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Por segundo año consecutivo fui invitado a dictar un seminario sobre América Latina, en la Maestría de Migraciones Internacionales de la Universidad del País Vasco, que se dicta en el departamento de Sociología. Visite la hermosa ciudad de Bilbao entre el 1 y el 5 de noviembre y, a diferencia del año pasado, esta vez la ciudad me recibió con lluvias copiosas y cielo nublado pero no mucho frió. Ingreso a una librería para resguardarme de la lluvia y veo un libro que me llama la atención: “La historia vasca del mundo” de Mark Kurlansky. Me doy cuenta que se poco del pueblo vasco no obstante tengo amigos peruanos cuyas apellidos y familias son de este origen. Sí se que son tenaces, valientes y amigables, que el nacionalismo siempre ha estado presente pero que en los últimos años ha alcanzado mayor relevancia, pero se poco de su cultura e historia. En la prensa internacional generalmente se asocia a este pueblo con movimientos nacionalistas radicales pero desconfío de este discurso, basta recordar hace algunos años como era presentado el Perú durante el conflicto interno. Leo con avidez en busca de respuestas:
“Los vascos son un pueblo antiguo y enigmático. Afinados en siete territorios a banda y banda de los Pirineos, constituyen una contradicción desconcertante: son la nación más antigua de Europa y no han formado nunca un estado. Tienen población reducida pero han tenido profunda influencia en Europa y el mundo durante más de 2,000 años. Sin haber querido conquistar nuevas tierras, han defendido la suya contra toda clase de invasores, desde los celtas y los visigodos hasta las tropas de Napoleón y Franco. Fueron los únicos que continuaron enfrentando a este último dictador todo el tiempo. Fueron los primeros en pisar América, África y Asia, y ya se les podía llamar capitalistas cuando el capitalismo era aun una idea incipiente. Su influencia también ha llegado a la religión (Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús) y han seguido siempre su propia tradición con universalismo”… vaya, vaya… que interesante!
Caminando por el campus universitario de la Universidad del País Vasco, ubicado en las afueras de la ciudad, se observa bastante actividad en la construcción y mejoramiento de la infraestructura, lo cual según amigos con los que converse al respecto, se debía al hecho que el gobierno no veía anteriormente a esta universidad publica demasiado alineada con el creciente nacionalismo oficial. Una percepción que supongo ha cambiado en el último año y que se expresa en la febril construcción y en el mayor apoyo al dinamismo de la comunidad académica local. Precisamente, donde se observa un fuerte dinamismo es en el área de las Migraciones Internacionales. La Maestría a la que fui invitado acaba de iniciar su segunda promoción con 18 estudiantes, varios extranjeros (de Alemania, Rusia, Italia, Argentina, Colombia) y obviamente vascos y españoles. Se acaba de iniciar además el doctorado con 16 estudiantes, además de la existencia de un observatorio vinculado a estos esfuerzos. Institucionalmente el Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP tiene un convenio de intercambio con este núcleo académico de la UPV, y dentro de poco lanzaremos nuestro propio observatorio llamado Tupuymigra, que estará enlazado con el de la UPV y con otros esfuerzos que se desarrollan en universidades europeas y americanas.
Sin duda la migración internacional es uno de los grandes fenómenos socioeconómicos del mundo contemporáneo. Leyendo la prensa del país Vasco nos enteramos, por ejemplo, que las 800 empresas de limpieza vizcaínas existentes tiene entre 15% y 17% de inmigrantes en sus planillas, el tercer nicho ocupacional después de construcción y hostelería. Es conocido que el trabajo de limpieza es un nicho de inmigrantes porque no tiene el reconocimiento social al que aspiran los trabajadores locales, pero eso puede cambiar sobre todo si la situación económica empeora. En efecto, la asociación de empresas de limpieza de Bilbao ha iniciado una campaña publicitaria para “lavar” la imagen y “dignificar” este empleo. Para ello propagandizan los “buenos sueldos” (salario medio es 1,063 euros mejor que los 800 que ganan los operarios de las fábricas metalúrgicas), la necesidad de un carné profesional de experto en limpieza e higiene, y la capacitación en el uso de químicos y maquinas costosas de láser que limpian mármol y lugares de necesidad especial como los hospitales, salas quirúrgicas, y aeropuertos. Para nosotros parece “too much” mas aun cuando se hablan de la necesidad de ir a una limpieza robotizada. Uno de los problemas, según esta campaña, es la migración irregular que trabaja por meno salario, haciendo menos atractivo este tipo de empleo para los locales, e incentiva la informatización de las empresas. Curioso razonamiento ¿no?
Las primeras planas de los diarios anuncian, además, que España es el primer país europeo en recesión económica. Solo en Octubre de este año se han perdido 6,214 puestos de trabajo diarios, un total de 192,658 personas desempleadas, siendo los sectores de servicios, construcción e industria los más afectados. Para enfrentar esta situación el gobierno central ha anunciado la ampliación del fondo para pagar las prestaciones de desempleo en 2,000 millones de euros. También se anuncia que las solicitudes para ingresar a las Fuerzas Armadas se triplicado en los últimos meses, atrayendo esta vez a jóvenes de origen español y no inmigrantes como era la tendencia hasta hace poco. Actualmente se ofrece un sueldo inicial de 14,420 euros por un compromiso de dos años renovable hasta seis y la posibilidad de lograr un oficio de grado medio.
A diferencia de mi visita hace exactamente un año, en las conversaciones a la hora del almuerzo y la cena esta presente indefectiblemente el tema de la crisis económica. La preocupación es general, y entre los expertos en migraciones internacionales hay consenso que esta golpea duramente a los inmigrantes. En la actualidad se calcula que hay actualmente en Europa ocho millones de inmigrantes sin permiso de residencia, los cuales constituyen la mano de obra barata, sin voz, y mas vulnerable. Durante los días de mi visita a Bilbao, el parlamento europeo ha dado los primeros pasaos para castigar con dureza a los empresarios que contraten a los trabajadores sin papeles. Entre las medidas propuestas esta la retirada de subvenciones publicas, el ingreso a una lista negra de infractores que deja fuera estas empresas de los contratos con los estados, e incluso el cierre mismo de los negocios. La propuesta de la comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos del Interior del parlamento europeo aun tiene que ser refrendada por el pleno de la cámara, pero nos indica un endurecimiento aun mayor de las políticas migratorias en el viejo continente.
Sin embargo, estas medidas van acompañadas de otra llamada la “tarjeta azul” que busca captar mano de obra calificada, sobre todo en el sector de la informática y la ingeniería. Los eurodiputados han empezado ha discutir como atraer la “inmigración de cerebros” y dejar de lado la inmigración de baja calificación. Esta tarjeta azul funcionará como un permiso de residencia de dos años de duración renovables, y con la libertad de circular por todo el territorio comunitario. Para atraer esta mano de obra se pagaría 150% mas del sueldo prometió del país donde se establezcan. También se discute garantizar el acceso a la seguridad social y la aplicación de medidas de reunificación familiar. Este proyecto ha dado sus primeros pasos a nivel de las comisiones de trabajo y ahora debe pasar al pleno de la cámara.
En el avión de regreso a Lima, vuelvo a abrir el libro de Kurlansky, buscando alguna pista para entender mejor la tenacidad del nacionalismo vasco. Encuentro el siguiente escrito de Gabriel Aresti que obvian más palabras:
Defenderé la casa de mi padre,
contra los lobos, contra la sequía,
contra la usura, contra la ley.
Perderé ganado, huertos, pinares,
perderé interés, ingresos, dividendos
pero defenderé la casa de mi padre.
Me arrebatarán las armas y con las
manos defenderé la casa de mi padre;
me cortarán las manos, y con los brazos
defenderé la casa de mi padre;
me dejarán sin brazos, sin hombros, sin
pecho, y con el alma defenderé la casa de mi
padre.
Moriré, mi alma se pederá, mis
descendientes se perderán,
pero la casa de mi padre
perdurará
erguida.