Letra y Música: Jaime David Abanto Torres
Intérpretes: Fusión
Recostado en una roca en las alturas
veo abajo el mar de un mundo sin remedio
por ratos quisiera arrojarme al abismo
a cxharlar dos palabritas con la muerte.
Al cerrar mis ojos esa fría noche oscura
en el triste cielo a´zul se oyó un estruendo
se escuchó un cantar por allí a lo lejos
un canto negado a la humanidad.
Abrí mis ojos y sentí un miedo profundo
le temí por primera vez a la diosa muerte
no quise destrozarme en los arrecifes
ni ser arrastrado al fondo del mar.
De pronto tuve una visiòn en ése momento
tres figuras contorneándose a lo lejos
que cantaban al sn de sus áureas liras
con brillo de estrellas fugitivas.
En un segundo se pusieron a pocos metros
eran tres sirenas que coreban versos
y vinieron a mí abriendo los brazos
y me cantaron estas cosas al oído.
VAMOS, MUCHACHO, NO ACABES TU VIDA
QUE EN EL MUNDO SIEMPRE QUEDA BUENA GENTE
ALGÚN HERMOSO IDEAL Y POR ÉL VIVIR
QUE EL MUNDO NECESITA DE TÍ.