Mi papá tenía que encargarse del discurso de orden por los 198 años de la Corte Superior de Justicia del Cusco. Me preguntó por ideas y le compartí un artículo sobre la situación de la administración de justicia en el Perú del siglo XIX de un historiador que tuve la suerte de conocer en estos últimos meses, Pablo Whipple. Este es el discurso que preparó:
SEÑORA PRESIDENTA DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE CUSCO, DRA. KARINA JUSTINA HOLGADO NOA.
SEÑORES JUECES SUPERIORES
SEÑORES JUECES ESPECIALIZADOS, MIXTOS Y DE PAZ LETRADO
SEÑORES FUNCIONARIOS
PERSONAL JURISDICCIONAL Y ADMINISTRATIVO DE NUESTRA CORTE
Tengo el honor de pronunciar el discurso de orden en esta ceremonia, por haber sido designado por la Sala Plena de la CSJC. En esta ocasión conmemoramos 198 años desde la creación de nuestra Corte, por Decreto Supremo de fecha 1º de febrero de 1825.
Este aniversario debería ser motivo de alegría y celebración, pero creo que NO es momento de celebrar.
Nuestro país está en medio de una CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL, en la que hay un grave enfrentamiento entre peruanos. Con mas de 50 fallecidos y centenares de heridos. Hay vulneración de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Las carreteras de nuestra región están bloqueadas por los manifestantes, a nivel nacional hay graves daños a la propiedad pública y privada, incluyendo cerca de veinte edificios del Poder Judicial que han sido dañados. Por todo ello no es momento de celebrar.
Nuestra labor es la de administrar justicia, y con seguridad NOS TOCARÁ RESOLVER casos relacionados con esta crisis política, estoy seguro que los Jueces y Juezas de nuestra Corte están capacitados para resolver, conforme a la constitución y a la ley, buscando la paz social en democracia.
Durante esta crisis política nuestra CSJC HA CONTINUADO TRABAJANDO con compromiso, esfuerzo y dedicación, por lo que considero que esa, es la mejor forma de rendir un justo y merecido homenaje a nuestra institución.
El 198 aniversario de la CSJC es motivo para REFLEXIONAR, como ha ido evolucionando la administración de justicia desde hace casi dos siglos. Son muchos los AVANCES que se han logrado, y aunque también son muchos los DESAFÍOS que nos quedan por delante.
He querido hacer unos apuntes de la HISTORIA de la administración de justicia en el Perú y en el Cusco.
El 03 de mayo de 1787, se implantó en los territorios de los Virreynatos Americanos, las denominadas REALES AUDIENCIAS o llamadas también AUDIENCIAS DE INDIAS, creándose la Real Audiencia de Cusco, y, tras la rebelión de Túpac Amarú II, se creó la Real Audiencia en la Ciudad Imperial de Cusco, la única ciudad en la época del dominio español que tuvo el privilegio de contar con una Real Audiencia.
Nuestra historia además se remonta, al año 1821, cuando la denominada Real Audiencia del Cusco, pasa a ser la CÁMARA DE JUSTICIA DEL CUSCO, que funcionó hasta el 30 de diciembre de 1824 por mandato del señor Prefecto de esta ciudad, General Agustín Gamarra.
Evidentemente en los primeros años de la vida republicana el Poder Judicial tuvo MUCHAS DIFICULTADES.
El historiador chileno PABLO WHIPPLE, realizó un estudio de las CARENCIAS MATERIALES que tuvo que enfrentar el Poder Judicial Peruano en los primeros años de la república y cómo estas carencias incidieron sobre la administración de justicia.
Señala que después de la independencia resultó muy difícil tener un Poder Judicial independiente, profesional y de presencia nacional.
Este Historiador relata que:
El 19 de junio de 1834, el gobernante general Luis José Orbegoso planificó CEREMONIAS PÚBLICAS, a las que debían concurrir autoridades civiles, militares y eclesiásticas para prestar JURAMENTO a la nueva Constitución Política. Ocasión en la que las altas autoridades debían concurrir, “a caballo y en traje de ceremonia”, habría salvas de artillería y un repique de campanas. Y una correspondiente misa de acción de gracias, luego la constitución sería leída en voz alta.
Sin embargo, Tomás Forcada, Presidente de la Corte Superior de Lima, envió una nota al Ministro de Gobierno, explicó que sería imposible para los Jueces de ese tribunal asistir a dicha ceremonia. La razón era que se encontraban en una SITUACIÓN ECONÓMICA TAN DEPLORABLE que no tenían el dinero necesario para costear “caballos, monturas, ni trajes para asistir con la decencia y decoro” como correspondía a sus cargos.
Los jueces explicaban en su nota que su situación era desesperada. No se les pagaba el sueldo hacía meses, y les era difícil sostener a sus familias, y lo que afectaba su reputación como magistrados. Forcada recordaba que en el pasado los vocales de la Real Audiencia, que administraba justicia durante la colonia, “vivían llenos de opulencia, de respetabilidad y de recursos”, mientras que los jueces de la Corte Superior “carecen de todo recurso, no tienen respetabilidad, y son mirados con el desprecio y vergüenza”.
El reclamo era que en los inicios de la República, los pocos RECURSOS, los utilizaban PARA FINANCIAR AL EJÉRCITO, pero también tenía la obligación financiar la judicatura, siendo inaceptable que “el soldado más miserable tenía rancho vestuario y casa, mientras que “el vocal carecía de todo, y hasta del agua.
Los vocales de Lima finalmente asistieron a pie a esa ceremonia, pues deseaban complacer al Jefe de gobierno”. Resultaba contradictorio que, por un lado se celebraba la nueva Constitución, mientras los jueces que debían resguardar su cumplimiento, se encontraban impagos por varios meses.
Por otra parte el libertador Simón Bolívar consciente de las limitaciones presupuestarias, en 1824 optó por permitir temporalmente a los magistrados de primera instancia, el COBRO DE DERECHOS de actuación judicial, para que fuesen LOS MISMOS LITIGANTES QUIENES PAGARAN los servicios de los jueces. Evidentemente esta situación, no era la ideal. Aun que, si era una práctica en la época de la Colonia, pero en el periodo republicano SE VEÍA COMO UNA FUENTE DE CORRUPCIÓN del sistema judicial. Gradualmente se logró tener jueces pagados por el Estado en cada una de las provincias, lo que otorgaría independencia a la judicatura, reduciría el costo del acceso a la justicia y pondría fin a una serie de prácticas corruptas heredadas de la colonia.
Las primeras décadas de la república se dispuso que los jueces serían PAGADOS POR LOS MUNICIPIOS, después se dispuso BONOS pagaderos a futuro, esto dio lugar a que JUECES A MENUDO DEBÍAN ROGAR AL GOBIERNO para poder subsistir. Lo que evidentemente afectaba la independencia que debe tener un juez.
Si esto sucedía en la capital Lima, conforme al relato del historiador, y es evidente que las CARENCIAS presupuestales eran mucho más graves en el INTERIOR DEL PAÍS, incluido el Cusco.
Volviendo a nuestra CSJC:
Este PALACIO DE JUSTICIA DE CUSCO fue inaugurado en 1957, durante la presidencia de Manuel Prado Ugarteche, en este edificio había ambientes para los Fiscales, que en ese entonces eran parte del Poder Judicial, y ambientes para los inquilinos abogados litigantes, también funcionaba la oficina de Registros Públicos y inclusive el Ministerio de Energía y Minas. Asi se trabajó hasta la década del 1990.
Actualmente este EDIFICIO YA NO CUBRE LAS NECESIDADES de la CSJC, y tenemos decenas de locales alquilados en la ciudad y en las provincias.
Como trabajador antiguo de la CSJC, puedo compartir algunas anécdotas o recuerdos:
Por ejemplo, en la provincia de Paucartambo, en la década del 1980, me consta que: llega el Juez recientemente nombrado y no existía un local del Juzgado, tiene que alquilar una habitación para vivir, y en esa misma habitación despacha y realiza las audiencias, el Secretario Judicial no letrado tiene los expedientes en su casa.
Otro dato anecdótico a de la provincia de La Convención, en la década del 1990 el local de los juzgados, cedido por el Municipio, estaba en el segundo nivel del mercado central de la ciudad de Quillabamba, a pocos metros del expendio de Jugos y otras viandas.
Cosa parecida era el Juzgado de la provincia de Canchis en la ciudad de Sicuani, que en la época del 1990 también estaban en una antigua y precaria casa en la calle Vigíl, sin los servicios mínimos. Para después ser albergados provisionalmente en ambiente cedidos en el palacio municipal.
Historia conocida por todos ustedes ha sido el CAMBIO de las antiguas MÁQUINAS DE ESCRIBIR a las modernas COMPUTADORAS, y a toda la información que actualmente tenemos a nuestra disposición.
Y la PANDEMIA nos ha dejado las audiencias virtuales, y el trabajo remoto; que hace solo 3 años eran algo impensable.
Los que trabajamos en el Poder Judicial ACTUAL GOZAMOS de la tecnología y el acceso a la información, es una nueva realidad, indudablemente que hay un mayor presupuesto, lo que ha mejorado los locales y las condiciones de trabajo, y la tecnología.
Algo que no ha cambiado es el valor de la costumbre en la solución de conflictos, en especial en zonas apartadas de los centros urbanos, destacando el papel desempeñado tanto por la JUSTICIA DE PAZ, así como el derecho consuetudinario ejercido por las Comunidades Campesinas y Nativas con apoyo de las rondas campesinas.
Continuando con la historia:
Las primeras MAQUINAS DE ESCRIBIR llegaron al Cusco a inicios del siglo XX, antes se escribía con una pluma fuente con un tintero de tinta liquida, pasando por el papel sellado; y el sello y tampón, y la firma escrita como máxima seguridad de lo que se hacía.
Ahora tenemos la INFORMÁTICA que es una herramienta fundamental para la Formación de Capital Humano, que, es también uno de los desafíos del Poder Judicial. Hoy, con toda la tecnología y las comunicaciones y los cursos a distancia, la CAPACITACIÓN ha tomado enorme importancia, la mayoría de los que trabajamos han tenido diplomados, las maestrías y los doctorados, la competencia académica es buena.
No podemos dejar de hacer un recuento de los ilustres juristas que han transitado por nuestra Corte, dedicados a la administración de justicia, empezando por el primer presidente el Dr. Augusto Mercado Arguelles y la primera presidenta mujer Dra. Rosa Hernández Alarcón, así como al gran magistrado a nivel nacional Dr. Roberto Garmendia Castañeda, quien también fue Presidente de esta Corte y fue tres veces Presidente de la Corte Suprema del Perú, bajo cuya gestión y junto con otros magistrados se ha inaugurado el actual Palacio de Justicia.
Permítanme recordar a MI SEÑOR PADRE Gustavo Fernández Puente de la Vega quien también fue un prestigioso Juez Superior que dio los mejores años de su vida a esta corte superior de justicia del cusco. De quien me siento muy orgulloso.
Así, como ellos, hoy jueces y trabajadores día a día seguimos contribuyendo esforzadamente con la delicada labor de impartir justicia, asumamos el reto de MOSTRAR AL PERÚ ENTERO NUESTRAS BUENAS ACCIONES JUDICIALES, nuestras buenas prácticas, emitiendo RESOLUCIONES DE CALIDAD, que nos legitimen; pues, los magistrados dotados de conocimientos, de honestidad y de fuerza moral podremos RESISTIR CUALQUIER PRESIÓN SOCIAL.
Por tanto señores Magistrados, personal jurisdiccional y administrativo, hoy más que nunca, no debemos desmayar, continuemos con esa VOCACIÓN DE SERVICIO, y agradezcamos el ALTO HONOR DE TRABAJAR EN ESTA PRESTIGIOSA CSJC, dejemos a las futuras generaciones un legado de alto compromiso con nuestra Nación y en particular con la nuestra querida institución.
Muchas Gracias.