45.- Para tí es, Señor

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Para tí es , Señor
el poema mejor,
el cantar de la vida
ni paraíso
ni infernal,
mi primer pensamiento
del día,
mi última palabra
de la noche,
el llorar de mi tristeza,
la alegría sin soberbia,
mi esperanza, mis martirios
y mi tiempo.

Te veo en un madero clavado,
y te digo: “ven a mí”
y me dices:
“carga tú mi cruz
y contigi estaré
para siempre”.

Tú lo sabes todo, Señor,
y sabes que estoy triste,
fueron muchos mis pecados,
mis angustias y mis faltas:
¡qué difícil es seguirte!

Tú haces milagros,
tú todo lo puedes,
yo solo soy un fariseo,
yo solo soy un hipócrita,
el de vanos juramentos.

Guíame Señor
en los primeros pasos,
guíame también
por el estrecho recorrido,
guíame en la vida,
guíame en las sombras,
que el pecado
envenenó mi corazón.

Tú eres tan grande
y yo sólo un pródigo,
tú perdonas porque amas
y yo me contamino
en el rencor.

Ver los cuerpos agitados
cual ramas
y las hojas de los árboles…
ver sombras, ver pasos,
ver casas y paisajes,
y no ver lo desordenado,
caminar y seguir caminando,
caminar y seguir agradeciendo… (31/08/85)
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44.- Te amo

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I

Por el clamor de poemas sin título
que solía escribirte cunado era niño,
recordé aquellos versitos
que te diera la primera vez.

Ahora ha pasado el tiempo
y con él muchas cosas también;
pasaron los días, vinieron las canas
pero aún no te dejé de querer.

Hará tal vez medio siglo (un poco más)
cuando un cariño de infante
vestido con uniforme albiplomo
se sembró al perecer sobre roca.

Pero presto los relojes andaron
y al basurero fueron
los calendarios a parar:
tal vez nuestro cabello blanco
y las arrugas cual pliegues diminutos,
avivaron como la leña
el fuego de nuestro amor.

Pareciera que rondamos
los cuatro lustros de soñar,
los cuatro decenios de crecer y madurar…
Fue todo hace tanto tiempo
mil problemas, malos momentos,
dolor y tristeza}y aún así
no te puedo dejar de querer.

El invierno llegó hace mucho,
la tarde ya está muy lejos
¿se viene el final
o esto es solo el comienzo?
¿Quien dijo que muere el amor?
¿Quién dijo que el amor no existe?
¿Quién dijo que un anciano,
con el paso de los años
ya se muere en el amor?

II

Están equivocados.
Yo siento correr por mis venas
y en mi respiración,
ese aire que vivifica
el corazón,
esa brisa transparente
que ilumina como el sol,
ese soplo ce ternura,
transparente y sin color.

Yo lo veo en tí
y en tu retrato,
lo percibo al recostarme
con la cabeza
apoyada en tu regazo
como un niño, esperando
a que acaricies mis cabellos.

Yo lo veo contigo
cuando ahora,
al igual que hace tantos años
tomamos nuestras manos
y dalos juntos
-aunque lentos-
cientos de pasos.

Yo lo veo en tí,
en aquellos ojos
de sol que se va apagando
y se resiste a lo inminente,
y sol quiere ser
para seguir iluminando.

¿Acaso olvida el becerro
la fragancia de los prados,
acaso olvida el hombre
a la madre que lo tuvo,
con cariño,
en tiernos brazos?

¿Acaso olvida el poeta
su primera estrofa,
que aunque mala,
que aunque coja,
le recuerda
como en todo,
la imperfección
de los primeros pasos?

¿Acaso olvida la noche
el tiempo en que solo había sombras,
acaso olvida el piano
los diestros dedos
que pasearon por sus teclas?

¿Acaso crees que puedo olvidarte
por arrugas y otras simplezas,
por cabellos blancos,
por los pliegues de tus manos?

¿Acaso se olvida
a la que fue amiga,
amiga y también compañera,
acaso se olvida el primer amor,
o la primera ilusión?

III

Déjame tomar tu mano,
y vayamos juntos,
como en los tiempos lejanos
otra vez,
sentados al pie de un árbol,
viajemos por el tiempo
recordando el feliz ayer.

Vivamos hoy el pasado,
sigamos siendo felices,
déjame gritar que te amo
como cuando tenía dicisiete años,
teniendo tan solo a un paso
un barranco
y muy por debajo un río,
los montes semihelados
surcando los cielos,
destrozando las nubes
en lo alto,
cuando el exo repetía incesante
lo que siempre te repito
desde no sé cuántos años:
“te amo”. (29/08/85).

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43.- Desde el día en que te fuiste

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I

Desde el día en que te fuiste
la alegría ya no existe
sólo una cruel e injusta pena
a mi alma lastima y envenena.

Agónicos los ojos, el llanto maternal,
la luz y el horizonte, el canto matinal,
las voces que se apagan
y las almas que se van.

El canto en el silencio, recobra su vibrar,
el tiempo adorcmecido, las horas al pasar;
la luz enternecida, el cielo raso,
las parcas de la muerte y el fracaso.

Las olas que sa agitan
en el fondo de la mar,
las flores que dormitan
y se vuelven a cerrar,
el día que amanece,
la luz de la verdad,
el viento que estremece
y me encierra en soledad.

Las aguas de la cumbre que se pierden en el mar
las rosas que marchitas ya no pueden perfumar;
las nubes en el cielo tan difícil de alcanzar,
recuerdan un juramento
que perdido con el viento
se fue y no volverá.

II

Era muy temprano
y no llegaba el profesor,
sentado en un asiento
en el aula matinal,
las horas van pasando
y yo solo, aquí esperando
las señales del reloj.

Aquí pasando ratos
mis mañanas de cristal,
alejado de la noche,
esperando consolarme,
mientras muero,
mientras duermo
en soledad.

Vuelve el aura,
muta el sol con timidez,
la neblina dispersando
hielo frío por doquier,
los pasos creciendo
como hiel a fuego lento,
como nubes de papel.

Aquí los paradigmas,
se derraman con la tinta,
la mente está pensando,
en lo oscuro de lo alto,
los dedos cansados
por los trazos
en papel…

Esa balada suena
sin dejarme y sin cesar,
tarareando en mis oídos
desde un páramo perdido
el simpático sonido
que me cansa
al extasiar.

Nunca vendrá el final
de este largo poema,
el poema de vida,
que se escribe cada día,
la existencia prometida,
el paraíso,
el infernal. (28 y 29/08/85) (más…)

42.- La última carta (II)

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Te quiero mucho y sin darme cuenta
cual sol iluminando sin medida,
cual pañuelo dando despedida,
cual ira a la torva afrenta.

Pero si mi amor no te contenta
y te es como página perdida,
si ajenos, los días de tu vida,
no importa lo que por tí sienta.

Porque puedo esperar, y olvidar,
retornar a mi vida pasada.
¿Para qué las tristezas recordar

si la vida será continuada
por nuestros encontrados destinos
aunque por diferentes caminos? (más…)

41.- A la naturaleza

[Visto: 1321 veces]

Vivir entre colinas,
lejos de las sierpes de asfalto,
refugiado en las alturas,
en los montes serranos,
lejos del mar
y de las moles de concreto urbano.

Vivir entre soledades
donde se pueda ver
el amanecer inmaculado,
lejos de las garras vejadoras
del smog urbano,
lejos de vivir pendiente
del reloj y del horario.

Vivir junto a un río
y ver las aguas cristalinas
nacer de las alturas,
sentir la lluvia y el granizo,
lejos de las minas,
las haciendas y los pueblos.

Vivir entre pastizales
y chozas hechas por las propias manos,
solo, como un ermitaño
contemplar el rocío matinal
como sudor límpido
de la hierba verde
tachonada de tréboles
de múltiples hojas.

Ver animales salvajes
y domesticarlos sin evitar el riesgo,
ver las aves volar
y pensar
que podemos imitar su vuelo,
oirlas cantar
y hacer nuestro el dulce canto.

Ver el sol
despejando las tinieblas,
mañana y tarde,
y oir el viento silbar canciones
tan viejas como el tiempo.

Ver lagunas,
patos navegando entre sus aguas,
ver los tallos felices
crecer y llegar a ser totalmente plantas,
gritar y por nadie ser escuchado,
sentir las voces altisonantes
perderse entre la inmensidad
de la llanura,
por entre rincones inaccesibles
de los Andes,
escuchar el eco
y saber que es el único
que nos escucha.

Y captar a Dios
en lo poco de ese universo intangible
que una vez creara,
ver su grandeza plena
y compararla con la
capacidad del hombre,
sentirnos pequeños
y verlo a ël tan inmenso.

Y darle gracias,
porque nuestros ojos
captan la belleza del paisaje,
porque nuestros oídos
sienten la acústica del viento
en el horizonte,
porque podemos tocar
si nos lo proponemos
un poco de esa grandeza,
porque podemos sentir
la fragancia de los prados;
lejos del estiércol de las ciudades,
porque podemos beber
del cáliz de la esperanza,
del cáliz de su grandeza,
del cáliz de las maravillas
que nuestro mundo encierra.

Podemos sentirnos
hechura suya,
transformadora
de la naturaleza
pero no su verdugo,
podemos apreciar
el ser a Él ser iguales,
el ser poco
y a la vez tan inmensos.

¿Qué sentiré
al volver de este viaje imaginario
al hormigueo de las urbes masificadas,
al ruido de motores y personas alienadas,
a las visiones de las casas en los cerros
y mansiones elefantes blancos,
al opulento y al que se muere de hambre,
al hombre joven y al que se hace viejo?

No quiero regresar nunca. (12/08/85) (más…)

40.- Divagando

[Visto: 1114 veces]

Baladas y voces que se confunden,
un paisaje nunca visto por mis ojos,
la quebrada que se pierde en lo lejano,
el viento y su caricia transparente.

Los árboles grandes cuyo nombre ignoro,
los cables de alta tensión ultrajando el paisaje,
el silencio, los gritos…

La televisión musitando alienación
la imagen brillante dañando mis ojos,
una balada triste envuelve mi corazon
y me transporta hacia los recuerdos…

Las ramas movidas por el viento que sopla,
algunas ramas están secas,
el tronco petrificado;
la neblina enseñoreándose en lo alto,
el viento al soplar, imitado por sintetizadores,
la naturaleza ultrajada por la mano del hombre,
el sentirse suspendido y arrojado entre la nada…
No comprendo.

* * *
El techo rojo de una casa
avisto a lo lejos,
las hojas secas se están cayendo,
así como yo me suspendo
en este éxtasis que no comprendo.

Nunca me sentí así,
perdido en otra dimensión,
y no estoy embriagado,
ni he fumado marihuana,
la morfina no corre por mis venas,
no estoy triste ni frustrado,
no estoy desilusionado
y sin embargo,
me siento muy extraño… (08/08/85-12/08/85)
(más…)

38.- Apagón

[Visto: 965 veces]

La luz escasa,
el paraje perdido entre las sombras,
una canción americana
distorsionada
por la escasa potencia
de la radio.

Es una canción triste,
las voces gimiendo, casi llorando,
la luz siempre parpadeando
sin decidirse a los cerrrar.

Se confunden la luz
y los sonidos de la radio,
como se confunde la adversidad
con los vientos favorables,
como se confunden el poder
y la impotencia,
como se confunden la estridencia
y el mutismo,
como se confunden las voces
y los gritos,
como se confunden el cuerpo
y el espíritu.

Gime la canción,
la luz parpadea,
la fusión de la luz
y la canción
no tardará en ponerse a llorar.

Se acaban ya
las baterías de la radio,
el foco de la luz
pronto va a quemarse…
El tiempo lentamente
va a dar paso
a las sombras y el silencio…

Cierro los ojos y a tientas
apago la luz y el ronco radio,
los abrro de nuevo:
solo sombras y silencio.
Es mejor entregrase al sueño…
Cierro los ojos… (11/08/85)
(más…)

37.- De cartón y de papel

[Visto: 1014 veces]

Ha pasado mucho tiempo,
han soplado muchos vientos,
por tu cauce corrió el llanto celestial…
pero tú aún eres el mismo,
mi querido compañero
fiero y frágil
como un viejo luchador…

Te doró el sol con su fuego,
te heló el frío traicionero,
la tinta hizo de tí su manantial…
pero sigues siendo el mismo,
mi querido compañero,
bello y tibio
como una puesta de sol…

Te besó la fresca brisa
de una playa concurrida,
acorde de sol, arena, viento y mar …
pero tú aún eres el mismo,
mi querido compañero,
amigo y padre,
consejero y confesor…

Te plagué de garabatos,
de borrones y maltratos,
de cosas que nunca comprendí…
de lecciones aprendidas,
de prosa y pre-poesía,
de canciones
y argumentos de Babel…

¡Cómo admiro tu silencio,
aunque sabes lo que pienso,
lo que dije y lo que quise alguna vez!…
Tus hojas me mostraron
que el querer es algo extraño,
conocido,
muy sublime y traidor…

Te recuerdo con cariño,
siempre fiel amigo mío,
compañero de suplicios y placer…
porque sigues siendo el mismo,
mi querido compañero,
entrevero
de cartón y de papel… (21/07/85) (más…)

36.- A Lizeth

[Visto: 1098 veces]

Ahora que te encuentras tan lejos
en algún lugar del Viejo Mundo,
en mi habitación, meditabundo,
tus travesuras que tan perplejos

nos dejaron en los tiempos viejos
en que me volviste tremebundo,
este cerebrito vagabundo
recuerda como claros reflejos.

Nos separan mar y continente,
el clima, la cultura y las horas,
pero tu muy juguetona mente

no podrá olvidar a los que añoras
y extrañándote están esperando
que vuelvas para seguir jugando.
(más…)

35.- Reflexiones

[Visto: 1026 veces]

Paciente espero que transcurran las horas,
el tiempo es largo
y lentamente empieza a correr,
camina,
piensa mucho antes de dar cada paso.

¿Y qué prisa tiene,
si nadie puede medirse con él?
¿Quién en desigual combate
sobrevivió a tan larga batalla?
¿Queda alguien que haya luchado con él,
que lo hay vencido y destrozado?

Sí.
Sí queda alguien, algo,
algo que rebasa el tiempo,
que era antes de él
y seguirá siendo después de él.

¿Quién es Ël?
Es Él, el mismo que un día venció a la muerte
en singular combate.
aquel que pudo sobrevivir
las inclemencias del hombre,
el que logró ser
y seguirá siendo.

¿Quién es ël?
No lo conozco.
¿Cómo lo voy a conocer,
si no puedo verlo,
si no úedo tocarlo,
si no puedo llegar a quererlo?

¿Quién es Él?
Aún no lo sé…
(más…)

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