Harto estoy de la rima tirana
y del conteo abominable de las sílabas,
harto también, de cantar a lo de siempre,
de cantar al amor,
de cantar al recuerdo,
de cantar a la condición humana miserable.
Harto estoy de mitificar esperanzas,
de cantarle a los castillos en el aire,
de adorar ídolos de pies de barro,
de cantar a la gente,
a las ideas,
a la música,
a las sociedades masificadas…
Harto estoy, de las admiraciones,
de las incógnitas, del misterio,
de las visiones apocalípticas,
de las rebeliones ficticias
de las sociedades de consumo…
Quiero cantar, aunque lo haga mal,
aunque nunca deje de ser un mediocre,
aunque nunca me entienda la humanidad.
Quiero cantar a las cosas nuevas,
a la verdad nueva, a la vida nueva.
Cantarle al universo nuevo,
a ese cosmos cada vez más cercano,
a ese mundo al que llegarán unos pocos…
Quiero cantar. Ya estoy harto.