Archivo por meses: julio 2017

Una tarde para amar

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Fue de un momento a otro, quería quedarme viendo un partido de fútbol y uno de mis hijos me dijo para ir a la Feria del Libro… no estaba mal, aunque hubiera preferido hacerlo el día anterior y no se dio. Fuimos almorzando algo rápido, había que alcanzar la presentación del libro de Fischman sobre algo de la inteligencia y ya no alcanzamos, pues el aforo del lugar no daba espacio. Sin embargo, había otras opciones y nos permitió compartir algo sobre poesía y nuevos poetas (al menos para mí), en este caso a Diego Martín Eguiguren.

De alguna manera me devolvió a la magia de las letras y de las tramas (y traumas) que acompañan normalmente a cada autor, lo cual siempre está rodeado de diversos misterios, empezando por cómo cada quien trata de entenderse a sí mismo y descubrir su propio camino en la vida. Cómo ello está rodeado de experiencias de soledad diversas, penas profundas aunque gratuidades de amor que permiten avanzar sin “tirar la toalla”. Sensibilidades que van permitiendo describir mundos aparentemente muy propios pero que no hacen otra cosa que comunicar lo que mucha gente quisiera hablar y no sabe cómo. Y logra captar y lograr una sintonía en la cual rápidamente alguna (o mucha) gente va identificándose. Pero, sobre todo, lo sabe hacer con ese arte del verso, con la pausa y el verbo que le da la lozanía necesaria para asentarse con la armonía necesaria.

Encontrando las palabras que, desde el mismo nombre del poemario lo expresan, como mencionar algo como las “luces dormidas”. Después coincidimos con Elid Brindis, a quien tampoco conocía realmente. Se trata de un mexicano que radica en Perú hace unos 7 años, por voluntad propia, cumpliendo un “autoexilio” como lo alude también el nombre de su libro (“Poemas del autoexilio”). ¿Cómo no apreciar la vida a través de autores que nos narran algunas dificultades propias pero que nos transmiten ante todo vida y valoración de todo lo que les rodea, casi sin darse cuenta? Resulta muchas veces contradictorio y es parte de una de las magias que transmiten los escritores. Se quejan del amor y te enseñan a valorar mejor el amor, desde tan diversas aristas y situaciones…

No podía faltar el cuento. Debo confesar que me jaló especialmente el tema del libro, pues decía “Mirar más allá”. Inicialmente pensé que se trataba de alguna reflexión filosófica o política (bien vendría). Fue grata mi sorpresa que se trataba de un cuento infantil, estando ya en el lugar, algo estrecho, en el que tocó este coloquio. Más gusto que la editorial a su cargo fuera Santa María, con quien tengo cercanías por otras labores. Personajes del cuento como Micaela, encierran una significación que nos ayudan a descubrir los retos de niñas y niños en su caminar diverso. Cuya trama se vive desde muy pequeños, porque es desde la primera infancia (incluso desde la propia barriga en que se gesta), el que se va haciendo cada persona. Donde la figura del padre marca un derrotero formativo desde la simpleza de sus enseñanzas, como decirle ”Micaela, aprende siempre a mirar más allá, pero sin tropezarte”. Así también, los escenarios de migración, el contraste cultural de ir del campo a la ciudad, la importancia de encontrar espacios como una ludoteca para encaminarse mejor en su formación y otra serie de detalles.

Entre poesía y relatos diversos me sentí como en una sesión maratónica de filosofía, despertando deseos de inspiración y ganas de amar más y mejor, de construir sueños y seguir queriendo hacerlos realidad. Empezando por mis hijos y mi esposa. Siguiendo por mi familia ampliada, mi comunidad CVX, mis compañeros/as de trabajo. Así tantas personas con las cuales he recorrido mi propio camino. Gracias a cada uno por todo lo que me aportan y me permiten compartir.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 29 de julio de 2017

Bailecito y política

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Volvió a practicar el bailecito en público, aunque esta vez sin la misma gracia, como ocurrió el año pasado con el inicio de su gobierno. PPK, sin embargo, apareció sobrio y sonriente, seguro aunque huérfano de aplausos en muchas partes de su discurso. No es de extrañar, pues su bancada es bastante pequeña y, si no se ayudaba de la plana ministerial presente en el hemiciclo, no hubiera contado con un mínimo de algarabía o eco.

No obstante, fueron importantes algunos detalles generales del balance del primer año de gobierno de PPK. Empezando por repartir impreso el detalle de su balance, lo cual permitió no entrar en demasiado detalle. Fue un gesto importante reconocer la labor cívica de peruanos de a pie, representado en varios invitados especiales, rindiendo un homenaje y situando la importancia de lo acontecido con la Emergencia vivida por el exceso de lluvias y desastres naturales derivados de ello, especialmente en el norte.

Fueron importantes las iniciativas de ley que se plantearon, poniendo atención en ayudar a resolver temas de informalidad o desorden que no siempre llegan a buen puerto. Temas como el desorden del tráfico en Lima y Callao es un pedido muy sentido, más aún, porque Lima es una ciudad que tiene que ordenarse si se quiere que funcione de la mejor para todos y nos agobie menos de lo que ya supone los tiempos que uno tiene que invertir para trasladarse de un lugar a otro. También por los accidentes frecuentes y las muertes.

A ello se sumó el tema de un mayor control en los temas de funcionamiento de negocios y calidad de trabajo. Aunque no va superarse estos temas con más leyes, algunas normas como las planteadas pueden ayudar en el propósito. También se podría aplicar a los temas de la regionalización que se requiere ajustar a una mayor eficiencia de funcionamiento y responsabilidad de sus diversos niveles de gobierno. Especialmente para encaminar grandes obras, pero también para garantizar una mayor efectividad en el desarrollo de los servicios básicos de educación, salud, agua y desagüe, seguridad, entre otros.

Ha sido importante que se mencione nuevamente metas como continuar con la reducción de la pobreza (llegar al 2021 a 15% y reducir la pobreza extrema al 1.5%), de la mano con el crecimiento económico, el cual, pese a dificultades internacionales y climáticas no se ha detenido, aunque ha bajado sensiblemente. Claro, uno siempre se pregunta, cómo es que alrededor de dicha meta o propósito nacional no se firma un pacto más agresivo de trabajo con todas las fuerzas políticas y la sociedad civil. El lado poco claro de ésta parte es que no se mencionó mucho alrededor de los conflictos sociales que se han seguido sucediendo en el país. Sobre todo, porque suele ser una situación recurrente con diversos orígenes. No es un mal sólo de éste gobierno.

Claro, se habla de dialogar, de tomar en cuenta mejor a la población en sus demandas. Pero no se ve una política clara en la dimensión de la concertación y de los mecanismos a utilizar para encaminar dicho propósito. Por ejemplo, al Acuerdo Nacional ni se le mencionó; tampoco se señaló el generar iniciativas concretas, más allá de cierto diálogo con algunas fuerzas políticas que ya se ha venido realizando, más por la presión de ciertos acontecimientos que de una voluntad política real. Especialmente la lucha anticorrupción debiera ser otro tema clave sobre el que podría tejerse algo al respecto. Sin embargo, más pesan los temores y la poca autocrítica.

Sin embargo, es cierto también que frente a gobiernos que no tienen una experiencia política acumulada, como han sido 3 de los últimos 4 gobiernos, se tiene que pensar en cómo se puede cooperar en las soluciones, con sentido muy crítico, pero con alternativas y disponibilidad técnica en lo que se tenga posibilidad de aportar. No podemos dar el lujo de perder otro lustro más “para el olvido”, donde la población no siente que crece su sentido ciudadano y que las cosas se siguen arreglando de manera distinta a lo que se prometió en las elecciones.

Una última cosa. El gobierno tiene que dar una imagen de capacidad técnica y buena gestión. Pero un gobernante es ante todo y debe cumplir su rol de gobernante (es decir, político), gestando un horizonte de hacia dónde se quiere dirigir y de cómo todos, de alguna u otra manera, nos podemos sentir parte de ello. Tiene que mostrar capacidad y voluntad política para las cosas que tiene entre manos. Por ejemplo, Perú una sola fuerza, tiene que ser más que un lema y un propósito. Tiene que marcar el conjunto de las políticas públicas y la gestión del gobierno.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 28 de julio de 2017

Familia agradable

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Hay amistades que se preservan en el tiempo, más allá de lejanías, continuidades, coincidencias, etc. Lazos que unen por diversos motivos, ya fuera la “tierra” (el terruño de origen), la familia y las amistades que se construyeron en algún momento, el sentido de agradecimiento hacia las personas que estuvieron en parte del camino de uno, la educación y formación profesional que se recibió en algún momento… Son diversas razones.

Era una postal de amor la que nos regalaron Fernando y Maruja, hablando – haciendo la homilía de la Eucaristía que celebraron por sus 25 años de matrimonio. Contando sobre algunas de sus experiencias en ese caminar de pareja, de hijos, de familia que les tocó vivir, desde un país vecino como Brasil que los acogió y les permitió acostumbrarse a él, a darse un rumbo, normalmente sin contar con un “plan B” en las decisiones que iban tomando, pero en las que supieron encontrar la voluntad de Dios en sus vidas, desarrollarse, sin olvidar sus raíces.

Qué duda cabe que algo así lo lleva a uno a considerar ambos lugares (países en este caso) como lugares que uno aprende a amar. Me hace recordar mi propia experiencia (muy en pequeño) de haber nacido y vivido mis primeros 15 años en Piura y, después, haber estudiado y vivido ya varios lustros en Lima. Con un valioso paréntesis de 3 años en San Ignacio (Cajamarca) y la posibilidad profesional de recorrer mucho el país durante muchos de esos años. Uno va amando lo que conoce y se va entroncando en diversas circunstancias que pasan a ser propias.

Contradiciendo a veces algunos planes propios o deseados. Como Maruja y Fernando nos contaban, probablemente ella no hubiera deseado dedicarse a la educación o ser algo “gitana” y la vida le llevó a asumir algo de ello, hoy recogido con mucho sentido de agradecimiento. De entender que Dios (el “destino” podrían decir algunos) nos va llevando por caminos diversos y, en ellos, nos vamos dando la posibilidad de descubrir su presencia, presencia del significado profundo de lo que significa amar, el amor descubierto incluso en lo inicialmente no deseado. Más bien hoy se ha dedicado a estudiar una profesión complementaria como lingüística.

Para coronar éste tramo familiar, nos traían la noticia sobre Paulo, el mayor de los “chicos”, y el término de su carrera de Biología y graduación satisfactoria. En algo que nos pareció muy peculiar, una tesis sobre un juego para mejorar la metodología de enseñanza del curso de bioquímica, al parecer algo complicado para el común de los estudiantes que lo llevan. Me hacía recordar que el juego es un arma que no sólo funciona con los niños/as, es algo que debiéramos explorar más e incorporar a tantas dimensiones de la vida. Quizá haríamos menos estresantes nuestra sociedad, trabajo, estudios, familia y la vida en general.

Gracias Fernando, Maruja, Paulo y Thiago, familia agradable, unida, inspiradora de lo que Dios hace con nosotros de maneras tan variadas. Y lo hace con todos, tanto con quienes tienen un recorrido como el suyo, así como en quienes han seguido distintos caminos de familia, más integrados o no tanto. Todos son caminos de aprendizaje y donde Dios nos invita a seguir creciendo, más allá de las dificultades, errores que puedan haberse presentado, bifurcaciones… Todos son caminos de los que tenemos que aprender para cultivar y revalorar el sentido de familia en el mundo actual. Así como también tenemos que saber aproximarnos a las nuevas generaciones que traen novedad, otras modas o modos de situarse frente a la vida, a los problemas y a las soluciones posibles.

Son una invitación viva a valorar lo propio de la experiencia familiar. Con sencillez, alegría, haciendo frente a los desafíos diversos, no rehuyendo a los problemas, siendo acogedores y sabiendo celebrar también lo recibido, tanto bien recibido. Un abrazo a cada uno.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 23 de julio de 2017

Francisco nos invita a ser mejores personas, mejor sociedad

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Me preguntaba sobre qué debiéramos discernir los peruanos a propósito de la visita del Papa Francisco en enero próximo. Hay tantos temas de Iglesia, de país, cotidianos o más de fondo… que se podría recurrir a un inventario y no terminar de ponernos de acuerdo. Podríamos situarnos desde los temas que son más afines a la visita como la ecología; los jóvenes y la educación; o la problemática de la corrupción. Y temas más espinosos para la Iglesia como los casos de pedofilia o la situación de cuestionados movimientos laicos como el Sodalicio.

¿Será posible que podamos aprovechar la visita del Papa Francisco para intentar sintonizar algo mejor con sus mensajes? Estos mensajes se inscriben en horizontes amplios, de solidaridad con los más pobres y excluidos, de paz. De cuidado entre nosotros mismos o de la naturaleza; con las novedades que van surgiendo a partir de las diversas tecnologías inventadas por el hombre. Del llamado a un profundo respeto por los seres humanos y la búsqueda de condiciones de convivencia y de un desarrollo equitativo y para todos.

Tanto nuestra Iglesia jerárquica como nuestras autoridades políticas necesitan dar testimonio de mayor tolerancia, justicia, diálogo y solidaridad. Lo cual no es equivalente a generar iniciativas que pueden resultar arbitrarias, como el manoseo que se hace del indulto humanitario, a la medida de quiénes influyen más en los Poderes del Estado. Tampoco hay que negarse a explorar otros caminos de perdón y reconciliación en nuestro país que nos permitan trabajar de modo más acorde en el cierre de brechas que son dramáticas en nuestra sociedad, como la calidad de los servicios de educación y salud; la masificación digital; la pobreza extrema o la desnutrición infantil. Ojalá el Acuerdo Nacional pudiera jugar un papel más activo en ello, o que se lancen nuevas iniciativas desde la sociedad civil, los partidos políticos o los movimientos de Iglesia (por ejemplo, la Mesa de Movimientos Laicales).

La visita del Papa Francisco no es una varita mágica, ni cosa por el estilo. Sin embargo, tiene que inspirarnos a que es posible situarse de otro modo frente a los problemas que nos afectan. Que es posible ser mejor sociedad. Por ejemplo, no sólo contentarnos con descubrir que tenemos una de las mejores culinarias del mundo sino comprometernos a que este logro pueda ser disfrutado por todos los peruanos; no podemos contentarnos con que ello sea sólo un producto para circuitos turísticos. Podemos sobresalir en muchos deportes, pero no queremos que sean sólo chispazos que se presentan como “flor de un día”. Ello tiene que ser trabajado de modo sistemático y serio; convencernos de que se requieren esfuerzos colectivos más amplios a la de un simple o gran gestor.

Tenemos algunos meses para pensar sobre qué nos toca cambiar a cada uno. Cómo aprovechamos la oportunidad para crecer un poquito más como seres humanos, descubriendo la enorme riqueza de ser distintos, singulares, todos necesarios e inigualables. Por tanto, responsables unos de otros, con caminos de bien siempre factibles de ser convergentes. Nuestro querido país nos lo recuerda cotidianamente con su enorme diversidad geográfica, de personas, de expresiones culturales, de niveles tecnológicos y generaciones… Tenemos que poder aceptarnos unos a otros, aprender a acogernos entre cholos, serranos y “chunchos”. Entre “blanquitos”, indígenas, “chinos” y una morenada muy amplia.

Esperemos que en cada Parroquia, en cada municipio (al menos los más directamente implicados), en todas las congregaciones religiosas; en cada familia, en los movimientos laicos y en todas las comunidades cristianas y de diversa índole, nos planteemos ese discernimiento de cómo ser mejores personas y mejores ciudadanos, aprovechando la visita del Papa Francisco. Mejores padres o hijos/as; mejores trabajadores o emprendedores. Mejores constructores de nuestro propio destino de modo solidario.

Guillermo Valera Moreno
Publicado en “La periferia es el centro” (20 de julio)

Hechos y reacciones

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Entre la política y los accidentes que nos enteramos, bien se podría escribir muchas cosas, en una realidad que a veces nos asombra por sus tintes surrealistas, por sus matices de novela, porque quisiéramos que fueran sólo fantasías que nos imaginamos… Pero en verdad, suceden, nos golpean la cara, el corazón y ojala las entrañas, el cerebro.

Como siempre, corremos el riesgo de acostumbrarnos a “hechos límite”, sucesos tan contradictorios como que un Contralor de la República (Edgar Alarcón), encargado de fiscalizar el buen uso de los recursos públicos, sea quien hizo su carrera aprovechando todo resquicio a su favor y lucrar al menor descuido. Corrupto como él sólo. Por cierto, cubriendo lo mejor posible sus espaldas, recurriendo a audios y otras prácticas ilegales para chantajear a sus críticos, no sería extraño, en alianza con las redes aún existentes del Montesinismo.

Resulta que al contralor Alarcón, todavía hay que “probarle” que sus delitos son delitos con todas sus letras y en mayúsculas. Para poder proceder a botarlo, porque esperar que renuncie sería como confundir un árbol con un poste de cables telefónicos o de electricidad. En ello, como en muchos temas, el Congreso de la República (y otras instancias), tendrían que actuar de oficio y agilidad, pero no contamos con políticos probos y la mayoría actual que la gobierna sólo tiene interés en que el actual gobierno fracase. Sin darse cuenta que dicho fracaso sería también su propio fracaso.

El incendio en la zona de las Malvinas ha sido otra muestra de las catacumbas en las que nos movemos (o aún nos asfixiamos). Esperemos que los hechos de muerte que se generaron puedan abrir no sólo nuestros ojos al dato de lo ocurrido. Esperemos que se hagan conciencia más sustantiva de cómo queremos vivir. No es con la explotación al máximo posible del trabajo de las personas; no es con el engaño de la falsedad de marcas de un producto que se ofrece (qué más da si son focos de electricidad o leche evaporada, salvo por cómo afecta a nuestra salud). No es con el lavado de dinero de diversas modalidades como vamos a desarrollar.

En situaciones calientes hay que poner paños fríos se dice. ¿Será el indulto a Fujimori un paño frío realmente? ¿No tacaría más bien resistir a la tentación de dar marcha atrás en la dignificación de la política, honrando los pasos que ya se han dado y evitando que, más bien, se desate un fuego mayor? Aunque no lo parezca, es una fortaleza mantener la rectitud de las decisiones ya tomadas en la experiencia de los últimos 3 lustros.

Si otros personajes tuvieran que pasar por juicios equivalentes, en buena hora. Institucionalicemos mejor nuestro accionar, en el sentido del cumplimiento de la ley y del Estado de Derecho. Seguir por ese camino será la mejor forma de honrar nuestro cercano bicentenario. Necesitamos una reconciliación en nuestro país pero que se entienda basada en la justicia y la dignidad. Que reivindique con autenticidad nuestra independencia y nuestros ancestros mayores.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 1 de julio de 2017