Archivo por meses: enero 2010

Los pobres y el proceso de nuestra CVX

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En el último boletín del Consejo Mundial CVX (Proyectos 144) se nos invita a reflexionar en la “Opción por los pobres en la identidad CVX”, preguntándonos ¿dónde están los pobres en la CVX? Esa es una cuestión vital que puede ayudar a centrar el sentido de misión y cuerpo apostólico que busca tener la CVX, la misma que en nuestro caso vino discerniendo en los últimos años a modo del PAN (Proyecto Apostólico de Núcleo).

Como dice el propio documento “La Opción Preferencial por los Pobres está en el corazón del mensaje cristiano, porque Jesús mismo se identificó con los pobres (Mt 25, 31-46).” No es algo aleatorio o un aspecto del mismo. Se trata de hacer cada uno una reflexión desde el propio proceso comunitario, intentando una reflexión sobre ¿quiénes son los pobres entre nosotros y en nuestro entorno? Si Jesús hiciera parte de mi comunidad ¿por quién se interesaría? ¿Cómo es mi relación con los pobres de nuestro mundo? ¿A cuántos pobres conozco por su nombre? ¿Cuántos de ellos son mis amigos?

Dicha reflexión sería bueno que la vinculásemos, por ejemplo, con lo que en nuestra CVX Perú abordamos en el proceso de preparación de la última Asamblea Nacional (noviembre 2008), recordando lo que sus Núcleos y comunidades formularon y se recogió sobre 4 temas: Crecimiento apostólico; Formación y liderazgo; Nuestra experiencia de vida comunitaria; y, Relación CVX – Compañía de Jesús e Iglesia.

(1) Crecimiento apostólico:

º Claramente nuestra actividad es más pastoral que social, las áreas más comunes en nuestro trabajo apostólico son: jóvenes, sacramentos y espiritualidad.
º La opción preferencial por los pobres se entiende de diverso modo, sobre todo el servicio a los marginados; en general los pobres aparecen como destinatarios de la acción apostólica.
º Solo ocho núcleos tienen definidos sus PAN de los cuales solo cinco los tienen en ejecución. Los otros Núcleos todavía están en discernimiento.

(2) Formación y liderazgo:

º La mayoría considera los EE.EE. como un espacio privilegiado para la formación y el crecimiento, así como las propias reuniones regulares.
º La mayoría de núcleos se apoya en una plataforma institucional (Parroquias o Centros Loyola). Los que no lo tienen deben de ingeniárselas o buscar espacios alternativos.
º Han ayudado y ayudan la participación de integrantes en cursos como Magis y Minimanila.
º La mayoría cree que el liderazgo debería inspirarse en los valores evangélicos desde la perspectiva ignaciana. Todos debemos ser líderes en todos los espacios de participación.

(3) Nuestra experiencia de vida comunitaria:

º Todos reconocen la comunidad como el espacio para compartir la fe y la vida, alegrías y penas. Algunos núcleos explicitan que la revisión de vida les ayuda mucho.
º Varios plantean que tienen dificultades para reunirse por el ritmo de vida o se ven afectados por el traslado de sus miembros (por trabajo, estudios o salud).
º En general no se percibe que se haya incorporado profundamente la dinámica DEAE (discernir – enviar – acompañar – evaluar).
º Hay mucha variedad de reuniones. Algunas siempre mantienen un esquema; otras lo varían según el tipo de reunión que programan. El ritmo de reuniones suele ser semanal y/o quincenal.

(4) Relación CVX – Compañía de Jesús e Iglesia:

º La mayoría de núcleos sí tienen relación con la Compañía; ella se da vía parroquias u obras. Además, a través del acompañamiento y del apoyo de actividades diversas.
º Se percibe una relación cercana y fraterna

Todo lo anterior puede ser importante de profundizar en nuestros Núcleos y comunidades, preparando la celebración de nuestro siguiente día mundial CVX (25 de marzo). Intentando ser fieles a Cristo también en la manera cómo él se hizo un pobre más, se solidarizó con los pobres, se comprometió con los pobres.

Guillermo Valera M.
24 de Enero de 2010

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Representación, sistema de partidos y elecciones: fortalecer el sistema político democrático

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Considero de especial interés que, en los procesos electorales que se avecinan, los aspectos de “ingeniería” electoral para el funcionamiento adecuado de las instituciones políticas se hagan muy conscientes. Parto de la pregunta (o preocupación) sobre en qué medida el desarrollo de mecanismos de inclusión y concertación en la modalidad de participación política electoral favorece la gobernabilidad y la posibilidad de configurar un sistema más estable de partidos.

La manera de aproximarme a dichas inquietudes puede darse de manera conceptual, normativa o desde la realidad del proceso político del país. Sin embargo, en ésta breve aproximación, nos parece importante resaltar los aspectos siguientes:

a) El tema de la representación política es algo que puede abordarse de diversos ángulos. En particular, es interesante apreciar cómo se construye ésta desde la intermediación que desarrollan los partidos políticos a través de procesos electorales que concluyen convirtiendo votos en escaños. La representación política que emerge desde las elecciones y que delega la función de gobierno de un espacio y población determinada en manos de unos “representantes”.

b) Un sistema de partidos políticos es de suma importancia para el funcionamiento de un sistema político y la posibilidad de que se desarrolle una capacidad adecuada de gobierno, agentes políticos consistentes y reglas de juego aceptadas por todos. Este no se desarrollará si no se genera capacidades de competencia entre grupos políticos diferentes que pueden dar lugar a sistemas de distintas características, particularmente los conocidos como sistemas bipartidistas y los sistemas multipartidistas. La realidad de nuestro país ha estado marcada principalmente por una aproximación a un sistema multipartidista.

c) Los sistemas electorales tienen como característica principal el procedimiento que se sigue de manera pública para convertir votos en gobernantes, haciendo uso de mecanismos que establecen proporción o desproporción entre los votos emitidos y los representantes que son elegidos. En forma general se alude con ello a sistemas electorales mayoritarios y sistemas proporcionales. De acuerdo a la historia de cada país se suele haber configurado los actuales sistemas de elección de los gobernantes. En el caso del Perú nos caracterizamos por un sistema que comparte elección por mayoría absoluta (para el caso del presidente) y elección por sistema proporcional para el caso de la elección de los representantes al Congreso. En éste último caso también se da diferencias de acuerdo tipo de circunscripciones con las cuales se ha procedido para la elección (distrito electoral único y distrito electoral múltiple).

d) En el Perú tenemos una realidad configurada por la baja continuidad de regímenes democráticos y por la predominancia de gobiernos autoritarios y dictatoriales, especialmente marcados por el caudillismo militar a lo largo de nuestra historia republicana, al punto de que sólo un tercio de ésta fue gobernada en democracia. Ello fue algo de lo que también se “contagió” el liderazgo civil, el cual devino también en un accionar caudillista, siendo alrededor de lo cual se dio forma a la experiencia de los partidos políticos, muy ganados por lógicas patrimonialistas Ello también fue incentivado por las características del sistema de gobierno, el cual ha sido predominantemente presidencialista, aunque jalado por algunos rasgos semipresidenciales o propios de un sistema más parlamentario (mecanismos de censura, voto de investidura del gabinete, etc.). Sin embargo, el presidente siempre ha mantenido la calidad de jefe de Estado y jefe de Gobierno.

A partir de esas características principales será importante observar y participar en los procesos electorales que se avecinan, sabiendo o siendo conscientes de la influencia que ejercen los mecanismos de elecciones existentes sobre los resultados que posteriormente se vayan a producir. De hecho, será muy importante cómo se mantiene la continuidad de la renovación democrática, así como el desafío de cómo se fortalece un sistema de partidos (superando el descalabro que se produjo en los años noventa), discerniendo las pistas que pueden conducirnos a fortalecer mejor el sistema político.

Guillermo Valera M.
23 de enero 2010
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La educación religiosa de los hijos

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Puede parecer una tarea poco abordada o cada vez menos importante el hablar de religión a los hijos/as. Sobretodo si lo vinculamos con el sentido que muchas veces tiene en los colegios de catequizar e inculcar una religión como creencia. Pero educar religiosamente a los niños no debiera significar sólo hablar de Dios o de prácticas doctrinales o de catecismo. Ante todo debiera significar el cómo ayudamos a nuestros hijos a situarse en la vida y hallar sentido a su crecimiento y desarrollo como personas.

Desde pequeños un niño o una niña tiene que aprender a descubrir y amar la vida de manera gratificante e integradora de su ser, la misma que normalmente se va a apoyar en el modelo de los padres o de quienes son las personas más cercanas al menor. De allí que el ejemplo de vida que puedan aportar éstas personas (especialmente los papás) es clave para el crecimiento y sentido de vida de ellos.

Saber distinguir entre el bien y el mal de manera sencilla; crecer en el amor; afirmarse en la orientación hacia el bien como propósito de vida; cultivar la verdad como cual luz que ilumina nuestro andar; y varios aspectos más… Todos ellos, serán mejor posibilitados si se aprenden a través de la vida de las personas más cercanas. No decimos necesariamente los padres directos, porque en nuestro mundo actual, donde se dan muchos casos de separaciones diversas o familias rotas, tenemos que contar con ese y otros aspectos no tan positivos como datos de la realidad y con los cuales tenemos que saber convivir y construir.

Es muy necesaria la comunicación en el hogar para poder entenderse y compartir con todos los integrantes de la familia. De todas las formas posibles que permita sentirse cada uno parte de los otros y del conjunto, así como que se es parte importante para los otros y se cuenta para el conjunto. Aún así, desde los contextos patriarcales y machistas de los que somos herederos, tenemos mucha dificultad para sintonizar en ambientes donde no prime expresiones autoritarias y de división del trabajo familiar con roles muy todavía marcados entre varones y mujeres.

Como fuera, nos parece necesario que en la familia no se pierda el sentido de lo que corresponde como educación religiosa de los hijos, sin pensar que ello es tarea que ya se cumple en el colegio o la parroquia local, porque ello puede ser un engaño muy grande. Más aún, cuando los cursos de religión pueden resultar repetitivos y con poca significancia para los chicos/as, si es que no resultan cursos de relleno para completar las horas de los profesores, sin darle la importancia necesaria; más aún, si no se trata de un colegio religioso. O, de otro lado, puede haber poca relación con la parroquia local o ninguna.

El tema es que, aún habiendo una buena orientación religiosa en otras instancias, los padres de familia debemos de hallarle importancia cualitativa a la educación religiosa de nuestros hijos (o de los niños en general), en cuanto creación de sentidos adecuados y debidamente fundamentados sobre la vida y lo que pueden descubrir como vocación en ella, pensando en ayudarles a ese descubrimiento y desarrollo de su propia vocación. Podemos estar más o menos preparados pero nadie se debiera exceptuar de ayudar a caminar a otro y de aprender a dirigirse hacia un norte determinado.

Guillermo Valera Moreno
17 enero 2010 Sigue leyendo