Aunque el arado del tiempo
marque con surcos tu piel,
aunque los años transcurridos tiñan tus cabellos de gris,
aunque tus manos estén curtidas
por el cotidiano trabajo del hogar,
siempre seguirás siendo
la misma chiquilla
que entre sus brazos me tuvo
poco después de nacer.
Aunque por cosas del tiempo
tus ojos cansados estén,
aunque los años v ividos
se lleven tu sonrisa y también
las caricias de tus manos,
la sonrisa de tus labios,…
siempre seguirás siendo
la misma chiquilla
que en la cuna de la infancia
me enseñó a jugar.
Aunque un capricho del tiempo
logre mi cariño esconder,
y con el infame silencio
un ingrato me pueda volver,
siempre seguiré queriendo
a la misma chiquilla
que sin pedir nada a cambio
me lo dio todo
por el simple hecho
de darme el ser.