A veces me impresiono con lo lejos que ha llegado el hombre con la tecnología. Cero sarcasmo.
(Lugar: casa de Clarisa. Ocasión: reunión de coordinación del Peru Trek).
En una decisión equivocada, abandoné a mi grupo de Public and Private Developments para ir a la Amazing Race organizada por Dudley House (específicamente por mi amigo Tuo). La carrera pensé que sería más enfocada en los miles de lugares enigmáticos que tiene el campus de la universidad, pero en realidad estaba más centrada en unos desafíos del tipo acertijo matemático (que por cierto resultó siendo algo divertido considerando que los participantes eran casi todos estudiantes de PhD). También hubo alguna tontería de desafío como el tener que mover una oreo desde tu ojo hasta tu boca sin usar las manos, lo que generó escenas como esta en que la gente parecía estar convulsionando como en iglesia evangélica.
Mucho de la política es eso. Dar la impresión superficial de “no es que me muera por ganar” mientras mueves todas las fichas que tengas a la mano para resultar elegido. A eso es a lo que sonaba el pedido que hizo Ina a todo el grupo de whatsapp de los urban planners de votar por una de las listas que se lanzaba a la directiva de ChinaGSD, uno de las organizaciones estudiantiles más importantes de la escuela. A eso también sonaba el pedido que personalmente me hizo otro de mis buenos amigos, Harry, para votar por la lista contraria en la elección de la directiva de esa organización. Los que sí perdieron cualquier tipo de sutileza fueron los miembros mismos de ambas listas, que no se en qué clase de intriga mini política entraron, que resultó en la anulación de la primera elección electrónica y su repetición, la que, a su vez, fue también anulada, para pasar a realizarse una votación presencial que incluyó miembros de mesa (mi amigo Tianhui) y ánfora electoral. Inaudito.
Estábamos caminando por Dutton Street con dirección a la oficina de Economic Development de la ciudad de Lowell cuando Kim mencionó que de mis comentarios en las conversaciones y en las clases le parecía que yo era un férreo defensor de la transferencia de ideas a diferentes latitudes. No lo había pensado con detenimiento antes pero creo que tenía mucho de cierto el comentario y creo que esa es una de las razones que explica que lo que tengo en la cabeza al proponer el mecanismo del commercial community land trust para el proyecto de studio no es solo Lowell, sino la replicabilidad de la idea en otras ciudades.
Si hay algo que no se puede evitar es la manera en que resaltan los políticos y los abogados cuando visitan el GSD. Su manera de comunicarse, priorizando la claridad de sus ideas más que la claridad de sus gráficos suele llamar la atención de la gente. El último invitado a la clase del profesor Kayden este ciclo fue Dan Garodnick, un abogado y político neoyorkino que no solo dio una de mis clases favoritas de todo el ciclo (tarea difícil considerando que se trata posiblemente de mi curso favorito), sino que creo que me ha dado la idea de mi tesis: de qué diablos depende la altura máxima que las ciudades establecen para los edificios, existe siquiera una razón técnica detrás o solamente todo se resume a una negociación política.
Una de las cosas que más disfruto en la vida es las bibliotecas abiertas las 24 horas del día. Ahora la biblioteca Loeb Design es una de ellas. No estoy muy seguro si tuvo algo que ver con la remodelación que hicieron como parte de la instalación acerca de “The Just City” a cargo de la profesora Toni Griffin. Ahora que tuve un momento de fijarme en el contenido de la instalación me pongo a pensar que por la falta de studios en Urban Planning y por la cercanía conceptual que uno podría atribuir a la idea de justicia con la profesión legal, el studio de Toni Griffin puede ser uno de los que considere para el semestre de primavera en mi segundo año de la maestría.
En el semestre anterior me acerqué a una conferencia que hubo sobre el proceso sobre el acceso al mar que en este momento tienen Bolivia y Chile en la corte de La Haya. Aquella vez trajeron al representante de la posición boliviana, el ex presidente Carlos Meza. Esta vez trajeron a Claudio Grossman, representante de la posición chilena. Como siempre todo un lujo participar de esta plataforma que representa la universidad como uno de los lugares de debate público de ideas en el que les es tan importante ganar terreno a países con intereses encontrados. Naturalmente la presencia de sus representantes en Harvard es noticia segura en medios de circulación nacional.