Archivo del Autor: Guillermo Gabriel Valera Moreno

Pensar y descubrir un mejor sentido de bien

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Varias veces me he preguntado por qué Jesús llama bienaventurados a quienes sufren, tienen hambre, son perseguidos…, y de otro lado a los mansos, a los que buscan la paz, a los que luchan por la justicia, a los limpios de corazón… Pareciera un tanto contradictorio pero es fundamental entenderlo para ir más allá de lo aparente y superficial, ya que nos marca un derrotero de vida por dónde hay que descubrir la voluntad de Dios en nuestro mundo y en la vida de cada cual, y atreverse a transitarlo. ¿Reflejamos en nuestra vida algo de ello?

Aunque no me detengo ahora en la lectura de Mateo 5 (o de Lucas 6:17-49), pensamos que para hablar de horizontes o de “futuro” es bueno situarnos desde el “Sermón de la montaña”, el cual nos da importantes elementos para considerar hacia dónde ir y cómo encaminarnos. De modo vital bien puede ser nuestro “programa de vida”, al cual nos debiéramos sentir llamados. Donde cada uno pudiéramos tener la capacidad de saber darle la concreción del caso. Pero también es bueno saberlo interpretar de modo comunitario, desde la mirada de una comunidad pequeña a la mirada de una comunidad más amplia (local, nacional, mundial): ¿qué significa para nuestro devenir y misión que nos vamos dando? ¿Cómo nos habla nuestro Padre grande desde esos desafíos?

Puede ser un buen purificador de nuestras intenciones, planes y proyectos. Ello puede inspirar nuestra mirada de la realidad, compleja por su diversidad y riqueza; grandiosa por el enorme significado de la vida, el valor de todo lo creado y sentido de lo humano. Por tanto, son elementos muy importantes para ayudar a situarnos en los acontecimientos de la actualidad, en todo lo que nos sirve de contexto para una mirada hacia adelante, una mirada inspiradora y llamada a ser fecunda.

Para esto, nos detenemos como referencia en algunas cuestiones que –como otras- nos pueden ayudar a pensar y descubrir un mejor sentido de bien en nuestra misión comunitaria (como CVX, Mesa Laical o cada una de nuestras organizaciones en las que nos implicamos). En tanto estarán presentes en los siguientes años como recurrencia a tomar en cuenta y nos pueden ayudar a situar dicha reflexión.

(a) Aniversario de Vaticano II: en tanto sus 50 años de conmemoración, los cuales nos recuerdan el saber “abrir puertas y ventanas”, “mirar lejos”, discernir los signos de los tiempos, el llamado a ser discípulos y pastores o el “aggiornamiento” (en tanto saber adecuarse a las nuevas realidades). Formalmente el 11 de octubre próximo nuestra Iglesia hará memoria del mismo con el inicio del llamado “año de la Fe”. ¿Podemos hacer de éste proceso un camino y una fuerza de renovación? ¿Cómo podemos valorarlo mejor en la vida de la Iglesia de hoy? ¿Cómo profundizamos en él y hacemos hincapié? En nuestro continente americano tenemos camino recorrido, desde Medellín hasta Aparecida ¿Nos dice algo para nuestro quehacer? Siendo conscientes que no es el mejor de los tiempos y nuestra jerarquía muchas veces prefiere optar por el silencio.

(b) El país que amamos, nuestro Perú, y sus derroteros que se desprenden de sus diversas marchas y contramarchas o devaneos. En qué podemos centrar nuestro caminar y mirada: ¿en esperanza o incertidumbre? Cómo entender la atención a los más excluidos ¿limosnas sociales o derechos ciudadanos? En el manejo de los conflictos sociales, ¿es tan difícil el diálogo y la convivencia? ¿Sólo es posible contraponer la inversión privada y el usufructo de los recursos naturales a cuestiones vitales como la justicia con que se debe de proceder y la garantía de desarrollo para todos con la que se debe encaminar?

Donde hay también otras cuestiones fundamentales como la consolidación de la vida democrática en el país, el convencernos de construir una economía para todos y el abrirnos a una cultura en la que todos nos reconozcamos y sepamos construirla con pluralismo y acogida. Aprovechando de mejor manera todos los espacios que se pueda en favor de los menos favorecidos.

(c) Eventos de encuentro mundial, como será la Asamblea mundial CVX (30 de julio al 8 de agosto 2013 en Líbano); Equipos Docentes del Perú – Edop tendrá un Encuentro Latinoamericano en Lima, del 5 al 7 de enero 2013; MIAMSI (MOVIMIENTO INTERNACIONAL DE APOSTOLADO EN LOS MEDIOS SOCIALES INDEPENDIENTES) tiene del 30 de Octubre al 3 de Noviembre 2012 su XIII Asamblea General en la ciudad de Fortaleza-Brasil. Y habrá seguro muchas otras iniciativas. Desde la CVX resalto y me permito compartir la riqueza que nos plantea la consigna que centra su preparación, “Desde nuestras raíces hacia nuestras fronteras”, en tanto encierra una riqueza muy fina en tan pocas palabras.

¿Qué nos dice al quehacer comunitario de cada uno de nuestros movimientos? ¿Cuáles son las fronteras a las que nos sentimos llamados y nos sugiere sentido de compromiso? Todos estamos llamados a aportar y en condiciones de hacerlo. Sepamos decir nuestra palabra y sepamos escuchar al otro, con mayor razón si es diferente a mí, piensa distinto o incluso me confronta. Estamos ante el desafío de saber entendernos y simultáneamente construir la justicia y el bien para todos.

Lima, 23 de septiembre de 2012
Guillermo Valera M. – CVX Perú Sigue leyendo

Alzar la mirada para reflexionar nuestro horizonte

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Es importante escucharnos para dialogar. Pero más importante aún es amarnos para comprendernos y construir juntos, lo que nos parezca, abierto siempre a lo nuevo y a contrastarlo con lo ya vivido.

Parecen frases bonitas y bien construidas pero lo son en la medida que son vida y nos inspiran para caminar en todo terreno y circunstancia. Especialmente si nos ayuda a levantar nuestra mirada o a empinarnos un poco para mirar un poco más allá de lo acostumbrado, intentando ir más allá de lo acostumbrado.

Ocurre que mirar el futuro es como mirar el pasado: nos sirve en tanto nos ayuda a vivir mejor el presente y a saber disfrutar del mismo y darle profundidad. Pero también mirar el futuro nos sirve para plantearnos a dónde queremos ir, hacia qué dirección sería conveniente hacer camino y desplegar en ello todas nuestras energías y entusiasmo.

Eso lo podemos experimentar en forma recurrente si nos dedicamos a pensar lo que hacemos y lo que nos toca vivir, procurando hacer una vida consciente.

Por tanto, y lógicamente, no es un pretexto para olvidarnos del presente. En especial porque del modo que vivamos nuestro presente podremos construir el futuro y hacer que llegue a nosotros o que nosotros (cada uno) lo alcancemos.

El futuro no es algo que “viene solo”; vendrá lo que nosotros hemos colaborado para que sea. En forma parecida, aprovecharemos del pasado y de lo vivido en tanto lo convirtamos en experiencia que nos ayuda a conducirnos y a mirar mejor las “sombras” de nuestras respectivas “cavernas”.

De otro lado, somos conscientes que el futuro no depende sólo de lo que hagamos, aunque siempre nos corresponderá hacer lo que a cada quien le mueva su conciencia, eso que llamamos el “corazón”, convergencia de razón, sentimientos, voluntad, apertura al otro y disposición para amar.

Sobre todo, porque hay tantas cosas que no controlamos que muchas veces podemos también pensar o sentir que las cosas y vivencias –fundamentalmente- nos vienen dadas o las recibimos muy envueltas en gratuidad. En general y normalmente, estamos marcados por movimientos de gratuidad y de acciones conscientes.

Podríamos decir que es muy importante darnos una direccionalidad, una mirada de hacia dónde queremos ir, ya fuera de modo individual, en nuestro trabajo o estudios, en la familia, como ciudadanos o comunitariamente (si hacemos parte de algo así). Desde tantos espacios podemos procesar una experiencia así y que es muy importante para darnos profundidad, saber encaminar nuestras raíces, darnos direccionalidad para crecer y amar.

Saber darnos espacio para vivir con algo de mayor plenitud. A saber vivir con intensidad y significado nuestro presente, disfrutando de nuestro caminar, aún en los tiempos más difíciles que nos pudiera tocar, sabiendo que relacionándonos de modo fecundo es Dios quien nos acompaña, quien esta presente entre nosotros.

Haciéndonos conscientes que podemos ser referentes y reflejo fiel de su presencia, como postura vital de lo humano que no es otra cosa que ser postura vital de su amor. Miremos siempre con sentido de esperanza y hagamos crecer la fe de cuanto nos rodea, desde cada uno.

Guillermo Valera Moreno
Lima, 25 de agosto de 2012 Sigue leyendo

Marcar pautas de esperanza

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Si algunas cosas empiezan a saberse como necesarias son aquellas que se requieren para seguir avanzando en la construcción de nuestra aún débil democracia y las reglas de juego que supone la institucionalidad necesaria para desarrollarnos como país (sentirnos todos en el Perú como parte de una misma comunidad política); sobre la base de una economía que también incluya a todos los peruanos y no genere más diferencias sociales o mayores desigualdades (sentir que todos nos beneficiamos de la economía, ya sea por mayores empleos, mayores ingresos o mayor capacidad de inversión del Estado).

A veces pareciera que “el sueño de llegar a ser presidente” de Ollanta Humala se bastara a sí mismo con el hecho de haber llegado a Palacio y a “ejercer” el poder de acuerdo a la administración de las presiones que pudiera encerrar éste y poco más. Donde el concepto de “nacionalismo” cada vez se circunscribe más a tratar de “llegar a todos” con diversos programas sociales, con la valoración del “orgullo por el país” y la atención sobre algunas empresas que pueden incidir en algunos aspectos de la producción nacional (Petro Perú, el gas de Camisea, etc.).

Sin embargo, sigue pendiente el hacer visible una propuesta más integrada a un proyecto país que se esperaría alcanzar en los siguientes años, pese a que en el discurso presidencial de 28 de julio se avanzó en definir algunas metas sueltas (señaladas al 2016) en diversos sectores. Por ejemplo, cómo se va a hacer crecer la industria nacional y el desarrollo de los mercados internos, lo cual debiera complementarse con el crecimiento de las exportaciones no tradicionales y el darle valor agregado a nuestra industria extractiva a todo nivel. Porque ese es también un punto clave para proyectar posibilidades de empleo productivo, sostenible y decente, más allá de actividades temporales.

Ha sido muy importante definir un nuevo gabinete ministerial con reales intenciones de diálogo, como lo demostró previamente el encargo a representantes de la Iglesia en lograr descongestionar y lograr nuevas pautas de acuerdo en torno al problema de Conga (en Cajamarca). Sin embargo las dudas vuelven a aflorar cuando no se dijo directamente (en el discurso de 28) palabra alguna sobre el tema. La afirmación sobre dar mayor significado constitucional al tema del agua como un tema de derechos, no dejó en claro que se debe poner de relieve por sobre intereses económicos; habrá que esperar si tiene consecuencias claves y es luz sobre problemas que seguirán reproduciéndose. Es de mucha necesidad, en el propio Estado, el manejo y defensa eficaz de las poblaciones afectadas por la extracción de recursos como los mineros y, más en general, de los intereses del país, más allá de arreglos que muchas veces están signados por la corrupción o la mezquindad.

De otro lado, esperábamos del discurso del 28 una explicación más franca al país sobre lo que se prometió, lo que se encontró y lo que se ha podido hacer, por las limitaciones que fueran o los “candados” con que se hallaron muchos de los instrumentos claves de la política económica y similares, o por el funcionamiento poco moderno de las estructuras del Estado. Esa cuestión también significativa no se supo traducir. Más que una suma de cosas o inventario interministerial, habría sido mejor “sincerar” la situación. La población puede entender que haya dificultades, pero el problema está en que no se explique adecuadamente las cosas; probablemente, porque se piensa que ya algunas promesas puntuales se empezaron a cumplir. Pero ello no permite hacer pedagogía ciudadana y puede poner al país en un riesgo de un remozado populismo que devendría con facilidad en más patrimonialismo de la política y tentaciones autoritarias.

Como vemos, no tenemos visible un proyecto de país; no hay seguridad de que el diálogo vaya a ser la pauta política de la nueva etapa en el gobierno; falta hacer más consistente que la política del estado refuerce el sentido ciudadano de la población y un crecimiento se la institucionalidad democrática. Sin embargo, creemos que es necesario seguir apostando, de modo muy crítico y con propuestas, el proceso a cargo del Gobierno actual. No quiero decir porque es la opción “menos mala”, sino porque es necesario marcar pautas de real esperanza en las posibilidades que tenemos hoy entre manos como país. Sabiendo que estamos dentro de una misma opción de modelo económico, pero donde aún no hay una correlación suficiente para cambiar el mismo. Y habrá que seguir trabajando por construir otras alternativas.

Ojalá se pueda clarificar, desde dentro y desde fuera, los lineamientos planteados. Estableciendo lo que se requiere para hacer una mejor política en el país. Ayudando a que emerjan nuevos liderazgos que encarnen mejor esa posibilidad y las organizaciones que puedan dar lugar a ello. Contando con el sentido creativo de los jóvenes, desde quienes en otras latitudes ya se empiezan a levantar voces de necesaria renovación.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar – Lima, 29 de julio de 2012 Sigue leyendo

Aprendizajes en democracia y economía

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La historia nos va enseñando que la democracia moderna nos permitió la posibilidad de pasar de un “estadio” donde se resolvían los conflictos mediante la ley del más fuerte (el poder de las armas, la violencia y toda cuestión emparentada con la imposición militar o autoritaria) hacia una clave argumental, centrada en el convencimiento del otro por la vía de la razón y de la discusión de las ideas.

De hecho, ese “salto” de la imposición mediante el uso de la fuerza al establecimiento de acuerdos mediante el debate de razones y argumentos es aún un camino que no se ha consolidado con el sistema democrático moderno (representativo), si bien ello ha significado una manera bastante revolucionaria de gobernarnos y de buscar a la vez el bien común de todos (al menos teóricamente). Ponerse de acuerdo en intereses disímiles no es cosa sencilla, más aún cuando de intereses económicos se trata y la danza de grandes negocios está en juego, como nos lo demuestra una vez más conflictos mineros como el de Conga en Cajamarca.

Ha costado muchos siglos (y no sólo décadas) ir entendiendo y aceptando en el mundo que la mejor manera de resolver problemas es mediante mecanismos institucionales (léase, reglas de juego) que incorporan adecuadamente leyes y normativas, usos y costumbres, así como el propio sentido común de cada tiempo y lugar. Que se van construyendo y haciendo cultura en la gente; que se va haciendo referencia más o menos legítima, empezando por la propia Constitución política desde la que se ordena jurídicamente cada país. Por cierto, en tanto tiene a la base cimientos justos, aceptados por las partes que confluyen (o debieran ser parte visible) y donde todos se benefician, no sólo teóricamente.

En todos lados cuestan los aprendizajes y supone costos. Sin embargo, ello es más difícil de entender, o se entiende menos, cuando una mayoría opta por, digamos, el color verde y tiene que contentarse con recibir un pálido amarillo, sin explicación convincente de por medio. Peor aún, cuando además se tiene que soportar agresiones que derivan en 17 muertes inocentes (son las habidas por conflictos sociales en menos de 1 año de gobierno del Presidente Humala), por causa de defenderse el color verde. Pareciera que los mecanismos de nuestra democracia son tan débiles que para tomar las decisiones más importantes no cuentan (como debieran contar esos mismos mecanismos, justamente para desarrollar nuestra democracia). Y volvemos a imponer los criterios de la fuerza y la violencia para establecer pautas de solución.

Como ya se va reconociendo, estamos en momentos que nos brindan oportunidades de hacer mejores aprendizajes y definir rumbos más inclusivos. ¿Qué tipo de minería queremos para el país y dónde debe de desarrollarse ésta y dónde no? Porque el tema no es si se está a favor o no de la minería, el problema es dónde es factible y deseable; algunas veces la agricultura, las fuentes de agua o los restos arqueológicos de importancia, podrán ser la prioridad. ¿Cómo debe de hacerse la explotación minera? Lo menos que se puede pedir es su realización con mínimos estándares internacionales y condiciones estatales favorables.

¿Cómo se prioriza a las poblaciones en los beneficios locales y nacionales de dichas riquezas? Y no se trata de dádivas o “favores” que se les hace, sino justo derecho de mínimos que no son tema de “negociación”. ¿Quiénes toman las decisiones que corresponden respetándose los niveles de gobierno y las diversas partes implicadas? Hasta hoy, por ejemplo, la no aplicación de instrumentos como la ley de consulta previa y otras medidas de “licencia social” (así no les guste dicho término a ciertos empresarios), son muy malas señales para la democracia y el desarrollo económico de nuestro país.

Reconociendo que hay distintos tipos de minería; con pasivos ambientales anteriores y las que recién empiezan. Distintos tipos de empresas; las que tienen disposición –y las que no- a respetar las leyes del país y a las poblaciones afectadas más directamente (en casos como la Doe Rum, en La Oroya, es claro que la propia Sociedad de Minería a tenido que separarla de su propio gremio y ellos es muy aleccionador). Hay las que se han acostumbrado –y las que no- a “hacer lo que les da la gana” (en temas ambientales u otros), comprando autoridades y cuanto se oponga a sus intereses con tal de ejecutar sus propósitos; dicha cuestión es una práctica a desterrar de raíz, más aún, por la corrupción que acarrea consigo. Están las que saben dialogar y afirmar el rol neutral del Estado en los procesos de negociación, sin caer en el sempiterno deseo de que se les de la razón en todo y a cualquier precio, cuestión última que se ha logrado ver con claridad en el proceso vivido con Quellaveco en Moquegua.

Hay casos diversos y lo de Conga no significa una excepción ni el único problema en el país. Sin embargo, Conga nos ha abierto los ojos a los derechos que tiene lugar cada población local sobre sus recursos y a ser consultado con el respeto debido y en las condiciones de igualdad requeridas. Estamos ante un hito muy importante de nuestra democracia, tan o más importante que la inversión económica en juego. Ambas son necesarias y ojalá así lo entendamos todos.

Guillermo Valera Moreno
Lima, 15 de julio de 2012 Sigue leyendo

Volver a la Iglesia de los pobres

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A continuación, presentamos un artículo de Jon Sobrino, en el cual se establece hilación con Vaticano II y el signo profético de la opción por los pobres… Motivemos nuestra práctica cristiana con ello e inspirémonos a una vida sobria. (G.V.)

Ver a la Iglesia “en pobreza y sin poder” nunca ha tenido mucho éxito, y si se hace de ello algo central ni siquiera en el Vaticano II, tan importante y decisivo en muchas otras cosas. Sí lo tuvo en Medellín, y en Puebla todavía pudo salir con bien ante graves maniobras en su contra.

Pero desde hace tres décadas el deterioro es inocultable. Dice Comblin: “Después de Puebla comenzó la Iglesia del silencio. La Iglesia empezó a no tener nada que decir”. Y aunque Aparecida ha supuesto un pequeño freno, en la Iglesia no ha ocurrido todavía aquel “revertir la historia” que exigía Ellacuría para sanar una sociedad gravemente enferma. La conclusión es que hay que volver a una Iglesia de los pobres, y trabajar por ello. En El Salvador, después de Monseñor Romero, el deterioro es claro, y de ahí la necesidad de recomposición eclesial`.

El Vaticano II. Juan XXIII deseaba que el Concilio reconociese que la Iglesia es “una Iglesia de los pobres”. El cardenal Lercaro tuvo un emotivo y lúcido discurso sobre ello al final de la primera sesión en 1962, y Monseñor Himmer pidió con toda claridad: “hay que reservar a los pobres el primer puesto en la Iglesia”. Pero ya en octubre de 1963 el obispo Gerlier se quejaba de la poca importancia que se estaba dando a los pobres en el esquema sobre la Iglesia. También los obispos latinoamericanos más lúcidos captaron pronto que a la inmensa mayoría del Concilio el tema les era muy lejano, aunque siempre se mantuvo un grupo que querían seguir la inspiración de Juan XXIII, entre ellos un buen número de latinoamericanos. Se reunieron confidencialmente y con regularidad en Domus Mariae, para tratar el tema “la pobreza de la Iglesia”.

El 16 de noviembre de 1965, pocos días antes de la clausura del Concilio, cerca de 40 padres conciliares celebraron una eucaristía en las catacumbas de santa Domitila. Pidieron “ser fieles al espíritu de Jesús”, y al terminar la celebración firmaron lo que llamaron “el pacto de las catacumbas”.

El “pacto” es un desafío a los “hermanos en el episcopado” a llevar una “vida de pobreza” y a ser una Iglesia “servidora y pobre” como lo quería Juan XXIII. Los signatarios -entre ellos muchos latinoamericanos y brasileños, a los que después se unieron otros- se comprometían a vivir en pobreza, a rechazar todos los símbolos o privilegios de poder y a colocar a los pobres en el centro de su ministerio pastoral.

El texto tendría un fuerte influjo en la teología de la liberación que despuntaría pocos años después.
Uno de los propulsores del pacto fue Dom Helder Camara. Este año celebramos el centenario de su nacimiento, el 7 de febrero de 1909 en Fortaleza, Ceará, en el Nordeste de Brasil. Como homenaje a su persona y exigencia a nosotros, publicamos a continuación el texto.

“El pacto de las catacumbas: una Iglesia servidora y pobre”
Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y con la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue:

1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se desprende. Cfr. Mt 5, 3; 6, 33s; 8-20.

2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en símbolos de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Cfr. Mc 6, 9; Mt 10, 9s; Hech 3, 6. Ni oro ni plata.

3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, etc, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Cfr. Mt 6, 19-21; Lc 12, 33s.

4. En cuanto sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Cfr. Mt 10, 8; Hech 6, 1-7.

5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos llamen con nombres y títulos que expresen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor…). Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de Padre. Cfr. Mt 20, 25-28; 23, 6-11; Jn 13, 12-15.

6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia a los ricos y a los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Cfr. Lc 13, 12-14; 1 Cor 9, 14-19.

7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vanidad de quien quiera que sea, al recompensar o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Cfr. Mt 6, 2-4; Lc 15, 9-13; 2 Cor 12, 4.

8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis.
Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el trabajo. Cfr. Lc 4, 18s; Mc 6, 4; Mt 11, 4s; Hech 18, 3s; 20, 33-35; 1 Cor 4, 12 y 9, 1-27.

9. Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus mutuas relaciones, procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Cfr. Mt 25, 31-46; Lc 13, 12-14 y 33s.

10. Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un orden social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cfr. Hech 2, 44s; 4, 32-35; 5, 4; 2 Cor 8 y 9; 1 Tim 5, 16.

11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos:
* a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
* a pedir juntos, al nivel de organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio, como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria.

12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio. Así,
* nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
* buscaremos colaboradores para poder ser más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;
* procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores;
* nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Cfr. Mc 8, 34s; Hech 6, 1-7; 1 Tim 3, 8-10.

13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.

Que Dios nos ayude a ser fieles / La Iglesia de Monseñor Romero
Leído hoy el pacto, llama la atención que, en lo fundamental, trata un solo tema: la pobreza. Pero por ser ése el quicio alrededor del cual giraba todo -no, por ejemplo, la administración de los sacramentos-, el pacto de las catacumbas produjo frutos importantes en Medellín y, poco a poco, en otras Iglesias. Históricamente, llevó a la lucha por la justicia y la liberación. Eclesialmente, a la opción por los pobres.

Teologalmente, al Dios de los pobres. Todo eso llegó a El Salvador, y Monseñor Romero lo puso a producir y lo bendijo, junto a la novedad salvadoreña de los mártires.
Monseñor conoció en Puebla a aquellos obispos del pacto y de Medellín y regresó muy contento. “Me acuerdo de una de las primeras noches de la reunión de Puebla, cuando conocí a Monseñor Helder Cámara y a Monseñor Proaño y al Cardenal Arns del Brasil. Cuando supieron que yo era el arzobispo de San Salvador me decían: ‘Usted tiene mucho que contarnos. Sepa que lo sabemos y que ese pueblo es admirable, y que sigan siendo fieles al Evangelio como han sido hasta ahora’”. Es evidente la admiración que sentían por Monseñor, y la que Monseñor sentía por ellos.

En la actualidad también hay “pactos”. Pedro Casaldáliga en es su portavoz más elocuente. En su circular del 2009 escribe: “pacto”.
Dom Hélder Câmara era uno de los principales animadores del grupo profético. Hoy, nosotros, en la convulsa coyuntura actual, profesamos la vigencia de muchos sueños, sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo podemos renunciar. Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal, el neoimperialismo del dinero y de las armas, una economía de mercado y de consumismo que sepulta en la pobreza y en el hambre a una gran mayoría de la Humanidad.

Y seguiremos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza. Exigimos la transformación sustancial de los organismos mundiales (ONU, FMI, Banco Mundial, OMC…). Nos comprometemos a vivir una “ecológica profunda e integral”, propiciando una política agraria-agrícola alternativa a la política depredadora del latifundio, del monocultivo, del agrotóxico. Participaremos en las transformaciones sociales, políticas y económicas, para una democracia de “alta intensidad”.
Como Iglesia queremos vivir, a la luz del Evangelio, la pasión obsesiva de Jesús, el Reino. Queremos ser Iglesia de la opción por los pobres, comunidad ecuménica y macroecuménica también. El Dios en quien creemos, el Abbá de Jesús, no puede ser de ningún modo causa de fundamentalismos, de exclusiones, de inclusiones absorbentes, de orgullo proselitista.

Ya basta con hacer de nuestro Dios el único Dios verdadero. “Mi Dios, ¿me deja ver a Dios?”. Con todo respeto por la opinión del Papa Benedicto XVI, el diálogo interreligioso no sólo es posible, es necesario. Haremos de la corresponsabilidad eclesial la expresión legítima de una fe adulta.

Exigiremos, corrigiendo siglos de discriminación, la plena igualdad de la mujer en la vida y en los ministerios de la Iglesia. Estimularemos la libertad y el servicio reconocido de nuestros teólogos y teólogas. La Iglesia será una red de comunidades orantes, servidoras, proféticas, testigos de la Buena Nueva: una Buena Nueva de vida, de libertad, de comunión feliz. Una Buena Nueva de misericordia, de acogida, de perdón, de ternura, samaritana a la vera de todos los caminos de la Humanidad.

Seguiremos haciendo que se viva en la práctica eclesial la advertencia de Jesús: “No será así entre vosotros” (Mt 21, 26). Sea la autoridad servicio. El Vaticano dejará de ser Estado y el Papa no será más Jefe de Estado. La Curia habrá de ser profundamente reformada y las Iglesias locales cultivarán la inculturación del Evangelio y la ministerialidad compartida. La Iglesia se comprometerá, sin miedo, sin evasiones, en las grandes causas de la justicia y de la paz, de los derechos humanos y de la igualdad reconocida de todos los pueblos. Será profecía de anuncio, de denuncia, de consolación.

Jon Sobrino
UCA de San Salvador Sigue leyendo

PRESIDENTE HUMALA ¡ESCUCHE A LA PROTESTA CAJAMARQUINA!

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Ud. Ha declarado que conversará con los líderes cajamarquinos, por tanto los representantes de la protesta de Cajamarca deben ser recibidos a la brevedad en Palacio de Gobierno, en tanto ellos, al presentar sus puntos de vista y los argumentos por los que se oponen a Conga, también están dispuestos a contrastarlos con los puntos de vista del gobierno. Por todos los medios se debe tender puentes a favor del entendimiento y evitar que la situación se deteriore más.

Las declaraciones del Sr. R. Benavides contradicen lo dicho por Ud., acentuando la desconfianza generada en la población cajamarquina después de cerca de veinte años de explotación minera de Yanacocha, y ha hecho bien Ud. en exigirle más humildad y que cumpla sus compromisos; y además debe asegurarse el cuidado del medio ambiente.

Consideramos que la solución más democrática sería consultar a la población, ya que sin de ella no habrá salida viable. Es necesario buscar una propuesta concertada de desarrollo integral de Cajamarca y de su relación con la actividad minera, así como de ordenamiento territorial, que a su vez servirá como referente para otros conflictos socio ambientales del país.

También es indispensable que en el planteamiento de las medidas que Ud. ha anunciado participen, además de los representantes del gobierno central, los gobiernos regionales y alcaldes. Rechazamos con energía los intentos de aumentar causales de vacancia, o someterlos a interpelaciones, así como restringir el uso de sus fondos, pues ya existen mecanismos legales suficientes para fiscalizar y castigar excesos, y sería hostilizar a autoridades legítimamente electas y socavar el proceso de descentralización.

Hacemos una invocación a los participantes en la protesta popular para que, conscientes de los logros alcanzados, desarrollen su lucha de manera pacífica y respetuosa de los derechos humanos de todos, inclusive de los que discrepan; que no se produzcan repudiables agresiones contra la prensa; y que eviten caer en las provocaciones de los violentistas o de la represión. Como demuestra la historia, el uso de la violencia siempre favorece a los que se oponen al cambio.

Es responsabilidad de todas las fuerzas democráticas apostar por la paz y el entendimiento entre peruanos, y dejar de lado acusaciones y exclusiones. Hay que recordar que por más discrepancias que tengamos no somos enemigos.

Lima, 28 de junio de 2012

Ciudadanos por el Cambio
Partido Socialista
Partido Comunista Peruano
Partido Descentralista Fuerza Social
Tierra y Libertad
Partido Comunista del Perú Patria Roja

º Pronunciamiento que compartimos por tratarse de una cuestión que exige atención pública y prioritaria. Guarda coherencia con las razones por las que fue electo el Sr. Humala y porque el diálogo empieza por casa, o sea, con la población local que reclama con justicia sus derechos. Y es el caso. Sigue leyendo

Leer los signos de los tiempos en la Iglesia y el Perú de hoy

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REFLEXIONAR LA VIDA CON VATICANO II
Resumen del segundo día (26 junio) / Javier Iguíñiz, Mauricio Zeballos y Juan Borea

Se buscó una reflexión sobre el sentido profético, la evangelización y el estilo de hacer Iglesia a la que estamos llamados con Vaticano II, en el mundo y el Perú de hoy.

Javier Iguíñiz E., en su condición de Presidente del MIIC (Movimiento Internacional de Intelectuales Católicos), presentó una mirada de Vaticano II desde una óptica global, enfatizando el contexto de la época en que éste se desarrollo.

La Iglesia buscó abrirse al mundo, mirarlo con mas cercanía y afecto. Pero ¿a qué mundo quería abrirse? A un mundo sin temor; a conocer la realidad tal cual; se necesitaba aprender de ese mundo, su situación compleja. Muchos países africanos se encontraban en proceso de independencia. Europa se encontraba en bonanza. Se pensaba que todos podían ser más dueños de su destino.

Por tanto, Hay que reconectarse con la realidad, en lo pastoral como en lo teológico, escarbar en los libros, las noticias, los periódicos. Se percibía el debilitamiento de la iglesia y que, para hacer viable la evangelización, los retos eran muchos. Aumentaban los no creyentes; el mundo de la posguerra era un lugar de progreso y de cambios; seguía pesando la tragedia de las guerras mundiales y la derrota del fascismo. Se da la solidaridad con el tercer mundo, el reconocimiento y la importancia de los países pobres.

Vaticano II permite mirar al mundo con menos miedo. Centra su atención en un humanismo pluralista, lo que supone fijarse en la gente, relacionarse con aquellos que piensan distinto, hablar y escuchar al ser humano concreto. Proceso muy rico y que se ha mantenido a lo largo de los años, por la propia autoridad moral de quienes vivieron el Concilio. Somos parte de la iglesia y debemos vivirla sin que nos de vergüenza. Inspirados en la lectura de la Biblia, tenemos un testimonio y mensaje que dar, en medio de tantos signos antievangélicos.

Somos portadores de un mensaje y de una propuesta para el mundo y para el Perú de hoy, herencia que se recibe del Concilio y hay que decirlo en alto, marcando un punto de vista que nos desafía como profesionales en un mundo de cambio, llamados a un ejercicio solidario, ético y responsable.

Mauricio Zeballos V., del Instituto de Estudios Social Cristianos, habló de cómo se entiende y se recrea el pensamiento social cristiano en Vaticano II, cómo se entiende con las repercusiones que pueda tener para el mundo de hoy.

Situó un conjunto de ideas de la doctrina social de la iglesia para situar lo que llamó la “economía de la caridad”, término que nos abre a muchos escenarios en este mundo lleno de paradojas, inequidades, injusticias, violencia, dificultades. Descontento de muchos por la falta de oportunidad para todos.

La economía se ha centrado mucho en indicadores y resultados, y hay que recordar que la caridad exige la justicia, según nos dice el Papa Benedicto, y debe darse con una interacción ética para lograr un desarrollo verdaderamente humano y para todos. La competitividad sacrifica al ser humano. Hoy es imprescindible fortalecer nuestra comunión, recordar y poner en práctica el lema peruano “firme y feliz por la unión”, recordarlo con profundidad por encima de intereses personales o locales. Una economía que se hace con el principio de la comunión, desarrolla formas internas de solidaridad para generar confianza. Hoy nos encontramos frente a un grave problema de distribución desigual y la iglesia tiene una misión que cumplir y es pronunciarse por la dignidad y el desarrollo de formas internas de solidaridad. Hoy se requiere un corazón nuevo.

Juan Borea, nos introdujo a una reflexión que se venía haciendo desde la propia Mesa de Movimientos Laicales; especialmente, sobre el sentido de “nueva Iglesia” que nos sugiere Vaticano II y su adecuación a los tiempos modernos.

Señaló la importancia de leer los documentos del Concilio, entendiendo que éste fue una interpretación de la voz de Dios a esa época. Actualmente, con la crisis ecológica, el gran avance de la tecnología, el nuevo rol de la mujer, etc., nos preguntamos: ¿cuáles son los mensajes que nos llevan a interpretar ahora lo que nos dice el Concilio? Es importante hacernos preguntas y ser una Iglesia que escucha al mundo y al hombre de hoy; la misión de la Iglesia es escuchar con respeto a todos los seres humanos.

Ser una Iglesia que abraza a los afligidos, una Iglesia de comunión contrapuesta a una iglesia clerical, reconociendo estilos diferentes de entender la Iglesia. El buen pastor es el que da la vida por las ovejas, no se corre; muchas veces usamos elementos distorsionados del evangelio.

La autoridad es un servicio, ejercida por los lineamientos dados en el evangelio. Somos corresponsables en cuanto a la dignidad y a la acción común de todos los fieles. La iglesia somos todos y debemos ser consultados, hacernos oír, leer la biblia para saber dar el mensaje de Jesús. Todos somos llamados en nuestra condición de pecadores, pero buscando orientarnos al bien y a superar todo tipo de soberbia.

Los retos son imposibles de asumir en soledad. Necesitamos de la comunidad. Por tanto, es necesario repensar la forma de organizarla, en vínculo a la Iglesia mayor. Por hoy, nuestra estructura eclesial es un escándalo que clama al cielo.

Confiados sigamos con alegría, decisión, oración, amor y fe, pues contamos con la presencia del Señor.

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Itinerario y actualidad de Vaticano II

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REFLEXIONAR LA VIDA CON VATICANO II
Resumen del primer día (25 junio) / Andrés Gallego / Jeff Kleiber

Dando paso a la inauguración, Alberto Simons (del Instituto de Fe y Cultura de la UARM), destacó la importancia del Concilio Vaticano II y de la fe de S.S. Juan XXIII para vencer los temores, miedos y las resistencias de su tiempo ante su invitación a abrir la Iglesia al mundo.

Durante la exposición de Andrés Gallegos, se refrescó a través de singulares citas, la invitación a una mirada rápida al contexto preconciliar, y de cómo nosotros somos parte de una tendencia de Iglesia que ha introducido un proceso de cambio y de sentido del ser Iglesia más inclusiva, remontando las miradas y actitudes de una Iglesia visibilizada solo a través de la Jerarquía. Reconociendo que este proceso no comienza y acaba con Vaticano II sino que es un proceso de largo plazo y del cual los laicos deben hacer suya esta misión.

Es hacer nuestro los objetivos que impulsó a Juan XXIII a abrir las ventanas de la Iglesia y a que los fieles podamos también ver hacia adentro de ella. Es plantearse la vigencia del dialogo con el mundo de parte de la Iglesia, dialogo que parte de la preocupaciones y cuestionamientos como es la situación de pobreza y exclusión de los pobres. Es plantearnos cómo vivimos la experiencia de fidelidad a Jesús; es interpelarnos cómo estamos al mismo nivel con la jerarquía, entendida ésta con sentido de servicio a la Iglesia (baste recordar que el papa nos saluda y se presenta como el siervo de los siervos de Dios al servicio del mundo).

Estar atentos por ello a los signos de los tiempos es ser fiel a las necesidades del pueblo. Debe ser una actitud que dé fundamento a nuestra espiritualidad. Para los laicos es un reto en esta hora larga desde Vaticano II llegar al corazón de la Iglesia y al corazón del mundo. En el actual contexto es imprescindible la formación teológica y bíblica.

Luego de Vaticano II en América será clara la opción preferencial por los pobres, la cual no es una dimensión añadida en la vida Cristiana, sino esta el núcleo de relación con Dios, quien lucha contra la pobreza y la injusticia.

Jeffrey Klaiber sj, nos invitó a seguirlo sobre algunos aspectos históricos previos y durante Vaticano II. Señaló que El Concilio Vaticano II es el acontecimiento más importante en la historia de la Iglesia después del Concilio de Trento. Trento es significativo por el contexto propio en que surgió (la crisis con el protestantismo), los temas referidos a doctrina, las indulgencias o la creación de seminarios. También señaló que Trento tuvo sus debilidades como el no haber tocado el tema de los laicos o los aspectos de la liturgia, cuestiones que Vaticano II si lo hizo adecuando la misma al idioma propio o vernacular de la región.

El contexto de Vaticano II hizo que se pusiera muy en moda la palabra aggiornamiento, pese a que no se repitió lo de Trento, donde los teólogos y no solo los obispos hablaban. La novedad de Vaticano II es que tuvo un centenar de observadores de otras Iglesias. En cuanto al clero latinoamericano se destaca singulares intervenciones de obispos como el de Brasil Helder Cámara; Silva Henríquez de Chile; también de Landazuri Rickets de Perú.

En cuanto a los documentos claves de Vaticano II, en Lumen Gentium (luz de los pueblos) es visible el tránsito de una iglesia monárquica a una iglesia comunidad. Es decir el propósito es de tener un pastor que guie no a un monarca como jerarquía.

Los temas que no salieron, pero no niegan una realidad es el referido al tema de la mujer, en el contexto de Vaticano II aún no era muy visibilizado este tema. Otro de los temas es el referido al de los Cristianos anónimos pensando en personalidades como la de Ghandi, el rol de la iglesia misionera una iglesia ad-gentis.

Vaticano II nos marca una nueva época y es la invitación a un Cristianismo encarnado en la realidad.

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Recuerdos de Monseñor Alfredo Noriega S.J. en tres notas

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Gracias a Carlos Lecaros, primer Presidente de nuestra CVX Perú, nos hace notar de la importante figura de Monseñor Noriega en la creación de las CVX. Hace unos días se ha recordado un aniversario de su partida a la casa del Padre (26 de junio) en las noticias jesuitas que suele compartir Rómulo Franco sj, en las cuales se incorporó otra nota de José Enrique Rodríguez sj y del propio Carlos. De ésta última, nos dice “Compártanla a fin de conocer en profundidad la historia de las CVX en el Perú”. Van así.

Monseñor Alfredo Noriega Arce SJ (Arequipa 1922 – Lima 1993)
El sábado 26 de junio de 1993 falleció Mons. Noriega, en su Comunidad del Colegio de La Inmaculada, a causa de un infarto, a los 70 años de edad, y en vísperas de cumplir 55 años de Compañía. Tenía 44 años como sacerdote, y 13 como Obispo Auxiliar de Lima. Sus restos fueron velados en la Parroquia de Fátima. El domingo 27 fueron llevados a la Catedral de Lima donde se celebró la Eucaristía presidida por Mons. Augusto Vargas Alzamora, quine tuvo a su cargo la Homilía. Al inicio de la Eucaristía se leyeron los mensajes de condolencia del Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado, y del señor Nuncio Apostólico en el Perú, Mons. Luigi Dossena. Concelebraron 12 obispos y alrededor de 30 sacerdotes. El Señor Nuncio asistió también a la Eucaristía. La homilía estuvo a cargo de Mons. Augusto Vargas Alzamora. Al acabar la misa sus restos fueron llevados a nuestro cementerio de Villa Kostka. (Rómulo Franco sj)

Mons. Alfredo Noriega SJ, un santo de Lima
Entre los pordioseros de Lima, como ocurre en todo el mundo, hay un complejo sistema de comunicaciones desconocido para la mayor parte de la sociedad. Una de sus sagas dice que en Lima hubo dos santos: Monseñor Noriega en San Pedro y el padre Monteverde en Breña. Hasta ahora recuerdan que al acercarse a ellos nunca regresaban con las manos vacías.

Hace unos días escuché la grabación de una homilía de Mons. Alfredo Noriega. Perfecta dicción, claridad de ideas y exposición, profundidad teológica y espiritual, sentido pastoral, temperamento coloquial, elegancia de formas. Era un pastor de Oxford (donde recibió su doctorado), que en el cambio de paradigma tuvo que guardar su inmenso bagaje de formación clásica para que sirviera de substrato en la adaptación post Vaticano II.

Tuvo que dejar la cátedra del Instituto de Humanidades Clásicas de Villa Kostka en Huachipa (“Juniorado”) y la Universidad Católica, por el púlpito. Halló un campo propicio en las tareas parroquiales en Fátima y Desamparados, especialmente en el campo matrimonial. La Iglesia le pidió su servicio en el episcopado y fue Obispo auxiliar de Lima, hasta que la diabetes le hizo la mala pasada de invalidarlo.

De la comunidad de San Pedro pasó a la Comunidad del Colegio de la Inmaculada. Desde ahí salía a atender al Movimiento Bodas de Caná, su último ministerio. Tuve la suerte de acompañarlo cuando entregó su vida a Dios de manera definitiva, el 26 de junio de 1993, en su habitación de la Comunidad. (Enrique Rodríguez SJ)

Mons. Noriega en las Congregaciones Marianas y las CVX
Mons. Alfredo Noriega tuvo un papel importante en la transformación de las Congregaciones Marianas en Comunidades de Vida Cristiana (CVX). Él fue el primer Asesor Nacional cuando se dio el proceso de transformación de las Congregaciones Marianas (CC.MM.) a CVX. Más aún, junto a la Madre Julia Oliveri ACI (Esclava del Sagrado Corazón), asesora de la Congregación Universitaria y de Oficinistas Marianas (CUOM), acompañó, como sacerdote a esa emblemática Comunidad, que también optó por ese camino de las CVX. Aunque dejó de ser el Asesor al ser nombrado Obispo, siguió muy cerca de ellas. Las CVX le deben a Mons. Noriega ese impulso tan necesario que requerían las nacientes CVX , llevado con ese entusiasmo tan característico en él. (Carlos Lecaros)

Lima, 27 de junio de 2012 Sigue leyendo

Reflexionando la vida con Vaticano II ¿Sobre qué conversaremos durante el curso?

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El curso de formación sobre el Concilio Vaticano II que venimos organizando con la Mesa de Movimientos Laicales – MML, se llevará a cabo el lunes 25, martes 26 y jueves 28 de junio, entre 7 y 9.30 de la noche, en el auditorio de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Como dice su título, queremos empezar a valorar los 50 años que han pasado desde esa fecha memorable en que el Papa Juan XXIII dio inicio a las labores de uno de los eventos más trascendentes para nuestra Iglesia Católica.

Por eso, “Reflexionando la vida con Vaticano II” es un evento al que vale la pena tomar interés y, seguramente, nos dará pautas que nos permitan abrir horizontes sobre la Iglesia que queremos en nuestro país. El sentido profético de nuestro tiempo y la manera de vivir nuestro laicado hoy, desde las propias experiencias comunitarias de fe que compartimos, así como desde las responsabilidades que nos corresponde desempeñar en los diversos ámbitos de lo social, lo político, la economía y la cultura.

El temario previsto para el curso aborda como contenidos el deseo de profundizar en el significado y enseñanzas de Vaticano II, despertando una mirada más profunda sobre la vida y los derroteros que nos inspiró como perspectiva. Por tanto, lo que esperamos se aborde desde cada ponencia y temática en cada uno de los tres días del curso, sería lo siguiente:

Lunes 25: Itinerario y actualidad de Vaticano II
Estará a cargo de 2 reconocidos ponentes. Primero, el P. Jefrey Kleyber sj, quien presentará el marco histórico de la realización del Concilio. Su significado y los propósitos que se plantearon en el magno evento; las características que adquirió, sus participantes y conclusiones claves.

De otro lado, el P. Andrés Gallego, presentará una lectura más teológica de Vaticano II y sus implicancias en el proceso de la Iglesia. ¿Se logró modernizar realmente (aggiornamento) a nuestra Iglesia? ¿Se logró que ésta se pudiera abrir al mundo? ¿Se logró mirar lejos? ¿Se generó un real impacto para una mejor integración fe y vida? En unos pocos minutos habrá que sintetizar una mirada compleja del itinerario de los últimos 50 años de nuestra Iglesia.

Martes 26: Leer los signos de los tiempos en la Iglesia y el Perú de hoy
La idea es presentar una reflexión sobre el sentido profético, la evangelización y el estilo de Iglesia a la que estamos llamados con Vaticano II en el mundo y Perú de hoy. Esta parte se abordará con tres ponentes de interés. Primero, Javier Iguiñiz, quien abordará el tema desde su condición de Presidente del MIIC (movimiento internacional de intelectuales católicos); presentando, por tanto, una mirada desde una óptica más “global”. Marcando un punto de vista que nos desafíe como profesionales en un mundo en cambio, llamados a un ejercicio solidario, ético y responsable.

El segundo ponente es Mauricio Zeballos, quien viene en representación del Instituto de Estudios Social Cristianos, aportando una mirada desde dicha óptica Social Cristiana. Cómo se entiende y se recrea el pensamiento social cristiano en Vaticano II y cómo se entiende hoy. Cuáles son las repercusiones que puede tener para el mundo de hoy. Juan Borea es el tercer ponente, quien tratará de dar consistencia a una reflexión que hemos venido haciendo desde la propia Mesa de Movimientos Laicales; especialmente, sobre el sentido de “nueva Iglesia” que nos sugiere Vaticano II y su adecuación a los tiempos modernos. ¿Cómo podemos –a partir de allí- construir un nuevo estilo y modo de ser Iglesia? Tomando como punto de partida la experiencia de nuestras propias comunidades cristianas como una forma de vivir nuestra fe y de ser Iglesia (versus el individualismo o el masismo impersonal que marca nuestra común experiencia cotidiana).

Jueves 28: Vigencia y proyección de los movimientos laicales
El último día serán cuatro las intervenciones, en tanto tema que busca testimoniar experiencias distintas, sin distanciarse de su vínculo con Vaticano II. Juan Carlos Díaz, de la UARM, dará un marco general del tema ¿cómo se aprecia el laicado en Vaticano II? ¿cuál es su sentido de ser Iglesia y su “compromiso con el mundo”? Presentará una mirada de conjunto y el estado de la cuestión de los movimientos laicales en el Perú; sus distintas ópticas, presencias y carismas. Se intentará hacer una apreciación crítica, buscando marcar pautas y lineamientos que habría que tomar en cuenta hacia el futuro.

Por su parte, Elisa Nevado abordará el tema del laicado desde lo que Vaticano II nos plantea con relación a los jóvenes, sus inquietudes y sentido de cambio; renovación generacional; responsabilidad con la educación (escolarizada y superior) y el empleo. Carmen de los Ríos hará un abordaje del tema en tanto laicado como compromiso de vida y lo que Vaticano II nos plantea en cuánto fe y vida, fe y justicia y fe y cultura; el valor que tiene la vida comunitaria para el crecimiento de nuestra fe, nuestro crecimiento personal y de compromiso con el mundo. Por último, Eduardo Borrell Castro, situará el tema de laicado desde la fidelidad a la Iglesia en la experiencia de toda una vida; cómo Vaticano II nos plantea un profundo sentido de equilibrio sustentado en la radicalidad del amor a Jesús y nuestro prójimo.

Por cierto, los contenidos del curso se verán complementados con las preguntas y aportes de cada uno de los participantes. Vayamos preparados.

Guillermo Valera M.
Mesa de Movimientos Laicales
Lima, 20 de junio de 2012 Sigue leyendo