Me invitaron a la celebración por los 200 años de Harvard Law School. No me invitaron por ser alumno de la escuela, no lo soy, ni tampoco por haber misteriosamente averiguado que soy abogado, eso menos. Me invitaron porque el evento se realizó en el espacio que se encuentra justo al frente de la residencia en la que vivo. En la foto se puede ver la ventana de mi habitación detrás del escenario. Como nos han tenido un par de días a punta de sonidos molestos, por lo visto extendieron la invitación a todos los que viven en la residencia, que en un 99% están en escuelas distintas. Una suerte de medida de prevención de conflictos sociales. Funcionó bien por supuesto, ya que para todos nosotros lo primero que significa todo esto es comida gratis (es sorprendente, por cierto, la cantidad de comida gratis que uno se encuentra alrededor de la universidad, creo que algo de eso he mencionado en algún otro post). La comida gratis uno la encuentra de distintas calidades y en algunos casos puede llegar a ser bien elaborada. Este fue el caso. No es que fuera nada del otro mundo, eran hamburguesas y hot dogs pero alrededor había un par de tipos de ensalada, había frijoles, maíz y un postre de frutas bueno. Lo más llamativo del tema de la comida debe ser que, a diferencia de la lógica self-service que es la regla general por acá, habían puesto unos mozos que se llevaban los platos y vasos usados. Eso no se ve tan seguido. Estuvimos solamente durante una media hora en el evento, porque estaba programado para durar todo el día. Comimos y vimos algunas de las presentaciones. Era una suerte de show de talentos de toda la comunidad de la Escuela de Derecho. Un alumno de primer año que es rapero de youtube haciendo un poco de freestyle, una asistente de investigación haciendo un performance de un par de personajes de películas, un trabajador de la biblioteca cantando algunas canciones tradicionales americanas y demás presentaciones por el estilo. Sin embargo, esto me lleva a lo siguiente.
Es en cierto modo algo decepcionante que la celebración por los 200 años de HLS sea este show de talentos, al que, por cierto, muy pocas personas incluso de Derecho asistieron. El nombre que le pusieron y del que hicieron una buena cantidad de merchandising es “HLS in the Arts“. Desastroso. Incluso la misma Católica para celebrar sus 100 años consiguió que se celebre en el campus el congreso de LASA, que fue un evento de lujo, y organizó uno que otro evento interesante durante el año. Posiblemente se deba a esta idea inocente de que el Derecho tiene alguna relación con el Arte, algo que, por lo visto, se promueve tanto en HLS como en la facultad de Derecho de la PUCP. En fin, ojalá que por ahí encuentre algún otro evento interesante y con un poco más de contenido organizado por el HLS. De momento, son tan interesantes en comparación con esto los eventos que se organizan en el GSD o incluso en el HKS, que me siento contento de haber escogido ese tipo de programa.