Beautiful María of my soul

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Song: Beautiful Maria of my soul by Los Lobos

from the movie: ‘Mambo Kings’

Lyrics
In the sunlight of your smile
In the summer of our life
In the magic of love
Storms above scattered away

Lovers dreaming in the night
Reaching for paradise
But as the dark shadows fade
Love slips away

On an empty stretch of beach
In the pattern of the waves
Drawing pictures with my hand
In the sand, I see your face

Skipping pebbles on the sea
Wishing for paradise
Sand castles crumble below
The restless tides ebb and flow

Listening to a shell
Hoping for your voice
Beautiful Maria of my soul

Though we’ll always be apart
Locked forever in a dream
If I ever love again
Even then, nothing will change

And the taste of you remains
Clinging to paradise
But as the distance from you grows
All that my heart ever knows
Hunger for your kiss
Longing for your touch
Beautiful Maria of my soul

Filling all my nights
Haunting all my days
Beautiful Maria of my soul

Si deseo sonreir
Pienso solamente en ti
En la magia de tu amor
En tu piel en tu sabor

En la isla del dolor
Recuerdo tu calor
Desearía morir
Cerca de ti

Un ardiente corazón
Colorea mi pasión
Deseando compartir
El sentir de este vivir

En las olas de este mar
Sueño en la eternidad
Con cada luna vendrás
Con la marea te irás

En un caracol
Pienso oir tu voz
La bella María de mi amor

Aunque estemos separados
En un sueno angelical
Si llego de nuevo a amar
No hay razón, porque cambiar

Temo yo permancer
Sin ti en la eternidad
Lejos nos puedon separar
Jamas pudiera olvidar
Tu risa celestial
Tus besos, tu calor
La bella María de mi amor

Si no te vuelvo a ver
No dejarás de ser
La bella María de mi amor.

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Leyes y Poder Judicial

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En la casa de la justicia no respeta la ley laboral.  Por ello muchos trabajadores demandan al Poder Judicial.

En la casa de la justicia no se respeta la Ley Orgánica del Poder Judicial. Solo se aplica la ley del embudo. Lo ancho para los supremos, lo angosto para el resto del mundo.

También se aplica la ley del mínimo esfuerzo. Logrando un ascenso encuentras maneras sorprendentes para trabajar menos.

 

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El zorro y el cuy

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Alguien, un desconocido hacía destrozos en una chacra, de noche. Esto sucedió hace mucho tiempo. Las plantas amanecían rotas y a medio comer. Entonces, el dueño de la chacra construyó una trampa, la puso en el lugar adecuado y esperó atento, sin cerrar los ojos en ningún momento. A la media noche escuchó unos gritos; alguien había caído en la trampa.

Era un cuy grande y gordo. El dueño lo amarró a una estaca y regresó a su casa. -Mañana temprano hiervan agua para pelar un cuy. Almorzaremos cuyecito – les dijo a sus tres hijas, antes de irse a acostar. El cuy, amarrado a la estaca, forcejeaba y mordía inútilmente la soga.
Y, así lo encontró un zorro que pasaba por allí.

– Compadre – le dijo el zorro – ¿Qué has hecho para que te tengan así? -Ay, compadre, si supieras mi suerte -le dijo el cuy -. Yo enamoraba a la hija más gorda del dueño de esta chacra y ahora él quiere que me case con ella. Pero esa joven ya no me gusta.

También quiere que aprenda a comer carne de gallina que a mí me da asco. Así le mintió el cuy. Después, haciéndose el sonso, exclamó el muy ladino: – Creo que a ti sí te gusta la carne de gallina. – A veces, le dijo el Zorro, también haciéndose el sonso. -¿Por qué entonces no me desatas y te pones en mi lugar? Así te casarás con una joven gorda y comerás carne de gallina todos los días. -Te haré ese favor, compadre – le dijo el zorro. Al día siguiente, muy temprano, cuando el dueño de la chacra vino a llevarse al cuy, encontró al zorro.

– ¡Desgraciado! ¡Anoche eras cuy y ahora eres zorro! Igual te voy a zurrar – dijo el dueño dándole latigazos.

– ¡Sí me voy a casar con tu hija! ¡Te lo prometo! También te prometo que comeré carne de gallina todos los días- gritaba el zorro. Al oír este atrevimiento, el dueño lo azotaba con más fuerza, hasta que en una tregua de la tunda, el zorro le explicó toda la mentira del cuy. El dueño se puso a reír y después lo soltó, un tanto arrepentido de haber descargado su ira en otra persona. Desde ese día, el zorro comenzó a buscar al cuy. Quería cobrarse la revancha de todos los latigazos que recibió del chacarero.

Un día se topó con él y pensó que había llegado la hora de la venganza. El cuy, viendo que ya no podía huir se puso a empujar una enorme roca y el zorro se le acercó para cumplir su cometido; pero, el cuy reaccionó:

– Compadre zorro – le dijo – a tiempo has venido. Tienes que ayudarme a sostener esta roca. La santa tierra se va a voltear y esta roca puede aplastarnos a todos. Al comienzo el zorro dudaba, pero la cara de asustado que ponía el cuy terminó por convencerlo.

Y empezó a ayudarlo, es decir, a sostener la gigantesca roca. Después de un rato, el cuy le dijo: – Compadre, mientras tú empujas yo voy a buscar una piedra grande o un palo para acuñar esta roca. Paso un día, dos días, y el cuy no volvía con la cuña. El zorro ya no podía más. “Soltaré la roca aunque me mate”, pensó. Dio un salto hacia atrás, pero la roca ni se movió.

– Otra vez me ha engañado- dijo-. Pero, ésta será la última porque lo voy a matar. Día y noche le siguió el rastro hasta que lo encontró junto a un corral abandonado. El cuy lo vio de reojo, calculó que ya no podía escapar. Entonces se puso a escarbar el suelo.

– Rápido, rápido -decía como hablando para sí mismo -. Ya viene el juicio final, va a caer lluvia de fuego.

– Bueno, compadre mentiroso, hasta aquí has llegado – le dijo el zorro-. Te voy a comer.
– Está bien, compadre – le dijo el cuy- pero ahora hay que hacer algo más importante.
Ayúdame a hacer un hueco porque va a llover fuego. El zorro se puso a ayudar. Cuando el hueco ya estuvo hondo, el cuy saltó dentro de él.

– Échame tierra, compadre zorro – le rogaba el cuy-. Tápame por favor, no quiero que me queme la lluvia de fuego.
El zorro, asustado, le contestó: – Viendo bien las cosas, tú eres menos pecador que yo. A ti no te castigará demasiado la lluvia de fuego. Mejor entiérrame tú.

– Tienes razón compadre. Cambiemos, pues, de lugar – le dijo el cuy, saliendo del hueco. El cuy no solamente le echó tierra, sino también, ortigas y espinas. Y mientras lo tapaba iba diciendo:
-¡Achacau, achacau, ya empezó la lluvia de fuego! Cuando terminó, se limpió las manos y se fue riendo. Pasaron los días y dentro del hueco el zorro empezó a sentir hambre.

Quiso sacar una mano y se topó con las ortigas.

– Achacau- dijo-. Deben ser las brasas de la lluvia de fuego Guardó su mano y esperó. Días después, el hambre le hizo arriesgarse: salió entre el ardor de la ortigas y los pinchos de las espinas. Vio que afuera todo seguía igual.

“Ya se habrá enfriado el fuego “, pensó. Estaba más flaco que una paja. Finalmente, se convenció de que había sido burlado, nuevamente. Lo buscó, entonces, sin descanso, día tras día y noche tras noche. Una noche que andaba buscando comida, encontró al cuy al borde de un pozo de agua. El cuy, al verlo, se puso a lloriquear.

-¡Qué mala suerte tienes, compadre! – le dijo -. Yo estaba llevando un queso grande, pero se me ha caído en este pozo. El zorro se asomó al pozo y vio en el fondo el reflejo redondo de la luna.

– Ése es el queso – le dijo el cuy. – Tenemos que sacarlo – dijo el zorro. – Hagamos esto, compadre: Usted entra de cabeza y yo lo sujeto de los pies. – Y así lo hicieron por un buen rato. El cuy, sosteniéndolo, le decía:

– Es usted muy pesado, compadre. Ya casi no puedo sostenerlo. Dicho esto, lo soltó. El zorro, gritando, cayó de cabeza al fondo del pozo. Así dicen que murió.

– O – (*) Cuento extraído de la obra “Relatos de la Literatura Oral y Escrita del Altiplano Puneño, de Édwin P. Tito Quispe, Impresiones Gráficas REPSA, Puno 1997.

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In the mood (Mambo Nº 5)

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La Gran Banda de Jean Pierre Magnet

De buen humor

Glenn Miller

Mambo Nº 5

Dámaso Pérez Prado

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La incomprendida labor del Juez

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Virginia María Medina Sandoval (*)

Siempre tomamos decisiones, las mismas que nos atañen directamente, o a personas de nuestro entorno como familias o amigos, e igual a personas totalmente ajenas. Por eso cuando me preguntan ¿cuál es mi profesión y a qué me dedico?, no me extraña recibir reacciones que van desde la admiración, satisfacción, asombro, o sospecha, llegando incluso hasta la incomprensión, ésta última acompañada de las preguntas: “¿en serio eres juez?” “¿te gusta?, ¿por qué?, “serlo debe ser difícil” o también las clásicas preguntas (estas sí un poco menos existenciales y más prácticas): “¿qué es ser juez?, ¿qué hace un juez?”

Antes me explayaba en explicaciones formales o con la clásica: “los jueces somos quienes administramos justicia” lo que a veces derivaba en explicaciones más académicas, había que explicar el, a veces, tan esquivo concepto de justicia… en fin, con el tiempo y en mi labor diaria he aprendido a responder a esa pregunta que, por obvia o simple, no deja por eso de ser menos importante: ser juez es ser alguien que debe tomar decisiones, dar respuestas, que debe enfrentarse al problema y darle una solución sin temor y con firmeza… es eso lo que se espera de un juez, que, sin evadir, dé una solución, que aunque generará felicidad en unos y causará frustración, irritación o aversión en otros, no debe dejar de tomar.

Ese es el quehacer diario de un juez: desvanecer incertidumbres, poner fin a una duda, entregar un derecho o quitarlo y, todo ello, con valentía, sin temor y sin ahorrar en razones, que por lo demás y por supuesto sean claras, labor delicada en la que debemos insistir en perfeccionar.

Eso es ser juez, por eso mi total admiración por los jueces y juezas de este país, porque enfrentan cada día la responsabilidad de tomar decisiones y dar razones que sustenten las mismas, en un país lleno de incomprensiones, pero con gente que espera de nosotros coherencia, compromiso y lucidez.

Por ello, es la oportunidad para pedir que nuestro espíritu se ilumine y estemos siempre colmados de amor por la sabiduría, para que las decisiones que tomemos sean las correctas; y que tengamos una valentía que nunca se agote, para que nada afecte nuestra obligación de responder las demandas de justicia con arreglo a los dictados de nuestra conciencia.

(*) Jueza de la Corte Superior de Justicia de Lima

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PERFIL DEL MAGISTRADO O MAGISTRADA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

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El IDL considera que la crisis por la que atraviesa el Congreso, producto de la “repartija” de cargos ocurrida el 17 de julio último, ha puesto en evidencia la ausencia de un perfil para ser integrante del Tribunal Constitucional (TC). La ausencia de constitucionalistas destacados –salvo honrosas excepciones- entre los y las postulantes es consecuencia de esta falta de claridad y voluntad sobre qué tipo de postulantes se necesita para ambas instituciones, garantes de los derechos humanos y de la separación de poderes en el país.

El Congreso debe realizar un análisis consciente de qué tipo de magistrados o magistradas necesita nuestro país. Por ello el IDL presenta algunas consideraciones mínimas sobre el perfil del juez o jueza que necesita este máximo Tribunal:

1. Trayectoria de vida personal y profesional intachable. Debe haber exhibido a lo largo de toda su vida profesional y pública una conducta intachable y debe estar ajeno a cualquier acto delictivo. Al respecto, si bien todo abogado(a) tiene derecho a defender a cualquier persona, consideramos que si ese profesional ha dedicado parte de su vida profesional a defender a personas acusadas de graves violaciones de derechos humanos, narcotráfico y lavado de activos, no debería aspirar a formar parte de un máximo tribunal como el TC.

2. Garantía de independencia e imparcialidad. Debe estar en la capacidad de resistir todo tipo de presiones y debe resolver los conflictos con objetividad. La independencia se expresa en la no sujeción en el ejercicio de las funciones a las autoridades y organismos públicos integrantes de los otros poderes del Estado, o de cualquier naturaleza. La imparcialidad se manifiesta en la neutralidad que el magistrado o magistrada debe observar frente a los intereses en pugna en un conflicto dado.

3. Compromiso y experiencia en la defensa de los derechos fundamentales, del estado de derecho y de la democracia. Debe haber exhibido a lo largo de toda su vida pública, un profundo compromiso y una experiencia en materia de defensa de los derechos fundamentales, de la supremacía de la Constitución y del Estado de Derecho. No pueden ser magistrados o magistradas aquellas personas que no acrediten “lealtad a la Constitución”, es decir, deben rechazar toda ruptura del orden constitucional como la derogación de la Constitución o el cierre del Congreso, tal como ocurrió el 5 de abril de 1992. Recordemos que el reglamento del TC prohíbe que ejerzan como magistrados o magistradas personas que han ejercido cargos políticos o de confianza en gobiernos de facto.

4. Formación jurídica especializada. Sólida formación jurídica en teoría general del derecho, y conocimientos especializados en materia de derecho constitucional y derecho procesal constitucional, conocimientos de la doctrina y la jurisprudencia constitucional, nacional y comparada, y sobre el derecho internacional de los derechos humanos. También se debe valorar el conocimiento y la especialización en otras materias jurídicas.

5. Espíritu analítico, crítico y creativo. El magistrado o magistrada debe conducirse mediante un examen atento y uso adecuado del razonamiento jurídico, evaluando los argumentos de las partes para confrontarlos entre sí, con los hechos, los principios y las normas positivas que corresponden al caso bajo análisis. Los jueces constitucionales no deben ser meros aplicadores de la ley.

6. Conocimiento del contexto socioeconómico y capacidad de adaptabilidad al cambio. Los jueces y juezas constitucionales deben estar atentos al devenir de la vida y de la conducta humana en su comunidad o localidad. Debe tener una formación e información suficiente para comprender los procesos socioeconómicos por los que se atraviesa, y considerar dichos elementos para evaluar el impacto social de sus decisiones. De igual manera, debe tener capacidad de analizar la realidad social y adecuar la función jurisdiccional a la satisfacción de las necesidades cambiantes de la sociedad.

7. Espíritu de Servicio. El magistrado o magistrada del Tribunal Constitucional no puede considerarse dueño de su función, sino servidor de la misma. En tal sentido, debe de facilitar los medios para que su potestad jurisdiccional llegue a los justiciables en forma libre y oportuna, sin trabas burocráticas ni impedimentos. Como servidor público, debe estar dispuesto a escuchar las críticas que se le formulen y a rescatar de ella los elementos que le permitan mejorar su función.

El perfil del juez o jueza del Tribunal Constitucional es una herramienta que contribuye a limitar, disuadir y/o neutralizar los intentos de sacrificar idoneidad, calidad personal y profesional, en tanto que funciona como un primer filtro de selección de candidatos o candidatas. Junto a esto, creemos que el Congreso también debe tener en cuenta al momento de su elección la cuota de género dentro de la terna al TC y elegir a juristas mujeres, que también las hay idóneas.

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Iván Sequeiros Vargas

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20130722-dr__sequeiros_vargas_1.pdf

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Homenaje a Carlos Fernández Sessarego

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El profesor Carlos Fernández Sessarego dictó la Cátedra de Derecho Civil I (Personas) en mis días por la Universidad de Lima. Por razones que nadie me ha sabido explicar el maestro ya no dicta su cátedra en mi alma mater.

Aunque no tuve la fortuna de ser su alumno, tuve oportunidad de leer varios de sus libros.

La Noción Jurídica de Persona, (Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1962, y segunda edición en 1968) venerable libro que le valió un reconocimiento y su Ponencia en la Exposición de Motivos y Comentarios al Libro Primero del Código Ccivil peruano, desde su primera edición en Lima en 1986 fueron lecturas obligatorias para quienes nos iniciábamos en los caminos del Derecho Civil

Los estudiantes de hoy siguen leyendo las nuevas ediciones de su libro Derecho de las Personas.

Grande, maestro de generaciones de abogados.

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¿Por qué te marchas abuelo?

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Manolo Galván

Dicen que la gente mayor sobra en todos los sitios,

mi abuelo ya sabia eso hace mucho tiempo,

y por eso un día hizo su maleta y

se marcho, quizás para no estorbar…

Le vi hacer la maleta y entre las cosas que iba guardando
había un retrato de todos del último cumpleaños,
una bufanda de lana, unas zapatillas y su corbata
y aquellos viejos pañuelos que la abuela le bordaba.

¿Por qué te marchas abuelo?
¿por qué te marchas de casa?
dime si ya no nos quieres
dime abuelo que te pasa

Con su mano en mis cabellos y sus palabras atragantadas
me dijo niño no digas que estoy llorando en mi marcha
me dijo niño no digas que has visto en mis ojos lágrimas.

¿Por qué te marchas abuelo?
¿por qué te marchas de casa?
dime si ya no nos quieres

El tiempo pasa de prisa y ya ni siquiera tengo el cariño
de aquellos que quiero tanto y a quienes tanto he querido
si tú te marchas abuelo si tú te marchas de casa
yo llevare a tu maleta y me iré donde tu vayas

Si tú te marchas abuelo,
si tú te marchas de casa
yo llevare tu maleta
para estar donde tu vayas.

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Tabaco y Chanel

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Bacilos

Un olor a tabaco y Chanel
Me recuerda el olor de su piel
Una mezcla de miel y café
Me recuerda el sabor de sus besos
El color del final de la noche
Me pregunta dónde fui a parar, donde estás
Que esto sólo se vive una vez
Dónde fuiste a parar, dónde estás

Un olor a tabaco y Chanel
Y una mezcla de miel y café
Me preguntan por ella (ella)
Me preguntan por ella
Me preguntan también las estrellas
Me reclaman que vuelva por ella
Ay que vuelva por ella (ella)
Ay que vuelva por ella

No se olvida, no se va
No se olvida, no se va
No se olvida nada
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida nada

Una rosa que no floreció
Pero que el tiempo no la marchita
Una flor prometida una amor
Que no fue, pero que sigue viva
Y otra vez
El color del final, del final de la noche
Me pregunta donde fui a parar
Que esto sólo se vive una vez
Donde fuiste a parar, donde estás

Un olor a tabaco y Chanel
Una mezcla de miel y café
Me preguntan por ella (ella)
Me preguntan por ella
Me preguntan también las estrellas
Me reclaman que vuelva por ella
Ay que vuelva por ella (ella)

Pero fueron las mismas estrellas
Que un día marcaron mis manos
Y apartaron la flor, esa flor, de mi vida, de mi vida

Un olor a tabaco y Chanel
Una mezcla de miel y café
Me preguntan por ella (ella)
Me preguntan por ella
Me preguntan también las estrellas
Me reclaman que vuelva por ella
Ay que vuelva por ella (ella)
Ay que vuelva por ella

No se va, no se olvida
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida nada
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida nada

Un olor a tabaco y Chanel
Me recuerda el olor de su piel
Una mezcla de miel y café
Me recuerda el sabor de sus besos
El color del final de la noche
Me pregunta dónde fui a parar, donde estás
Que esto sólo se vive una vez
Dónde fuiste a parar, dónde estás

Un olor a tabaco y Chanel
Y una mezcla de miel y café
Me preguntan por ella (ella)
Me preguntan por ella
Me preguntan también las estrellas
Me reclaman que vuelva por ella
Ay que vuelva por ella (ella)
Ay que vuelva por ella

No se olvida, no se va
No se olvida, no se va
No se olvida nada
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida nada

Una rosa que no floreció
Pero que el tiempo no la marchita
Una flor prometida un amor
Que no fue, pero que sigue viva
Y otra vez
El color del final, del final de la noche
Me pregunta donde fui a parar
Que esto sólo se vive una vez
Donde fuiste a parar, donde estás

Un olor a tabaco y Chanel
Una mezcla de miel y café
Me preguntan por ella (ella)
Me preguntan por ella
Me preguntan también las estrellas
Me reclaman que vuelva por ella
Ay que vuelva por ella (ella)
Ay que vuelva por ella

Pero fueron las mismas estrellas
Que un día marcaron mis manos
Y apartaron la flor, esa flor, de mi vida, de mi vida

Un olor a tabaco y Chanel
Una mezcla de miel y café
Me preguntan por ella (ella)
Me preguntan por ella
Me preguntan también las estrellas
Me reclaman que vuelva por ella
Ay que vuelva por ella (ella)
Ay que vuelva por ella

No se va, no se olvida
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida nada
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida
No se va, no se olvida nada

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