Hannoverscher (I)

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Me despierto con mucha anticipación, a las siete de la mañana, solo por intentar mantener acostumbrado a mi cuerpo, para que se contente con esas seis o siete horas diarias; sin embargo, le doy vueltas a mi correo un rato mientras sale el sol, trato de comer algo en ese tiempo, el sol tarda en salir una hora más, es decir, a las ocho, es a esa hora que con el paisaje bonito que tengo desde mi ventana me dejo motivar con el apuro que tienen los autos para avanzar por el piso mojado y las personas para caminar en esta nieve hacia la estación de tren, ellas deben llegar a las ocho con seis minutos y evitar así llegar diez minutos tarde, que es lo que tarda en aparecer el siguiente tren de la linea seis con dirección a Nordhafen. Basta de palabreos, como diría el maestro de maestros “imprima, no deprima”, y de frente a tomar un baño, la ropa de invierno no resultó mayor ciencia, al final mis zapatos Cat tuvieron algo de polifuncionalidad y me dejaron caminar con toda confianza por donde la nieve está con menos huellas, un jean, que después de años de devaneo logré aceptar como ropa oficial, una chompa, una bufanda y una casaca, unos guantes también que es lo único que podría ser alguna novedad comparando mi vestimenta con la del viejo Cusco, porque hasta el gorro de lana que coloco en la mochila es del estilo de las que usaba ahí en mis bohemias alturas, en realidad la verdadera novedad es que acá me cierro la casaca, enseñanza que entre la lectura de termodinámica y el viaje a Bremen ha quedado clara en este invierno de inviernos. Pongo pocas cosas en esta mochila enorme, regalada por mi hermano, negra, color de los alemanes, pongo el skript de Grundkurs BGB que es lo único seguro que tengo hoy en la vida, pongo el BGB que es lo más histórico que también tengo hoy en la vida, pongo al iPad soso, que me pregunto si en alemán tendría que escribirlo Ipad Soso, pongo los audífonos que están conectados a la laptop, operación que es la más delicada de toda la mañana porque estos audífonos están al borde de la muerte cerebral los pobres, valientes, y quién sabe de qué marca, pero que me acompañan desde los tiempos del Estudio Rodrigo, y ahí dentro de la mochila están ya todo tipo de lapiceros, un par de resaltadores, un par de libros, unas flores del mal, una vida exagerada, una fiesta movible, algunos guantes extra, un montón de papeles, un par de cigarros, igual número de encendedores, una botella de agua, un conservador de café y un montón de minisobres de azúcar. Me quedan un par de minutos antes de las nueve y treinta y seis, porque todo el asunto tardó como hora y media, entonces aprovecho para preparar en la cocina algo de café que acompañe un bocado que me daré en la estación apenas salga a esperar al tren. Salgo del edificio y siento el aire frío, un par de grados debajo del cero, pienso en cómo lo extrañaré cuando tenga que usar corbata en Lima, camino hacia la estación del tren, piso toda la nieve que puedo, hoy es una nieve en polvo que no moja casi nada mis zapatos pero que no es igual a los copos que cayeron ayer que eran los perfectos para aplastarse y unirse entre ellos para hacer bolas de nieve y hombres de nieve, todo esto explicado por un ruso que me encontré atrás del castillo de la universidad con el que nos reímos de que en Groenlandia tengan veinte mil diferentes nombres para los diferentes tipos de nieve, por lo visto anécdota típica en días nevados. Cruzo la pista hasta la estación, subo las tres o cuatro gradas hasta la plataforma, es ésta una de las estaciones de los primeros barrios que pueden llamarse los suburbios de la ciudad, desde el siguiente paradero es la zona dos del ticket del tren, entonces la plataforma y toda la estación es relativamente pequeña y al aire libre, solo pasa una línea de trenes a diferencia de otras estaciones donde se cruzan otras líneas y han sido construidas en el subterráneo entre otras cosas para proteger a los pasajeros del mal tiempo, si es que a esta blancura se le puede llamar mal tiempo. En la pantalla dice un minuto para el siguiente número seis a Nordhafen. Y en un minuto vendrá, que ni un segundo más ni menos. Aún ahora después de tantos meses cuando viene el vagón busco ponerme cerca de alguien para no ser yo el que presione el botón raro de la puerta, que nunca supe cómo debía presionarse correctamente, pero a pesar de todo el embrollo felizmente nunca un tren me dejó y éste no es la excepción, es un tren de los verdes, es decir, no es de los plomos que son más bonitos, modernos y con asientos más cómodos, saco al iPad soso para darle una leidita en el camino a John Grisham. Sigue leyendo

Empatía

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Veo hacia la calle desde esta ventana, una chica de rasgos orientales bien enropada con la casaca más gruesa de la historia se abre paso en la nieve acumulada en la vereda, cruza el seto y camina hacia el edificio atravesando el estacionamiento, no sigue el sendero porque quiere dejar la huella de sus botas en el piso. A la altura de uno de los autos ahí estacionados se detiene, saca su mano enguantada de su bolsillo y con el índice dibuja en la ventana trasera del auto cubierto de nieve una cara triste. Arregla el detalle de la nariz, una nariz de payaso. Le da una última mirada a su obra y ríe solitaria antes de seguir el camino. En los últimos metros antes de llegar a la puerta de su edificio se detiene ante un montículo de nieve, se acomoda sus guantes que no son de cuero sino solamente de lana y siente el frío y la humedad al recoger una pequeña porción de nieve. Intenta hacer con ella una bola para lanzarla en dirección cualquiera. Pero la nieve no se domestica como ella había pensado. Este tipo de nieve no es dócil, quizás por la garúa de la mañana; cuando la lanza ésta se esparce en el aire como arena. Suficiente por hoy. Alcanza el umbral de la puerta del edificio y antes de entrar golpea sus botas contra la pared para sacudir los restos de nieve del camino. Ingresa al edificio con sentimientos encontrados. La pierdo de vista. Sigue leyendo

Referencia al Invierno

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Nos ha sucedido todo en esta espera, ésta, la de la comparación de las fotografías, tú apuntabas que un recuerdo regresó, la memoria no te abandonó del todo, tal vez está reprimida, cien veces viajó un pensamiento miles de kilómetros y encontró aún la misma dirección, los mismos platos, el mismo entusiasmo, la misma historia solo entre sombras de niños, de jóvenes que recrean cada vez cuanto más crédulos mejor este tipo extraño de baile de impaciencia, de remembranza, de comparación y lectura, de estar más cerca o no de la lengua, de saber utilizarla y corrigiendo los errores porque el tiempo corto y largo lienzo nuestro se ha pintado de a pocos confiando siempre en la casualidad, de algún modo desconfiando de la hora pactada, devoción la nuestra de algunas vitaminas de invierno, las de las exclamaciones de sorpresa, las de escuchar tan atentamente una pequeña historia, que pretendía ser inventada pero no lo fue del todo, la experiencia bélica de dos ocasiones similares, acaso con puro puro sentimiento y rendición, de no creer en aquellos bosques ni en aquella gente numerosa, pero haber estado predispuesto a darles la mano, a poner esfuerzo en estudiarlos y a dejar que los acontecimientos solo sucedan, a haber caminado y haber dado saltos con el esfuerzo en los dientes, de haber aguantado conocer nuevos exploradores, de haber visto la capa empequeñecer por el encuentro de aventuras cada vez más pequeñas, de haberse vuelto un nunca ciudadano de esta nunca ciudad, por haber tenido siempre en casa un motivo para llevar el plato al lavatorio. Sigue leyendo

Facebook Foolishness

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Hay alguien en alguna parte del mundo que se debe matar de risa cada vez que un inocente usuario copia en su muro este estúpido mensaje que él escribió solo para molestar:

“In response to the new Facebook guidelines I hereby declare that my copyright is attached to all of my personal details, illustrations, comics, paintings, professional photos and videos, etc. (as a result of the Berner Convention). For commercial use of the above my written consent is needed at all times!

(Anyone reading this can copy this text and paste it on their Facebook Wall. This will place them under protection of copyright laws. By the present communiqué, I notify Facebook that it is strictly forbidden to disclose, copy, distribute, disseminate, or take any other action against me on the basis of this profile and/or its contents. The aforementioned prohibited actions also apply to employees, students, agents and/or any staff under Facebook’s direction or control. The content of this profile is private and confidential information. The violation of my privacy is punished by law (UCC 1 1-308-308 1-103 and the Rome Statute).

Facebook is now an open capital entity. All members are recommended to publish a notice like this, or if you prefer, you may copy and paste this version. If you do not publish a statement at least once, you will be tacitly allowing the use of elements such as your photos as well as the information contained in your profile status updates…”

O hay alguien en el mundo que ha sido lo suficientemente estúpido para creer en la seriedad de esto, y cuya estupidez ha sido tan contagiosa que se ha esparcido por el facebook de un montón de usuarios. Sigue leyendo

Farándula – Traducción

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Viendo el video del Rey Juan Carlos I y, lo más importante, viendo los comentarios en youtube me va quedando más claro algo. Hasta dónde ha llegado la insania, para que la búsqueda de la legitimidad privilegie cosas tan descabelladas como el reconocimiento de poder a una monarquía, pudiendo incluso ser ésta de cualquier tipo, en la cual no hay mérito que valga más que los lazos de parentesco, sistema tan retrógrado que cuesta creer que aún se mantenga en nuestros días. Lo atribuyo más que todo a un tinte de identificación con la nación, que es bien aprovechado por la política, pero que fundamentalmente sirve para dar titulares de espectáculo y pompa que tanto le gusta a la gente de a pie. A lo mejor las familias reales se sostienen solamente gracias a cosas como las fotos en topless de la Duquesa de Cambridge. Sigue leyendo

Amsterdam (I)

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Era un mexicano de los que te dicen “carnal nosotros somos latinos mano! si nos revolucionamos y le rementamos la madre a los EUA créeme que tomamos el poder”, y convencido no sé de qué porque lo conocí dos días antes, pero convencido de algo me enrumbé cantando “so you hit you´re gonna hit me” hacia Amsterdam. No fuimos juntos todo el camino, yo me di una vuelta por Niedersachsen para ahorrar unos euros antes de encontrarme con el compadre en la frontera. Lo encontré ahí en la estación conversando con unos venezolanos que vivían en el Ruhrgebiet, pero fíjense que su elocuencia no se quedaba en la América nuestra, porque el “pinche” mexicano con su look ciertamente federal, con su pelo todo largo y su mirada de ojos entrecerrados, se mandó con unas palabras de holandés en el tren con una pareja de amables sonrientes -que no me resultó tan difícil por el parecido del holandés al alemán- y sorprendió a propios y extraños con media conversación en sueco con una mochilera que nos encontramos en el hostel en que nos alojamos. Y tremenda solidaridad latinoamericana hubo al salir del coffee shop con alguito de carga encima. Turn to next page. Sigue leyendo

Matrimonios de Paso

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No hablamos francés, tampoco español, solo un poco de vida en los pequeños tragos, solo juventud, matrimonios solo de paso y sin invitación, comencemos por ese sótano que contenía el universo de especies de esos años, sigamos con las calles que desembocan en centros de diversión, todo a las 6 de la tarde, todos somos pirañas, algunos sabemos conducir, algunos ingresamos a la universidad, algunos se enamoraron de la secretaria, algunas del profesor cuadrado, todo en la ficción, construyendo mi historia debo hablar de las trilateralidades, pero también los viajes al campo, las dos o tres canciones que pasaron por la cabeza, la banca no la de los lehmann, sino la que desemboca en la catedral, ahí robamos como era la única forma que yo sabía hacerlo, luego en la esquina supe algo mejor aunque no había sido la primera vez, la primera había sido una desaparición forzada durante una de las interrupciones, todo se remonta a tanto tiempo atrás, mucho hubo de espontaneidad, uno y otro día, y el mundo se puso en pausa, solo por ese no verano, las lluvias fueron encomendadas, sabía yo que no serían muy asiduas, al final sí lo fueron, durante la época de los cuentos iniciales, alguna vez subieron al cielo de colores en un segundo piso muy empinado, y domicilios, mucha televisión, mucha ficción asiática con el control remoto, celebración de antonio, dedicatoria incluída y caminata en la lluvia, todo estaba preparado, la bajada a punta de caídas desde los cerros, los carnavales aprovechados, mesas de billar, uniformes iban, nombres desconocidos, que no pertenecen a nuestro grupo, todo a través de una cara conocida, mucho nokia y algún pericote circunstancial, y ahí fue quedando en su sitio y de ahí no saldrá más, lo que has madurado joven preguntador. Sigue leyendo

A Night at the Opera

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And today Freddie I had a night at the opera, you ought to be proud of me, I brought into my head your voice and Montserrat´s and gave it a try. Elegant clothes here and there and a load of tropical drinks on the small tables and an unusual poster of the opera “El Barbero de Sevilla”. Not bad for the first time I must tell you, I see why you used to like it, although I guess it helps a lot to have a person who drews your attention towards her like you did. Well, to end this little talk old friend, I shall point out the matter of the languages because, you know, right in the moment you start to enjoy the beautiful italian: “Ah, bravo Figaro! Bravo, bravissimo; Ah, bravo Figaro! Bravo, bravissimo” (perharps you would be the only briton who can pronounce that) y look up and find on the top of the stage the small screen with the german subtitles, and what comes to my mind is that no naughty barber could ever sing following the german grammar, really! Of course it´s just a joke, Wolfgang. Sigue leyendo

Cuartos de Cabeza

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Caso No. 24 “Negocio Jurídico: Capacidad”

“Siegbert sieht ein Fahrrad bei Fahrradhändler Rollmann im Schaufenster zum Preis von 400 e. Er betritt den Laden. Das Ausstellungsstück ist bereits verkauft, aber Rollmann bietet an, das Fahrrad beim Hersteller zu bestellen, wenn Siegbert eine verbindliche Bestellung abgibt. Siegbert erklärt sich einverstanden. Als das Fahrrad da ist, hat Siegbert das Geld für andere schöne Sachen ausgegeben. Rollman besteht auf Einhaltung des Vertrages. Herr und Frau Meier hatten ihrem Sohn Siegbert 400 e anlässlich seines 16. Geburtstages mit den Worten geschenckt, er solle sich davon etwas Schönes kaufen”.

Traducción propia:

Siegbert ve una bicicleta en la tienda de bicicletas de Rollman en la vitrina a un precio de 400 euros. Él entra a la tienda. La bicicleta de exhibición está ya vendida pero Rollman ofrece pedir otra bicicleta del fabricante si Siegbert hace un pedido vinculante. Siegbert manifiesta estar de acuerdo. Cuando la bicicleta llega, Siegbert ha gastado ya el dinero en otras cosas bonitas. Rollman exige el cumplimiento del contrato. El Señor y la Señora Meier habían regalado los 400 euros a su hijo Siegbert con motivo de su 16to cumpleaños bajo la promesa de que él debía con el dinero comprarse una COSA BONITA.

Y de alguien me acordé con la última frase del caso. Sigue leyendo