Ahora me pongo a recordar
esa casita de jugar,
en que vivíamos los dos,
juntos con mi mamá,
(- y nuestro “Lobo” fiel-)
esa casa entre flores
e incontables verdores
por allá, en el frío de las punas.
Ahora me pongo a recordar,
las frías noches del lugar,
en que felices los tres
compartiendo el calor
(-de nuestro tibio hogar-)
me brindaron los días
más felices de mi vida
con amor, en el campamento minero.
Ahora me pongo a recordar
cuando te ibas a trabajar,
y yo te esperaba a tí,
jugando y sin pensar
(-jugando en soledad-)
que todo cambiaría
y que tú ya no estarías
junto a mí, y que me iba con mamá.
Ahora me pongo a recordar,
cuando te ibas a cazar
y contigo iba yo.
quieriendo siempre ser,
(-hasta hoy, quizas, tal vez-)
como el padre que amaba
y que nunca he dejado
de querer, ni de recordar.
Nada ha cambiado de color,
para tí siempre habrá amor
gratitud y respeto
en el fondo de mi corazón,
soy yo, tu pasado hecho hoy,
donde estés tú yo estoy
y donde yo esté tu estarás
siempre conmigo, estando tan lejos.