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Tuvo razón Jesús al decir
que el más humilde es el más grande.

Tuvo también razón
al nacer del vientre de una madre.

Si Dios quiso nacer humano
para gozar del cariño de una madre:
¿por qué te trata tan mal la vida?

A veces yo mismo te hago pasar malos ratos,
a veces yo mismo soy tu verdugo,
madre, perdóname

Te envidian en verdad
el sol, la luna, los mares,
la tierra, el mundo, los ángeles
porque ellos nunca tuvieron una madre…

Te quiero,
aunque no sepa decírtelo,
aunque mi conducta diga otra cosa;
tu sangre corre por mis venas,
tu piel es como la mía, dorada por el sol,
tus ojos son como los míos,
color de noche, color de sombra,
tu cabello es como el mío,
bañado de canas…

Te quiero mucho por ser mi madre
te siento dentro de mí,
donde quiera que tú estés.

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