Se podría decir que por más cara de gringo que tiene PPK (Pedro Pablo Kuczynski), es bastante peruanazo o, al menos, ha aprendido a mostrarse como tal. Esos sus aparentes gestos chiflados que nos han hecho sonreír, reír o (en algunos casos) hasta burlarnos por el bailecito que se da en plena calle o caminata, o los gestos de “hurra” o ponerse a saltar como niño y reírse o tomar a la broma cuanto hecho anecdótico se ha ido sucediendo, nos muestra sobre todo a alguien muy humano, muy emocionado con la nueva posición que ha logrado adquirir, la felicidad de un “viejo” que corona su carrera profesional con un reconocimiento como es la investidura presidencial de su país. ¡Qué premiaso! ¡Qué tan bien logrado!
Y en medio de los vaivenes con los que normalmente se teje un caminar político en un país que todavía está abriendo los ojos a su quehacer ciudadano y de respeto a sus instituciones y vida democrática. Donde cierto azar, acierto y condiciones políticas concluyeron con el resultado que aún le cuesta asimilar a Keiko Fujimori, como ya lo hemos visto reflejado en su ausencia visible del escenario político, da la manera poco amable de proceder en el discurso inaugural del presidente electo el 28 de julio pasado, pero que esperamos se rectifique y se asuman las formas de la pedagogía política, aunque puede ser que estemos pidiendo “peras al olmo”. Sin embargo, es una buena cosa que se haya otorgado -sin mayores problemas- el voto de confianza del Parlamento al nuevo Consejo de Ministros designado para conducir el Poder Ejecutivo.
No es muy difícil darse cuenta que no basta tener mayoría en el Congreso de la República para saber conducirlo. Hay personas con experiencia, como la electa Luz Salgado de Fuerza Popular en la Presidencia del mismo y puede ser de lo más concertador y razonable, si no se deja llevar por los instintos más primarios de terceros. De todos modos, el asunto de fondo sigue planteado, ¿el Fujimorismo actuará con inteligencia o se dejará llevar por la herida de la derrota y del líder encarcelado? Herida que deja necesariamente lecciones para aprender (como sentirse muy tempranamente ganadores; las amistades cercanas –y peligrosas- que estableces…). Creo que a nadie le gustaría estar en los zapatos de la ex candidata Keiko Fujimori, aunque tampoco es el único caso.
¿Dónde situar lo importante? No hay caso que cerrada la etapa electoral, lo que cuenta en adelante son las posibilidades que se abren para el país, a partir de lo que se plantea como iniciativa del nuevo presidente, en éste caso PPK. Especialmente porque sentimos que se ha abierto un tiempo especial. PPK ha planteado 6 puntos clave de política de Estado y de compromiso del nuevo Gobierno. ¿En qué es posible sumar y aportar programáticamente? Porque PPK no ha planteado una agenda cerrada. Más bien, todo lo contrario, con un horizonte muy amplio y eso habrá que tomar en cuenta y ayudar a encaminar.
Por cierto, nada de lo anterior anula el rol o roles de oposición que se quiera jugar en la escena política y cuyo debate mayor puede estar en los medios de los cuales se valga el gobierno para llevar a efecto lo que se propone en torno al agua y desagüe, la calidad educativa, la salud para todos, los avances en la formalización de nuestras empresas, la construcción más extensiva de infraestructura y la lucha contra la corrupción, discriminación e inseguridad. Para ello, al gobierno que recién empieza habrá que dejarlo gobernar, darle una sana “tregua”. Al gobierno le tocará dialogar, concertar y consultar todo lo más posible, como sana metodología para tomar en cuenta la voluntad popular más específica o validar las políticas más generales.
Por ejemplo, cómo se manejan los recursos vitales como el agua. No basta la meta de que llegue a todos los hogares, lo cual es muy bueno. El tema es también si de aspectos claves de nuestro desarrollo podemos anteponer el tema de los negocios antes que el bienestar de la población como, por ejemplo, el pensar que el mejor camino es privatizando el recurso hídrico. O que la mejora de la educación o la salud sólo es posible privatizando ambos servicios, cuando el estado tiene que permanecer como soporte y garantía universal de que dicho derecho llega a todos más allá de su condición económica de la cual se trate.
Así otros temas que irán siendo materia de tratamiento y en los cuales será muy significativo generar los consensos necesarios, tanto en el Congreso, en la sociedad civil y, especialmente con los sectores que se verán más directamente afectados (a favor o en contra) de la ejecución de las políticas. En todo caso, PPK es un presidente que da buena vibra y esperamos que crezca como esperanza.
Guillermo Valera Moreno
Lima, 22 de agosto de 2016