan grande la pasividad de la gente para elegir a cualquiera. De razón mucha gente se queja de para qué sirve el Congreso, que mejor lo debieran cerrar, que esta por gusto, etc., etc. Felismente que a algunos ya no los reeligen, como a esa que le habían puesto la “lorita”, por el rol de escudera verbal que cumplía de algunos de los candidatos presidenciales.
Bueno Juanca, yo me dediqué a las cosas simples de la vida, como decía la canción de esa telenovela “Nino” que pasaron cuando éramos chicos, no se si la llegaste a ver, pero fue un boom y todos andábamos pegados de cuando en cuando a la TV para seguir algunos de sus capítulos. Y eso que era en blanco y negro, jaja. Otros tiempos… Me quedé como lagartija simple, dedicado a los temas sociales, metido en cuestiones campesinas y agrarias, yo también veo que algunas cosas cambiaron conmigo porque en Piura no me gustaba mucho el ir al campo, tanto que me perdí cuantas veces las invitaciones de ir a San Lorenzo que nuestros vecinos nos hacían, su viejo era bien pata conmigo y tenía tierras no sólo en Piura sino en otras zonas, aunque no era un hacendado propiamente dicho, o la reforma agraria no lo afectó directamente… ¿o más bien se benefició de ella? La verdad que ya no lo recuerdo pero del campo sólo me gustaba el que quedaba por los alrededores de la casa, el de las cacerías de lagartijas y poco más…
Si pudiéramos retroceder el tiempo esta vez si te ganaría en el Monopoly, qué manera de hacer negocios tenías y yo siempre terminaba hipotecado o lleno de deudas y sin propiedades. Y fíjate que soy yo más bien el que se ha metido más al mundo empresarial y no me ha ido nada mal, cómo sería si tú estuvieras en él. Sería bacanaso que te animes, podríamos hacer negocios juntos. De verdad ¿no? Pues déjame pensarlo, aunque si yo no termino de empresario ya tengo uno de mis hijos que es fiel candidato a seguir ese camino. Ya de más pequeño le ha venido tinkando el tema y anda siempre con ideas sobre ello, ya veremos, no me parece mala idea, caramba, sólo que se necesita plata, capital que le dicen, y a veces no alcanza. Ah, eso no es problema, el tema es que decidas aventarte a la picina y hablamos… Pues lo pensaré, gracias por el estímulo, somos de tantas vidas en nuestro recorrido de vida que bien podría ser la nueva apuesta que elija.
Gabriel
17 de abril 2011 Sigue leyendo