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En las últimas semanas he venido publicando artículos de opinión en la sección primera del diario El Comercio, buscando siempre aportar con nuevas perspectivas a la comprensión de problemas sociales y políticos centrales del Perú de nuestros días. Comparto con ustedes mis dos últimas colaboraciones: La representación contenciosa publicado el pasado 9 de abril y El Perú urbano de hoy publicado el 20 de este mismo mes.
Un extracto de esta columna:
“Recientes estudios del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Universidad del Pacífico muestran los cambios. La migración interna continúa siendo un fenómeno social extraordinario que define al Perú de hoy, aunque en términos absolutos ha disminuido porque no existe más la migración forzada por la lucha antiterrorista. Se trata de una migración básicamente económica. Hombres y mujeres que se movilizan con determinación de una región a otra, e incluso entre provincias y distritos cercanos a su lugar de origen buscando oportunidades laborales y mejores condiciones de vida. A diferencia de la migración de los campesinos pobres del siglo XX que atiborró la ciudad de Lima, esta migración contemporánea se vincula con el crecimiento y la diversificación económica de las últimas décadas. También con el impacto diferenciado de este proceso sobre las distintas regiones del país”.