Conocimiento y experiencia espiritual / Apuntes para el discernimiento comunitario

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Abordamos a continuación algunos elementos que nos parecen significativos para trabajar discernimientos comunitarios. Puede parecer complejo lo que se plantea o poco realizable, aunque tiene que ver con grados de profundización de nuestra experiencia espiritual como comunidades cristianas de diverso tipo e integrantes. Las ideas que expongo están inspiradas en el artículo escrito de “Criterios de discernimiento y situaciones colectivas”, de Manuel Segura SJ.

1. Hablar del discernimiento comunitario es un asunto que nos sitúa en un camino y propósito constante de buscar entendimientos; de aprender una y otra vez a conocer razones (saberlas escuchar y entender); a saber discrepar con más agudeza y descubriendo juntos lo que es importante. Finalmente, para aprender a tomar decisiones sobre aspectos trascendentes.

Desde nuestra fe cristiana, supone inspirarnos en los valores del evangelio y saber ponernos en manos de Dios (confiando en quiénes tienen la mayor responsabilidad) para ayudarnos a encaminar rumbos colectivos, lo más cercanos a la voluntad del Señor. No se trata tanto de debatir puntos de vista como de clarificar razones a favor y razones en contra para que, con el mejor conocimiento, se puedan tomar las decisiones más pertinentes sobre algo que atañe a un colectivo.

2. Es muy importante considerar que en el discernimiento individual uno se esfuerza por un conocimiento hacia dentro de uno (el “conócete a ti mismo”), ese es su acento, guardando equilibrio con la realidad y contexto que abarcan a la persona. Sin embargo, en el discernimiento comunitario el acento está puesto en decisiones que involucran a un grupo de personas más amplio. Por lo que es importante saber conocer a los demás (con mayor razón al diferente o al que tiene menos posibilidades), los contextos y escenarios en juego, todo lo más que sea posible y pertinente. Es necesario tener el conocimiento preciso de lo que se va a discernir, su contexto, razones y otros.

3. Aunque parezca muy exigente, introducirse al discernimiento comunitario supone requisitos previos que uno debiera recorrer y saber encaminar. Lo que Ignacio llama el “subjecto” adecuado en las personas para introducirse en dicho proceso. Lo cual pasa por un esfuerzo en cada uno de oración y examen personal; dirección espiritual; Ejercicios Espirituales regulares; conocimiento de la realidad humana y social; sentido de pertenencia a la Iglesia universal (desde la participación comunitaria); ausencia de problemas psicológicos serios.

4. Así mismo, para el discernimiento comunitario se requieren de ciertas condiciones de actitud personal. Es muy importante que cada quien se prepare y cuente de la mejor manera de: (1) libertad interior (disponibilidad profunda y amorosa); (2) confianza mutua con quienes participan del proceso; (3) manejo de los propios individualismos, los cuales todos arrastramos de diversa manera, ya sea bajo la forma de intolerancia, activismo, miedos, protagonismos u otros.

5. Asumido lo anterior, y entrando al escenario mismo del discernimiento comunitario, debemos tomar en cuenta los siguientes elementos: (a) Plantear bien el problema o tema a decidir, siendo conscientes que debe ser algo relevante y significativo para el grupo discerniente. Evitar hacerlo con cosas que podrían no tener mayor relevancia. (b) Es importante contar con alguien que monitoree (y acompañe) el discernimiento y vaya marcando las pautas a seguir.

(c) Saber situar (y procesar) los momentos de consolación y desolación que pueden presentarse, ya sea individuales o colectivos. (d) Contar con un tiempo prudencial para encaminar adecuadamente los momentos de oración personal, conversación grupal, interacción en conjunto (plenaria); toma de decisiones. Se trata de orar y clarificar las mejores razones a favor y en contra, situando los mecanismos más adecuados de discernimiento y diálogo en ese propósito. (e) Valorar bien la situación al momento de decidir sobre el propósito del discernimiento realizado. Si hay condiciones adecuadas; si se ha conversado lo suficiente; si existe consenso y armonía de modo predominante. (f) Recoger por escrito lo que se acuerde, para que quede constancia y haya continuidad de futuras conversaciones equivalentes.

Ciertamente el manejo de los tiempos y plazos que se cuenta para dicho proceso puede significar que se pueda profundizar o no tanto sobre el propósito del discernimiento. También el interés y concordancia de propósitos. Como fuera, serán aproximaciones sobre las que habrá que seguir aprendiendo y caminando.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 20 de agosto de 2017

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