El Sr. Trump, presidente de los Estados Unidos es un riesgo para los EE. UU. (por cierto, y para todo el mundo). Diera la impresión que en su reciente gira al exterior, lo que más le interesara fue movilizar la carrera armamentista en el mundo y darse un velo de “paz” con la entrevista tenida con el Papa Francisco.
Por más loco y provocador que sea el presidente de Korea del Norte (Kim Jong-un), probando misiles diversos, la respuesta no puede ser la bravata de amenazar incluso a China con el propio poder militar, movilizando portaviones militares de alta potencia por mares ajenos a sus costas. Por más terrorismo existente como amenaza, la reunión de la OTAN (Tratado del Atlántico Norte) no puede resumirse en exigir presupuestos más relevantes para invertir en gastos militares o afines. Quien dijera que en el medio oriente lo principal pasaba por ir a confrontar al Estado Palestino y venderle armas a Arabia Saudita, cuando se tiene directa responsabilidad en la existencia del llamado “Estado Islámico” y no se establece un acuerdo claro sobre su abordaje.
Por último, qué duda cabe que las guerras son de lo más dañino para cualquier ecosistema y ya las venimos sufriendo cada vez con efectos más mortíferos. Arriesgando impresiones, pareciera que no se quiere tener conciencia de culpa sobre sus desenlaces, tan así que el Sr. Trump no ha tenido mejor idea que plantearse la salida del llamado “Acuerdo de París” que promueve compromisos de los Estados sobre el medio ambiente y pretende su defensa a nivel mundial, aún sin tener compromisos muy sólidos. ¿Qué tan vinculadas están los diversos hitos generados en la primera gira oficial del recientemente elegido presidente de USA? Se presta para muchas especulaciones.
De allí, es entendible la enorme frustración que expresaban los rostros de diversos líderes mundiales que tuvieron que estrecharle la mano a Trump, entendiendo que era más por compromiso, diplomacia, buenas formas y muy poco más. Ni el atractivo de esposa e hija que acompañaron la gira sirvieron para paliar la disparidad de quien se ha presentado como niño engreído y malcriado, sintiéndose “dueño de la pelota” y con capacidad de imponer sus propias “reglas de juego”.
En todo éste desmadre, ya no es curioso que Estados como Arabia, Israel y Rusia, fueron los que menos tuvieron roces en éste tinglado de intereses. ¿Habrá que leer con cuidado sus significados? Pareciera, de otro lado, que lo principal que moviera al Sr. Trump fuera, además de los negocios de sus empresas, decirle al mundo que EE.UU. sigue siendo la principal potencia mundial y que EE. UU. es él mismo. ¿Una nueva versión de “el Estado soy yo”? ¿Una nueva manera de autojustificar la carrera armamentista en el mundo?
Ayudar a extender la tensión mundial para obligar a tomar decisiones abrazados por el miedo es una estrategia muy antigua. Nos queda preguntarnos: ¿Cómo podemos abrir un camino distinto en el mundo que se condiga realmente con la paz? ¿Cómo generar un camino de paz desde la sociedad civil en el mundo… Es solo un sueño y nada más? ¿Los sueños, sueños sólo son? Es quizás hora de obligarnos a una lucha más activa por la paz. A salir de la modorra y dejar atrás las pesadillas.
Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 31 de mayo de 2017
Todo pareciera que es trampa!
Sólo ve negocios y favorecer a los grandes capitalistas.
Efectivamente, muchos negocios que huelen a pólvora.