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Tú, padre pecador
siempre con nosotros
voy a misa los domingos.
A raya la tristeza.
Tú, costra de mi herida
compañera única
devoro lo que no entiendo.
A raya la tristeza.
Tú, lágrima gris
en un frasco te recojo
en un sueño te entiendo.
Adiós, hasta mañana, tristeza.