1.
La situación política ecuatoriana parece estable en los dos últimos años, un cambio significativo en un país donde la crisis política e incluso la caída de presidentes por presión de las multitudes ha sido una característica histórica recurrente. Este año sin embargo se observa una tendencia decreciente en la popularidad del presidente Correa, aunque conservando aun indicadores de aprobación mayoritarios. En efecto, en enero de este año la aprobación a la gestión del presidente fue de 74%, a mediados de año alcanzó el 67%, y este mes de octubre esta en 58% (37% lo considera malo o muy malo). Según el Centro de Investigación y Estudios que ha realizado las encuestas la caída es mayor en los estratos más pobres, aquellos que en las últimas semanas han reiniciado movilizaciones de reclamos contra el gobierno como los indígenas sobre todo los amazónicos contra la explotación minera (igual que en Perú). Los temas que mas preocupan a los ciudadanos, según las encuestas, son la falta de trabajo (9 % de desempleo abierto), el alza de los precios, y la seguridad ciudadana.
Una anotación interesante. Las ultimas protestas han incluido a los maestros de las escuelas públicas organizados en la UNE (Unión Nacional de Educadores), quienes acaban de levantar una huelga que duró 23 días. Este gremio al igual que nuestro SUTEP cuenta con una dirección gremial influida por el maoísmo. Junto a sus demandas de aumento salariales la UNE también rechaza someter a los profesores a evaluaciones de conocimiento. Es curioso pero en Bolivia también el maoísmo tiene influencia entre maestros y estudiantes universitarios, lo cual esto constituye una peculiaridad andina que no esta presente en otros países de la región.
La oposición a Correa sin embargo no esta organizada políticamente sino que emerge desde las reivindicaciones sociales. El presidente utiliza un lenguaje confrontacional y un estilo de gobierno altamente personalista, y su principal crítico es su hermano mayor quien curiosamente señala que como hermano mayor tiene que “cuidarlo” y decirle “sus errores” sobre todo en el ámbito de la corrupción de algunos de los funcionarios de gobierno. El hermano del presidente es considerado en las encuestas como uno de los principales líderes opositores. Vaya aquí parece que la familia ha reemplazado a los partidos.
La desconfianza con las instituciones es también una característica muy acentuada y afecta no sólo al estado y los partidos, sino también a los medios de comunicación. Sólo el 11% confía mucho en el gobierno, confía algo el 37%, poco el 40% y nada el 18%. La asamblea constituyente donde el presidente Correa obtuvo una mayoría absoluta ahora en octubre del 2009 solo muestra un 3% de alta aprobación, ya que los temas que discute no están conectados con las principales preocupaciones de la gente común y corriente. Por lo tanto, pensando en el Perú, me parece un poco absurdo que en nuestro país algunas fuerzas políticas plantean la necesidad de convocar a una asamblea constituyente para “refundar” la república. Nada mas alejado del sentir ciudadano.
2.
Como señalé al inicio también tuve la oportunidad de ir a la televisión ecuatoriana a un programa de conversación política junto con Oliver Dabéne de la Universidad de Paris, para hablar sobre la problemática que enfrentan los países andinos. Me sorprendió gratamente que el periodista que nos entrevistó conociera bastante bien parte de la producción académica peruana. La conversación fue muy amena e interesante y antes de regresar recibí copia de dicho programa. Los invito a ver los videos.
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