La semana que pasó apareció una entrevista en la revista Caretas sobre el libro que trabajamos con Carlos Aguirre: Lima, siglo XX. Cultura, socialización y cambio. Comparto con ustedes la entrevista completa en PDF.
–El libro plantea dejar de lado la idea de una Lima laberíntica para entenderla como una ciudad archipiélago.
–La noción de una ciudad laberíntica nace de un libro anterior(Mundos Interiores de Lima) y se refiere a lo difícil que es construir vínculos entre grupos diversos y enfrentados. De allí la imagen de una ciudad caótica, pero el caos no es anomia, sino que hay un orden del desorden, una suerte de interacción accidentada y con poca voluntad entre grupos con códigos propios de socialización. Los limeños para relacionarnos, entonces, debemos cruzar fronteras y laberintos todo el tiempo. La ciudad archipiélago que planteamos ahora propone la existencia de múltiples microsociedades cerradas y fuertemente cohesionadas por vínculos de clase, parentesco, paisanaje, barrio o estilos de vida. Microsociedades donde la identidad fuerte y la confianza particularizada coexiste con la desconfianza general a otros grupos, al estado, o a las autoridades.