Mira pues qué nos hacemos, le decía. Si piensas como la corriente, estás en la corriente. Por mentirte, podrías no estar con la corriente aun pensando y haciendo lo que ella; te sería mejor estar en la corriente, luego, sino, te secas. Es difícil salir de ella y no evaporarse, tener que esperar a los vientos y a otra suficiente acumulación para volver a empezar. Alegre el de las que se evaporan y vuelven de donde provinieron, aunque traumático, conocen el regreso; penosas los que habiendo estado allí, evaporarse y ser llevadas a las montañas, caer al suelo o de suerte en algún río o lago. Esas aguas del fondo abisal pocas veces sacudidas, compactas, antes habrían sido corrientes, ahora descansan. Gobiernan lo que deben, pero en algún momento serán vapor y sequedad como con las nuevas e infortunadas. En nada cambia, antes, después. Donde manda el fuego estelar, no manda el agua, a éste lo seca sólo el tiempo. Y a este último solo lo acaba el dios de los que tienen Dios.
Mira pues qué nos hacemos, le decía. Como con las corrientes que se van juntando para hacerse más fuertes y vencer obstáculos en su paso, eso que nos alumbra todavía, para ser lo que es, se fue juntando de a poco de gases y restos del que pudo haber sido otro como él, su ancestro. Sin alma como con la de un viviente, sino solo acción y lo que resulte de ella, se juntan a sí mismos, sin saber palabras ni lenguajes, se reúnen. Si es que algún fuego luego enfriado y hecho materia del que debería haber sido su combustible, al explotar este vaga y es víctima de las fuerzas de otros, que a veces los reprimen y en otras los atraen, descienden de ser una estrella a posarse en algún planeta o satélite. Otros con mejor suerte regresan a incendiarse y vuelven a ser lo que eran. Solo cuando ha sido consumido es cuando deja de buscar unirse a algo. Su unión como el de todos es ya solo con lo temporal.
Todo lo dominado por eso intocable que toca a todo, entra en conflicto siendo aun de la misma sustancia. Se repelen, luchan y no ven que han sido vencidos desde nacidos. Todo eso dominado se separa; cuán purificados luego de su ciclo regresan a de donde salieron?