Nino Bravo
Soñé que volvía a amanecer,
soñé con otoños ya lejanos.
Mi luz se ha apagado,
mi noche ha llegado;
busqué tu mirada y no la hallé.
La lluvia ha dejado de caer,
sentado en la playa del olvido
formé con la arena
tu imagen serena,
tu pelo con algas dibujé.
Y busqué entre tus cartas amarillas
mil te quiero, mil caricias
y una flor que entre dos hojas
se durmió.
Y mis brazos vacíos se cerraban
aferrándose a la nada,
intentando detener mi juventud.
Al fin hoy he vuelto a la verdad,
mis manos vacías te han buscado;
la hiedra ha crecido,
el sol se ha dormido,
te llamo y no escuchas ya mi voz.
Y busqué entre tus cartas amarillas
mil te quiero, mil caricias
y una flor que entre dos hojas
se durmió.
Y mis brazos vacíos se cerraban
aferrándose a la nada,
intentando detener mi juventud.
Y busqué entre tus cartas amarillas
mil te quiero, mil caricias
y una flor que entre dos hojas
se durmió.