Ahora que te siento lejos,
ahora que la noche llora conmigo,
cuando tu amor me niega su abrigo,
he decidido no enamorarme más.
Como oveja perdida del rebaño,
como paloma separada de su nido
como triste llanto sin gemido…
Hasta ahora no he podido olvidarte.
¿Para qué ser sol resplandeciente
si no te tengo a mi lado?
¿Para qué si soy el juguete olvidado
de una chiquilla inclemente?
¿Por qué me condenaste a tan eterno suplicio?
¿por qué me sujetas a tan insufrible tormento
que no me permite ni el placer de un lamento?
¿o me quieres llevar al postrer sacrificio?