El profesor pospuso las presentaciones para la siguiente sesión y pensando en lo gracioso que sería contarle esto a mi compañero del grupo de Boston, que viene ansioso por presentar hace dos semanas, me levanté para alistar mis cosas. Me despedí del grupo de Roma y me dirigí lo más pronto posible a HKS porque, conociendo como funcionan los eventos en la universidad, sabía que tenía que llegar una hora antes al forum para encontrar un buen sitio. Igual, a pesar de ello, tuve que estar sentado en la gradería del segundo nivel. La conferencia me sorprendió un poco, porque estaba esperando un Piketty más polémico y extremo en su modo de pensar, pero resultó siendo considerablemente calmado y razonable. Se cuidaba de atribuir inocentemente los problemas de desigualdad de manera directa y exclusiva a la acumulación de capital y a la maldad de los millonarios. Y evidentemente es impresionante verlo hablar con tanta autoridad (quién sabe si excesiva) sobre la sociedad mundial en general, quizás con la confianza (quién sabe si justificada) de haber hecho un extenso análisis cuantitativo.