Hay amistades que se preservan en el tiempo, más allá de lejanías, continuidades, coincidencias, etc. Lazos que unen por diversos motivos, ya fuera la “tierra” (el terruño de origen), la familia y las amistades que se construyeron en algún momento, el sentido de agradecimiento hacia las personas que estuvieron en parte del camino de uno, la educación y formación profesional que se recibió en algún momento… Son diversas razones.
Era una postal de amor la que nos regalaron Fernando y Maruja, hablando – haciendo la homilía de la Eucaristía que celebraron por sus 25 años de matrimonio. Contando sobre algunas de sus experiencias en ese caminar de pareja, de hijos, de familia que les tocó vivir, desde un país vecino como Brasil que los acogió y les permitió acostumbrarse a él, a darse un rumbo, normalmente sin contar con un “plan B” en las decisiones que iban tomando, pero en las que supieron encontrar la voluntad de Dios en sus vidas, desarrollarse, sin olvidar sus raíces.
Qué duda cabe que algo así lo lleva a uno a considerar ambos lugares (países en este caso) como lugares que uno aprende a amar. Me hace recordar mi propia experiencia (muy en pequeño) de haber nacido y vivido mis primeros 15 años en Piura y, después, haber estudiado y vivido ya varios lustros en Lima. Con un valioso paréntesis de 3 años en San Ignacio (Cajamarca) y la posibilidad profesional de recorrer mucho el país durante muchos de esos años. Uno va amando lo que conoce y se va entroncando en diversas circunstancias que pasan a ser propias.
Contradiciendo a veces algunos planes propios o deseados. Como Maruja y Fernando nos contaban, probablemente ella no hubiera deseado dedicarse a la educación o ser algo “gitana” y la vida le llevó a asumir algo de ello, hoy recogido con mucho sentido de agradecimiento. De entender que Dios (el “destino” podrían decir algunos) nos va llevando por caminos diversos y, en ellos, nos vamos dando la posibilidad de descubrir su presencia, presencia del significado profundo de lo que significa amar, el amor descubierto incluso en lo inicialmente no deseado. Más bien hoy se ha dedicado a estudiar una profesión complementaria como lingüística.
Para coronar éste tramo familiar, nos traían la noticia sobre Paulo, el mayor de los “chicos”, y el término de su carrera de Biología y graduación satisfactoria. En algo que nos pareció muy peculiar, una tesis sobre un juego para mejorar la metodología de enseñanza del curso de bioquímica, al parecer algo complicado para el común de los estudiantes que lo llevan. Me hacía recordar que el juego es un arma que no sólo funciona con los niños/as, es algo que debiéramos explorar más e incorporar a tantas dimensiones de la vida. Quizá haríamos menos estresantes nuestra sociedad, trabajo, estudios, familia y la vida en general.
Gracias Fernando, Maruja, Paulo y Thiago, familia agradable, unida, inspiradora de lo que Dios hace con nosotros de maneras tan variadas. Y lo hace con todos, tanto con quienes tienen un recorrido como el suyo, así como en quienes han seguido distintos caminos de familia, más integrados o no tanto. Todos son caminos de aprendizaje y donde Dios nos invita a seguir creciendo, más allá de las dificultades, errores que puedan haberse presentado, bifurcaciones… Todos son caminos de los que tenemos que aprender para cultivar y revalorar el sentido de familia en el mundo actual. Así como también tenemos que saber aproximarnos a las nuevas generaciones que traen novedad, otras modas o modos de situarse frente a la vida, a los problemas y a las soluciones posibles.
Son una invitación viva a valorar lo propio de la experiencia familiar. Con sencillez, alegría, haciendo frente a los desafíos diversos, no rehuyendo a los problemas, siendo acogedores y sabiendo celebrar también lo recibido, tanto bien recibido. Un abrazo a cada uno.
Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 23 de julio de 2017
Que sigan los éxitos con Fernando, Maruja, Paulo y Thiago!
Un abrazo,
Así es Pedro, además son una familia bastante parecida a la nuestra en cuanto a hijos ya que los dos hijos que tienen son varones, como es nuestro caso. En ellos es Paulo y Thiago, en nuestro caso Pedro (tú) y Luis Fernando. Abrazo!
Una familia ejemplar con dos hijos muy buenos. Criados con muy buenos valores.
Gracias Guillermo! Construir familia en los tiempos de hoy no es fácil. Creemos que los desafios son constantes y ahi que nos toca a veces mirar las cosas desde la luz de la Fé. Abrazos para ti y tu família.
Es bueno que haya referencias de familias constantes y que viven con alegría sus diversas experiencias (no siempre todas tan buenas). Aceptando que no todos los caminos logran su cometido y siempre habrá la posibilidad de re-encaminarse. Un gran abrazo familiar!