Notas de viaje: Japón, Junio 2008

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Tengo la suerte de viajar frecuentemente fuera y dentro del país por razones de estudio y trabajo. Hasta el momento he visitado mas de 20 países, y como sociólogo no puedo evitar hacer observaciones que comparto con amigos, colegas, estudiantes, y parientes cercanos. Varias veces he pensado en escribir estas observaciones, como una manera de ordenar mis propias impresiones y ocupar mejor el tiempo en aviones y aeropuertos. Luego de darle vueltas al asunto, ahora me animo a escribir estas notas y colocarlas en el blog, de manera de poder compartirlas con otras personas. Una aclaración: no se trata de ensayos académicos, seguro superficiales para los expertos, sino de textos libres que expresan la fascinación del visitante curioso y respetuoso de las diferencias. Así deben de ser leídos, claro esta si se animan a hacerlo.

En esta ocasión se trata de notas e impresiones de un viaje a Japón, específicamente a las ciudades de Kyoto e Hiroshima, realizado entre el 11 y el 18 de junio del 2008.

I. KYOTO

El pasado 14 y 15 de junio se realizo la conferencia “los países andinos en la era posneoliberal: estudio comparado de la dinámica del cambio social”, organizado por el Center for Integrated Area Studies (CIAS) de la Universidad de Kyoto, en colaboración con la Asociación Japonesa de Estudios Latinoamericanos (AJEL). Fuimos invitados 5 latinoamericanos: Simón Pachano (FLACSO-Ecuador); Ramón Pajuelo (Bartolomé de las Casas), Aldo Panfichi (PUCP); José Luís Cordeiro (Universidad Central de Venezuela); y Víctor Hugo Cárdenas, ex Vicepresidente de Bolivia. Este último no llegó porque en el Aeropuerto de La Paz la policía le impidió la salida, señalando que tenían una orden judicial que no mostraron. Participaron también 20 profesores de varias universidades japonesas, entre los cuales estaban los peruanistas Shigeo Osonoi (Universidad de Tsukuba), Yusuke Murakami (Kyoto University), Tatasuya Shimizu (Institute of Developing Economies), y Hiromi Hosoya (Kobe University). Además asistieron una docena de estudiantes de doctorado que se especializan en los países andinos.

Si bien antes había estado en Asia, este ha sido mi primer viaje a Japón y, por lo tanto, todo un descubrimiento. Me impresiono el orden y la limpieza de las calles, y debo confesar derrotado que a pesar de mis esfuerzos solo conté tres papeles tirados en la calles los días que estuve por allá. También flores bien cuidadas por doquier, en las puertas de las casas, en las ventanas, y en jardines de ensueño. Pero el orden y la limpieza también estaban en los taxis, donde el chofer, hombre o mujer, usa guantes de tela blanquísimos, lo mas alejado de nuestro chofer de combi o tico. Los asientos y respaldares del auto cubiertos de una suerte de mantas que me recuerdan la que hacía mi abuela a croché. Me dicen que Tokio es igual y, por lo tanto, esta es la prueba que es posible que una metrópolis pueda ser ordenada. Leyendo el “Japan Times” del hotel, sin embargo, un artículo me hace pensar que debajo de este orden envidiable, deben de haber fantasmas terribles. En efecto, el diario indica que mensualmente se suicidan cerca de 50 personas, que hay paginas de Internet donde los suicidas se contactan y que ya ha ocurrido un suicidio colectivo de 5 jóvenes que se encontraron por esta vía, o que algunos individuos colocan en la Web avisos ofreciendo “ayudar” a que los suicidas cumplan su cometido.

Conversando sobre la política local con un colega de la universidad de Kyoto, me enteré que el Partido Comunista Japonés cuenta con alrededor del 5% del electorado, habiendo tenido mayor votación en el pasado. No imaginé nunca que esto fuera posible, así que pregunté un poco más sobre esto. Resulta que el PC japonés no se alineó nunca con alguna de las vertientes del comunismo internacional, ni con la URSS ni con China comunista. Intuyo que los conflictos bélicos que tuvo Japón con estos países es una de las razones de esta independencia organizativa y programática. Lo que llama la atención es que las bases sociales del PC japonés no son los trabajadores o proletarios de las grandes fabricas, sino los pequeños comerciantes que se sienten amenazados por las grandes cadenas y corporaciones. Es decir, que contrario a lo que dice la ortodoxia marxista los comunistas japoneses son pequeños burgueses amenazados por el gran capital. No puedo dejar de mencionar que este partido comunista se financia por el aporte de aproximadamente 300,000 contribuyentes y por la venta de su periódico que oh sorpresa se llama “Bandera Roja”. Bueno no todas las cosas son completamente diferentes.

II. HIROSHIMA, CITY OF PEACE

“A dragonfly flitted in front of me and stopped on a fence. I stood up took my cap in my hands and was about to catch the dragonfly when……”

“Let all the souls here rest in peace. For we shall not repeat the evil”

A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, por primera vez en la historia de la humanidad se lanzo sin previo aviso una bomba atómica contra una ciudad como un acto de guerra. Hiroshima tenia en ese momento 300,000 habitantes, de ellos se estima murieron directamente en el ataque entre 130,000 y 150, 000 personas, otras 120,000 quedaron heridas con graves quemaduras en el cuerpo. En los siguientes años muchos sobrevivientes desarrollaron varios tipos de cáncer y enfermedades a la piel. La guerra entre Japón y USA estaba en sus fases finales, la bomba fue lanzada entonces, para prevenir el involucramiento de la Unión Soviética en el conflicto.

10 de la mañana del 17 de junio del 2008, Ramón Pajuelo, antropólogo del CBC del Cusco y este profesor de la PUCP, tomamos el tren bala desde la estación central de Kyoto rumbo a Hiroshima. El pasaje carísimo para cualquier peruano, pero vamos animados sin saber mucho que vamos a encontrar. El tren bala una maravilla con su nariz de pato aerodinámica que nos hace sentir como en las películas de ciencia ficción. En el camino Ramón no para de tomar fotos con su cámara nuevecita, comprobando lo que otro participante del seminario, el amigo Simón Pachano, reconocido politólogo de FLACSO Quito nos había dicho: que esta parte de Japón parece ser toda una misma ciudad. El desarrollo urbano es impresionante, pareciera que no hay espacio “rural” entre ciudad y ciudad, con construcciones urbanas modernas que coexisten con otras de diseño tradicional y calles súper limpias. Nos llamó la atención, además, que junto a las casas, incluso en el interior de los edificios y construcciones, hubieran plantaciones pequeñas de arroz por todo lado. A nosotros, peruanos arroceros, esto nos sorprendía pero no nos parecía mal. Imagínense podríamos tener nuestra dosis de arroz chaufa, arroz con mariscos o arroz con pollo siempre asegurada.

Llegamos a Hiroshima, ubicada sobre el rió Otogawa, después de una hora y media de viaje. Sobre el origen de la palabra Hiroshima hay varias versiones, pero una dice que significa Isla ancha (Wide Island). La ciudad en 1945 tenía un doble carácter. De un lado concentraba numerosos profesores, estudiantes, y artistas, vinculados a la Escuela Normal de Enseñanza que se estableció allí en la época de la restauración Meji. De otro lado concentraba bastante personal militar, sobre todo marinos, por varios cuarteles y escuelas militares.

Una vez en la ciudad Ramón y yo caminamos hacia el área donde ocurrió la explosión y donde se encuentra el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, el Hiroshima National Peace Memorial Hall for the Atomic Bomb Victims, la Estatua a los niños victimas de la explosión, y los restos de lo que fue la Prefectura. Grupos de escolares, con cuadernos y haciendo apuntes, nos acompañaron todo el recorrido. Era evidente que estaban haciendo sus tareas, aprendiendo de la trágica historia que como pueblo les tocó vivir. Más aun algunos parecían conmovidos y luchaban contra lágrimas que se empecinaban en salir. Lo sorprendente es que todos, absolutamente todos, estaban vestidos con polos en ingles y con símbolos de la cultura popular norteamericana.

¿Como explicar esta situación? ¿Como identificarse con quienes te han infringido tremendo castigo y sufrimiento, como las propias imágenes y palabras del museo lo muestran? Nosotros los peruanos perdimos la Guerra del Pacífico hace ya más de un siglo, y hasta ahora el recelo y el resentimiento hacia los vecinos del sur son muy fuertes. No nos imaginamos, entonces, bailando cueca y diciendo “chita la payasa”. Entonces, ¿cómo han podido las nuevas generaciones de japoneses dar vuelta a la página? Una respuesta es que la globalización ha desnacionalizado estos símbolos y los jóvenes japoneses no lo asocian con un país en particular, en este caso los Estados Unidos, sino ahora son de todos. Debe, sin embargo, haber otras razones de mayor arraigo histórico en la cultura japonesa que lamentablemente desconozco.

La tarde recorriendo Hiroshima ha sido una experiencia extraordinaria. Una mezcla de emociones que será difícil olvidar. La indignación sublevante de ver como miles de personas fueron masacradas y quemadas por la radiación. La admiración de ver como un pueblo se ha podido levantar literalmente desde las cenizas, y organizar museos y memoriales extraordinariamente bien concebidos, de manera que las nuevas generaciones puedan aprender de la historia. Y tristeza por comprobar, una vez más, hasta qué nivel de barbarie podemos llegar los seres humanos por imponernos y destruir al adversario. De regreso en el tren bala las imágenes no se borran de la mente y las asociaciones son inevitables. Los peruanos conocemos bien la barbarie de los años del conflicto armado interno, donde perdieron la vida y sufrieron miles de compatriotas, aunque muchos lo quieran olvidar. Nuevas fosas comunes que periódicamente se descubren nos vuelven a recordar estos años infaustos. Pero la barbarie no es solo cosa del pasado sino que convive entre nosotros, sino cómo entender el ataque salvaje contra el “Ojo que Llora”, como si la responsabilidad de los hechos se pudiera destruir de la memoria de la gente. Hiroshima nos da una lección del poder de la memoria. Y como dice la exhibición de la Comisión de la Verdad: “Para que no se repita”.

Puntuación: 4.85 / Votos: 7

Comentarios

  1. muy interesante tus observaciones, he conocido en el pasado (20 años) a Hiromi Hosoya, y quisiera conectarme con ella, pues si tienes su correo o forma de conexión, me gustaría que me la hagas llegar, muchas gracias, Nahuel

    Publicado por Nahuel Bon el día
  2. interesante Aldo, gracias pro enviarlo. Debe ser algo ‘life changing’ to visit this place.

    Mientras tu amigo Yeshayahu esta pensando poner un restuarante peruano en NYC. Ya no colaboro con su Blog — muchas faltas de ortogragia.. je je

    Publicado por Miryam Yataco el día
  3. Veo que has viajado un montón por allí, me gustaría dejar una página en donde hay muchas fotografías sobre todos estos sitios que hablas, saludos.

    http://www.trivago.es/japon

    Publicado por yorch84 el día

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