Antes de venir, me pensé mucho dónde debería vivir. Si buscar rentar un departamento con amigos o si quedarme con el dorm que ofrecía el Harvard Graduate School of Sciences and Arts. Finalmente, me decidí por lo segundo. Aunque me parecía que perdería en comodidad, sabía que me ahorraría un montón de tiempo al no tener que comprar muebles e instalar todo en la nueva vivienda. Por eso, llegué con una expectativa muy baja sobre cómo serían los dormitorios del GSAS. Imaginaba algo similar a los dormitorios en los que viví durante un año en Alemania.
Pero por eso también día tras día he quedado más y más sorprendido de lo buena que fue la decisión de venir por acá. Resultó un cuarto más grande del que me imaginaba, con una buena vista y muy cerca a donde tengo las clases. Quizás tenga tiempo luego para describirlo mejor, porque quizás lo más interesante de contar sería los temas de investigación de los varios PHD que viven en el mismo piso y con los que converso todos los días. Hoy por primera vez bajé a los espacios comunes del sótano y jugamos una partida de bola 8 con Moritz, Ina y Eduardo. Una partida de bola 8 con reglas suizas.